¿Puede ser profeta una persona que no tiene un buen testimonio de vida?

Hablando de los falsos profetas note lo que dijo el Señor Jesucristo en Mateo 7:15-20 Guardaos de los falsos profetas,  que vienen a vosotros con vestidos de ovejas,  pero por dentro son lobos rapaces.  Por sus frutos los conoceréis.  ¿Acaso se recogen uvas de los espinos,  o higos de los abrojos? Así,  todo buen árbol da buenos frutos,  pero el árbol malo da frutos malos.  No puede el buen árbol dar malos frutos,  ni el árbol malo dar frutos buenos.  Todo árbol que no da buen fruto,  es cortado y echado en el fuego. Así que,  por sus frutos los conoceréis.

Los falsos profetas esconden su carácter impío detrás de un manto de piedad. Son lobos rapaces que se visten de ovejas para ocultar su verdadero carácter y terminan arrebatando a las ovejas. ¿Cómo reconocer a un falso profeta cuando externamente parece un verdadero profeta? El Señor Jesucristo contestó esta pregunta diciendo: Por sus frutos los conoceréis. Esto significa por su estilo de vida los conoceréis. Así como es imposible cosechar uvas de los espinos o higos de los abrojos, es imposible que un falso profeta lleve un estilo de vida de santidad delante de Dios. Es como en la naturaleza. El árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Los falsos profetas son como árboles malos y, por tanto, de una forma natural van a dar frutos malos.

El destino de los falsos profetas ha sido anunciado de antemano por el Señor Jesús. Serán cortados y echados en el fuego. De modo que, la forma de reconocer si un profeta es falso es por medio de mirar su estilo de vida. Los falsos profetas manifiestan una vida esclavizada al pecado. Los verdaderos profetas manifiestan una vida de santidad delante de Dios. Hoy en día, ya no existen profetas que comunican nuevas revelaciones de Dios, porque todo lo que Dios ha querido revelar a la humanidad está en la Biblia, la palabra de Dios. Los profetas de hoy en día son aquellos que toman la palabra de Dios, y la anuncian con mucho denuedo con el fin de edificar, exhortar y consolar, conforme a lo que dice 1 Corintios 14:3. Lamentablemente, hoy en día también existen falsos profetas. ¿Cómo reconocerlos? Pues por sus frutos, por su estilo de vida. Los falsos profetas de hoy, al igual que los falsos profetas de antaño viven esclavizados por sus pecados. Si ve a un supuesto profeta, pero proclama cosas como que el pecado no existe, como que Satanás no existe, como que no importa cómo vivimos porque ya somos salvos, lo ve manipulando a la gente para que le entreguen dinero en cantidades porque supuestamente debe vivir como hijo del rey, lo ve ofreciendo sanidades y milagros a cambio de dinero y tantas otras barbaridades más,  debe saber que está ante un falso profeta. Por sus frutos los conoceréis. La Epístola de Judas es muy drástica y directa con los falsos profetas. Note lo que dice en el versículo 16  Estos son murmuradores,  querellosos,  que andan según sus propios deseos,  cuya boca habla cosas infladas,  adulando a las personas para sacar provecho.

¿Conoce a algunos que llamándose profetas encajan dentro de la descripción que provee este versículo? Pues está ante un falso profeta.