Tanto mi esposo como yo, somos creyentes. Luego de algunos años de feliz matrimonio, mi esposo se ha vuelto frío hacia mí, ya no me dice que me ama, ya no me toma de la mano o me abraza en público como lo hacía antes. Lo noto apático y a veces me trata descortésmente. Me da la impresión que se está cansando de mí. ¿Qué puedo hacer para evitar que esta situación continúe degenerando y Dios no quiera, lleve a la destrucción de mi matrimonio?
Por la forma como Usted ha hecho su consulta, parecería como que Usted está echando toda la culpa de la situación a su esposo. Pero con mucho amor y a la vez respeto debo indicar que en un conflicto matrimonial, cualquiera que sea, no existe parte culpable y parte inocente. La responsabilidad es compartida. Tanto la esposa como el esposo tienen parte de la culpa de lo que está pasando. Estoy seguro que esto que he dicho no le caerá muy bien que digamos, pero esa es la realidad.
De modo, que yo haré algunas recomendaciones a Usted, a su esposo y finalmente a los dos.
En cuanto a Usted, me gustaría citar lo que dice la Biblia en Tito 2:3-5 donde leemos: “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien, que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.”
Por ahora vamos a dejar de lado la enseñanza del apóstol Pablo a las mujeres de edad o a las ancianas y nos vamos a concentrar en la enseñanza del apóstol Pablo a las mujeres jóvenes. Asumo que Usted cae dentro de esta categoría. Mire lo que Pablo espera de las mujeres jóvenes. Son varias cosas.
Primero, que amen a sus maridos y a sus hijos. Recuerde que el amor del cual se está hablando aquí, es un amor tal que se manifiesta en sacrificio por la persona amada. ¿Se está Usted sacrificando por su esposo? O es ese tipo de esposa que siempre quiere salirse con la suya. La esposa impositiva, prepotente, que siempre quiere que las cosas se hagan a su manera. Si Usted está fallando en amar a su esposo, hará que sea difícil que su esposo le ame.
Segundo, las esposas deben ser prudentes. Esto significa equilibradas, maduras, sobrias, bien centradas. ¿Es Usted una esposa prudente? O es ese tipo de esposa que se altera por todo, que explota por la mínima cosa, que se deja llevar de la emoción del momento y actúa fuera de control. Una conducta contraria a la prudencia por parte de la esposa hace que se enfríe la relación con el esposo. Es difícil para los esposos mostrarse tiernos y afables con esposas que se quejan por todo, que se sienten víctimas, que se arrepienten de haberse casado, que sospechan de todo y de todos, que se solazan en una escena de celos.
Tercero, la esposa debe ser casta. Esto no solo significa que la esposa no debe ser infiel a su esposo. Significa que la esposa transmita una imagen de pureza en lo sexual y fidelidad absoluta a su esposo. ¿Es Usted una esposa casta? Ciertamente Usted no ha caído en adulterio, pero ¿cuida su conducta y su apariencia física para no atraer las miradas codiciosas de otros hombres? O es ese tipo de mujer coqueta, que sin palabras pide a gritos que los hombres se fijen en ellas, quizá por su forma de vestir o por su forma de conducirse. La falta de castidad en una esposa, produce heridas profundas en el esposo.
Cuarto, la esposa debe ser cuidadosa de la casa. Esto significa que la esposa crea el ambiente agradable del hogar, para ella, para el esposo y para los hijos. ¿Es Usted cuidadosa de su casa? O es ese tipo de esposa que todo el día se pasa en el teléfono o en la televisión y cuando llega el esposo de su trabajo encuentra a una mujer desarreglada, sucia, en una casa totalmente desordenada. Una conducta así hará que el esposo prefiera estar fuera de la casa con sus amigos y la esposa sienta como que el esposo está siendo apático hacia ella.
Quinto, la esposa debe ser buena. Esto habla del carácter de la esposa. ¿Es Usted una buena esposa? O es ese tipo de esposa que critica a su esposo a sus espaldas, que se lamenta por haberse casado con él, que no tolera a la familia de él, que se cree superior a él, que desprecia a su esposo. Si Usted no es buena esposa ¿Cómo va a esperar que su esposo sea buen marido?
