Por qué se bautiza a niños hoy en día y se les permite participar de los símbolos en la cena del Señor?

La ordenanza para la iglesia llamada bautismo, se aplica única y exclusivamente a aquellos que han recibido a Jesucristo como Salvador. Esto se concluye al examinar lo que dice el libro de los Hechos. Luego de predicar un poderoso mensaje centrado en la persona de Jesucristo, el apóstol Pedro testificaba y exhortaba con otras muchas palabras, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Muchos aceptaron el mensaje de Pedro y recibieron a Jesucristo como Salvador, otros, quizá los más, rechazaron el mensaje de Pedro y no recibieron a Jesucristo como Salvador. Ahora note lo que hicieron después, solamente aquellos que recibieron a Cristo como Salvador. Hechos 2:41 dice: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” Interesante. Primero recibieron la palabra de Pedro, es decir que recibieron a Jesucristo como Salvador y una vez hecho eso procedieron a ser bautizados. Todo esto para refutar el concepto que en la iglesia se bautizaba en agua a niños sin uso de razón. Ahora, podía darse el caso que algún niño, ya con uso de razón, entienda que es pecador, entienda que existe un castigo por el pecado, entienda que Jesucristo murió en la cruz para pagar por el pecado del hombre y reciba a Jesucristo como Salvador, aún siendo un niño. En este caso es perfectamente válido y legítimo que este niño sea bautizado, porque por su propia voluntad ha recibido a Jesucristo como Salvador y es necesario que lo testifique públicamente por medio del bautismo en agua. Me imagino yo, que en los casos de niños que han sido bautizados en agua y después participan de los elementos en la cena del Señor, se trata de niños no sin uso de razón, sino de niños que ya tienen uso de razón y voluntariamente han recibido a Cristo como Salvador. Está bien por tanto, que sean bautizados y que participen en la cena del Señor como cualquier otro creyente. Lo que la Biblia condena es el bautismo en agua de niños que no tienen idea de lo que están haciendo, porque todavía no tienen uso de razón debido a su corta edad.