¿Por qué los interpretes de la Biblia no llegan siempre a una misma interpretación a pesar que son inspirados por el Espíritu Santo?

Cuando uno mira las interpretaciones de la Biblia, lo que va a encontrar es que en los asuntos fundamentales, la interpretación siempre es la misma. Cuando hablo de asuntos fundamentales me estoy refiriendo a asuntos como la deidad de Cristo, la deidad del Espíritu Santo, la salvación por gracia por medio de la fe, la infalibilidad de la Biblia, la resurrección corporal de Cristo, etc. Pero existen otros asuntos que no son fundamentales sino secundarios. No estoy diciendo que no sean importantes, pero no tienen la misma importancia que los asuntos fundamentales. Es en estos asuntos secundarios en donde se suele encontrar diversidad de interpretaciones. Usted nos pregunta ¿cómo puede ser esto, si todos los intérpretes bíblicos están inspirados por el Espíritu Santo? Bueno, permítame explicar lo que es la inspiración. Por inspiración de las Escrituras se quiere decir que los escritores de los libros de la Biblia fueron investidos de poder y controlados de una manera tal por el Espíritu Santo que lo que escribieron, en su forma original, fue exactamente lo que Dios quiso que escribieran. Esto significa que las Escrituras son la palabra de Dios en un sentido tal que sus palabras, aun cuando fueron escritas por hombres y llevan impresas en sí mismas las marcas indelebles de la autoría humana, fueron sin embargo, escritas bajo la influencia del  Espíritu Santo para que sean también las palabras de Dios, la expresión infalible y adecuada de su mente y voluntad para con nosotros. Esto significa entonces que hombres inspirados por el Espíritu Santo, fueron solamente aquellos que escribieron los libros de la Biblia en su forma original. Los que después copiaron los textos para distribuirlos, ya no fueron inspirados. Los que tradujeron esos escritos originales a otros idiomas ya no fueron inspirados. Los que leyeron esos escritos originales ya no fueron inspirados. Los que estudian esos escritos ya no son inspirados. Los que interpretan esos escritos ya no son inspirados. Los únicos inspirados fueron los que originalmente escribieron los libros de la Biblia, personajes como Moisés, David, Isaías, Jeremías, Mateo. Lucas, Pablo, etc. Inclusive, no todo lo que escribió un escritor bíblico fue inspirado. Por ejemplo, Pablo debe haber escrito muchísimas cartas, pero no todas ellas fueron inspiradas por el Espíritu Santo. Las únicas cartas escritas por Pablo que fueron inspiradas por el Espíritu Santo, son las que constan en el Nuevo Testamento. Las otras cartas que Pablo debe haber escrito, no fueron inspiradas por el Espíritu Santo y por eso no forman parte del Nuevo Testamento. Un intérprete bíblico hoy en día no está inspirado por el Espíritu Santo. Para interpretar las Escrituras, el intérprete bíblico de hoy en día, usa su conocimiento, su inteligencia, su trasfondo cultural, su trasfondo doctrinal y ciertamente la guía del Espíritu Santo. Pero como notará, son muchas las variables y eso explica las ligeras diferencias de interpretación en los asuntos secundarios.

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