Sexto, la esposa debe someterse a su marido. Esto significa que la esposa actúa como la ayudante idónea de su marido. ¿Es Usted una esposa sumisa? O es ese tipo de esposa que quiere llevar los pantalones en la casa, que hace y deshace las cosas en la casa, que siempre quiere ser la cabeza de la familia. Una esposa que se rebela contra su esposo abrirá la puerta para todo tipo de conflicto con su esposo. Yo no sé como será Usted como esposa. Pero ahora Usted sabe como Usted debe ser. Si Usted está fallando en algo, reconózcalo, confiéselo a Dios y a su esposo y eso será el paso inicial para mejorar la relación con su esposo. Suficiente para Usted, como esposa.
Ahora le toca a su esposo. Según su esposa, Usted se ha dañado. Se ha vuelto apático, desamorado, y grosero. Si esto es verdad, Usted está muy lejos de lo que la Biblia enseña a los esposos. Voy a leer la porción bíblica que se encuentra en 1ª Pedro 3:7 donde dice: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”
Como esposo, Usted debe aprender a vivir sabiamente con su esposa. Esto de vivir sabiamente significa entender y practicar el rol o función que Usted tiene en el matrimonio y en la familia. Su principal responsabilidad es amar a su esposa. Puede ser que su esposa no sea lo que Usted esperaba que fuera, pero a pesar de eso, su responsabilidad es amarla. Esto significa sacrificarse por ella. Como esposo amante, Usted debe proveer para todas las necesidades de su esposa.
Su esposa tiene necesidades en tres áreas diferentes. En lo espiritual, Usted debe ser el líder espiritual de ella. En lo emocional, Usted debe entender que su esposa necesita seguridad, consuelo, ternura. En lo físico, su esposa necesita que Usted provea todo lo que ella necesita para vivir decentemente. ¿Es Usted un esposo que vive con su esposa sabiamente?
En segundo lugar, Usted debe dar honor a su esposa como a vaso más frágil. Quizá aquí es donde Usted está fallando mucho. Honrar a la esposa significa tener a la esposa en el lugar más importante después de Dios. Su esposa debe ser todo para Usted, después de Dios. Por eso, Usted no debe hablar mal de ella ni en presencia de ella, peor en ausencia de ella. Usted debe tratarla con sumo cuidado, como a un vaso más frágil. Ella debe ser para Usted tan especial, que Usted no hará absolutamente nada que amenace su integridad.
¿Está tratando Usted a su esposa como a vaso más frágil? O es ese tipo de esposo que maltrata a su esposa, principalmente en lo emocional e inclusive en lo físico. Los esposos debemos tratar a nuestras esposas con ternura, con dedicación, con pasión. No piense jamás poner sus manos sobre su esposa para agredirla físicamente. Las esposas necesitan que sus esposos les digan constantemente que las aman. Las esposas necesitan que los esposos les digan constantemente que ellas son únicas en las vidas de los esposos.
Las esposas necesitan que los esposos constantemente den muestras prácticas del amor a sus esposas. Como una llamada telefónica, un regalo pequeño inesperado, el tomarse de la mano, el abrazarlas en público. El hablar bien de ellas cuando ellas no están presentes. Los esposos debemos ser románticos con nuestras esposas.
Parece que los años de matrimonio tienen la tendencia a apagar el romance en la pareja. Es bueno que los esposos busquemos oportunidades para estar a solas con nuestras esposas sin interrupción de ninguna naturaleza. Esto es dar honor a la esposa como a vaso más frágil. Un esposo que trata mal a su esposa no debe esperar que Dios escuche su oración. Esto es lo que su esposo necesita saber y practicar.
Termino con una recomendación para los dos, para Usted y para su esposo en conjunto. Usted está detectando mucha falla en su esposo. Yo recomiendo que lo antes posible se sienten los dos y hablen de este asunto de una forma absolutamente transparente. Usted debe decir como se siente y su esposo debe hacer lo mismo. Luego deben reconocer lo que está mal en cada uno, confesarlo en oración al Señor y pedirse perdón mutuamente por cualquier cosa que han estado haciendo mal. Esto será el inicio de una nueva etapa en su relación matrimonial.
En el caso que no haya un buen resultado de esta reunión, será necesario que Ustedes lleven el caso a los ancianos o pastores de la iglesia, para que con la ayuda de ellos logren dar los pasos necesarios para la restauración total del matrimonio. Le animo a buscar la solución para este asunto. Así como está la situación en la actualidad, no puede seguir por mucho tiempo. No se desespere pensando que todo está perdido. Solo hace falta dar los pasos para resolverla.