¿Por qué en la Biblia se habla de que Pedro predicaba el evangelio de la circuncisión y Pablo predicaba el evangelio de la incircuncisión? ¿Acaso existe más de un evangelio?

Es probable que el pasaje bíblico que ha motivado esta consulta sea Gálatas 2:7-9. Permítame leer este pasaje bíblico, para beneficio de nuestros amables oyentes que no tienen una Biblia a la mano. Dice así: “Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la circuncisión, como a Pedro el de la circuncisión (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí, para con los gentiles), y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas, y Juan, que eran considerados como columnas, no dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.” El autor de las palabras leídas fue el apóstol Pablo. Sucede que la autoridad de Pablo como apóstol de Jesucristo había sido puesta en tela de duda por parte de algunos judíos que aunque se llamaban creyentes, sin embargo creían que para ser salvos era necesario recibir por la fe a Jesucristo y además guardar algunos de los principios de la ley de Moisés. Por demás está decir que la salvación es por la sola fe en Cristo Jesús. Fe más nada. Cuando se añade algo a la fe como requisito para la salvación, se ha atentado contra el verdadero evangelio de Jesucristo. En su defensa, Pablo manifiesta que cuando fue a Jerusalén, su apostolado fue reconocido por Jacobo, Cefas, o Pedro, y Juan, quienes eran considerados como columnas de la iglesia en Jerusalén. Pablo dice que a él, como apóstol, le había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, así como a Pedro le había sido encomendado el evangelio de la incircusición. Cuando Pablo habla de la incircuncisión se está refiriendo a los gentiles, mientras que cuando habla de la circuncisión se está refiriendo a los judíos. Puestas así las cosas, parecería como si hubiera más de un evangelio, el evangelio para los gentiles, o la incircusición, predicado por Pablo y el evangelio para los judíos, o la circuncisión, predicado por Pedro. Pero nada más lejos que la verdad. Confirmando la existencia de un solo evangelio, Pablo mismo escribió las palabras que aparecen en Gálatas 1:6-9. Permítame que se lo lea. Dice así: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” Son palabras contundentes. El evangelio de Cristo es uno solo. No existe ningún otro. ¿Qué quiso decir entonces Pablo, cuando hablaba de que a él le había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión y a Pedro le había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión? Simplemente se trata de que Pablo fue el apóstol a los gentiles o a la incircunsición y Pedro fue el apóstol a los judíos o a la circuncisión. El mensaje que predicaba Pablo, y el mensaje que predicaba Pedro era el mismo mensaje del evangelio de Jesucristo. La traducción de esta parte del Nuevo Testamento hubiera quedado mejor si se decía que a Pablo le había sido encomendado el evangelio a la incircuncisión o al pueblo gentil y a Pedro le había sido encomendado el evangelio a la circuncisión o al pueblo judío.