Estoy casado, pero mi esposa no es creyente y tenemos una pequeña niña. Mirando lo que dice la palabra de Dios y la situación actual del mundo, he llegado a la conclusión que la venida de Cristo está muy cercana. Esto me ha hecho sentir temor porque no estoy preparado para la venida de Cristo, tengo rabia porque ni siquiera podré ver crecer a mi hija y siento tristeza porque tal vez mi esposa no llegue a ser creyente antes de la venida de Cristo. Hermanos, les pido que me ayuden en esto, por favor.
Usted tiene toda la razón al concluir que la venida de Cristo para arrebatar a su iglesia está a la puerta. Podría ser este mismo instante. No existe ninguna profecía que tenga que cumplirse para que venga Cristo a las nubes a llamar a los que somos suyos. Se dice por tanto que el rapto o el arrebatamiento de la iglesia es inminente. Cuando ocurra el rapto, los creyentes, estén vivos o estén muertos, seremos arrebatados y pasaremos a estar con el Señor Jesucristo para siempre, pero los incrédulos se quedarán en la tierra para sufrir siete años de tribulación en los cuales Dios derramará su justa ira sobre el mundo incrédulo. La Biblia nos muestra la actitud que debemos tener los creyentes ante la inminencia de la venida de Cristo para arrebatar a su iglesia. Después de enseñar acerca del rapto o arrebatamiento de la iglesia, note lo que dijo el apóstol Pablo según 1 Tesalonicenses 4:18. La Biblia dice: Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Pues eso es justamente lo que yo quiero hacer con usted. Quiero alentarle ante la inminencia de la venida de Cristo para arrebatarnos. Usted dice que está temeroso porque no se siente listo para ese magno acontecimiento. Yo le sugiero que lo mire de otra manera. Cambie ese temor en seguridad. ¿Cómo? Pues preparándose, conociendo más de la Biblia, orando más, venciendo más el pecado, hablando más de Cristo a otros, sirviendo más al Señor en su casa, en su trabajo, en la iglesia local donde se congrega. El temor que siente ante la inminente venida de Cristo se debe a que está flojo en su relación con el Señor. Mejor en su relación con el Señor y verá como Dios pondrá gozo en su corazón con tan solo pensar que la venida de Cristo por su iglesia está a la puerta. Cuando yo era niño, había veces que mi papá y mamá me dejaban sólo en la casa en compañía de mis hermanos. Como es propio de los niños, había ocasiones en que nos peleábamos entre nosotros o simplemente yo hacía algo que mis padres expresamente me habían prohibido. Cuando eso pasaba, me invadía temor ante la cercanía de la hora de regreso de mis padres. Yo sabía que cuando ellos lleguen me tomarían cuentas de mi mal comportamiento y eso me hacía sentir miedo. Pero cuando me portaba bien y obedecía todo lo que ellos me habían dicho, no tenían ningún temor al regreso de mis padres, más bien me sentía alegre porque sabía que mis padres me traerían alguna golosina y si no, la sola presencia de ellos en la casa era motivo suficiente para estar alegre. Así mismo es con Cristo. Si uno no está en buenas relaciones con él, produce temor la inminencia de su venida, pero si uno está en buenas relaciones con él, se siente gozo al saber que está pronto a venir. Así que, amable oyente, le aconsejo que fortalezca su relación con el Señor viviendo en santidad, y le aseguro que su temor se transformará en seguridad. Entre paréntesis, la Biblia promete que todos los creyentes participaremos en el rapto o arrebatamiento, independientemente de si somos fuertes o débiles espiritualmente. Así que, no debe sentir temor de que tal vez tenga que quedarse en la tierra cuando venga Jesucristo a arrebatar a los que somos de él. Por otro lado, usted dice que siente rabia porque si viene Jesucristo hoy mismo a arrebatar a los que somos suyos, usted no verá crecer a su pequeña hija. Esto me hace pensar en un par de novios que no querían que venga Jesucristo a arrebatar a su iglesia antes que se casen. Pero esto es absurdo amable oyente. Estar en la presencia de Jesucristo, ver su rostro cara a cara, será tan majestuoso, tan gratificante, tan extraordinario, que cualquier otra cosa, por más importante que ahora nos parezca, no tendrá ni punto de comparación con eso. La presencia física de Jesucristo hará que aquellas cosas que nos traen gozo en el presente parezcan tan insignificantes. Así que, despójese de su rabia y llénese de santa esperanza porque su encuentro personal con Jesucristo glorificado le hará olvidar cualquier otra cosa que por ahora parece tan necesaria. Por último, usted está sintiendo tristeza porque si Jesucristo viene hoy para llevar a los que somos suyos, su esposa tendrá que quedarse en la tierra para pasar por la tribulación. Pero no se adelante a los hechos. Jesucristo todavía no ha venido a llevar a los que somos suyos y mientras tarde en venir, todavía hay esperanza para su esposa y para todo ser humano que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador. Mientras espera, hable a su esposa de Cristo, muestre los cambios que Cristo está haciendo en su vida, ore con fervor por la salvación de su esposa, y aprenda a gozarse en Cristo, no en las circunstancias, no en las personas, ni siquiera en la salvación de su esposa. Por supuesto que todos queremos que su esposa se salve y oramos por eso, pero su gozo no debe depender de que su esposa sea salva, sino que debe depender de que Dios le ama y le ha otorgado salvación y un día muy pronto se va a encontrar con su Salvador cara a cara. Si mira así las cosas podrá vivir con gozo a pesar que su esposa todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador.