¿Qué dice la Biblia referente al consumo de vino?

La consulta tiene relación con la cita bíblica en 1 Timoteo 5:23. ¿Qué significa? ¿Qué tipo de vino se usaba en esa época? ¿Podía el vino realmente aliviar las dolencias? ¿Tiene este versículo alguna aplicación práctica hoy en día?

Para beneficio de todos los amigos oyentes que nos están escuchando, permítame leer la cita en 1 Timoteo 5:23. La Biblia dice: “Ya no bebas agua, sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.” Estas son las palabras que Pablo dirigió a su joven y fiel discípulo Timoteo. Sucede que en el primer siglo, cuando Pablo escribió estas palabras a Timoteo, no existía agua potable. El agua que se usaba para el consumo de la gente estaba contaminada con todo tipo de microorganismos nocivos para la salud humana. Los problemas de salud asociados con el consumo de agua contaminada eran muy frecuentes no-solo en el primer siglo sino hasta muchos siglos después. No fue sino hasta cuando se descubrió la potabilización del agua, que se logró reducir las enfermedades producidas por beber agua contaminada. No es extraño entonces que Timoteo haya tenido algunos problemas de salud causados por ingerir agua contaminada. Lo que hacía la mayoría de la gente del tiempo de Pablo para reducir al máximo la posibilidad de enfermarse por tomar agua contaminada, era mezclar el agua con vino. La proporción era aproximadamente de 10 a 1. Es decir, una medida de vino en 10 medidas de agua. El alcohol que contiene el vino contrarrestaba en algo las bacterias del agua contaminada. Pero parece que Timoteo se había auto impuesto no tomar vino. En otras palabras, Timoteo era abstemio. Todo esto creó el marco para lo que Pablo dijo a Timoteo. Ya no bebas sólo agua, porque es peligroso tomar agua contaminada. Te aconsejo que uses un poco de vino juntamente con el agua que vas a tomar para que no tengas problemas de salud con tu estómago, y eso reducirá en algo tus frecuentes enfermedades. Esto es en esencia lo que está diciendo este versículo. Usted nos pregunta: ¿Qué tipo de vino usaba la gente en esa época? No se puede saber con certeza, pero debe haber sido algo igual, o muy parecido, a lo que existe en la actualidad. Además de usarlo como bebida, el vino se usaba para desinfectar heridas, así como hoy en día se usa el alcohol medicinal o algún otro tipo de desinfectante. Usted también nos pregunta sobre alguna aplicación práctica de este versículo. Bueno, hoy en día no hace falta mezclar agua con vino para purificar el agua, porque una buena parte de la población tiene a su disposición el agua potable. Hoy en día tampoco hace falta echar mano del vino para usarlo como desinfectante o como medicina. El vino se usa mayormente como bebida social hoy en día, sin desconocer el gran peligro de caer en el pecado de la borrachera. De modo que, la única aplicación práctica del texto en 1 Timoteo 5:23, hasta donde yo puedo discernir es que debemos hacer todo lo humanamente posible para cuidar nuestra salud y no rehuir el uso de medicina para aliviar los dolores del cuerpo o tal vez para prevenir enfermedades o inclusive para curar enfermedades. Fíjese que en el tiempo de Pablo se usaba el vino para aliviar los problemas estomacales y Pablo recomendó a Timoteo que use un poco de vino, note, un poco, no mucho, por causa de su estómago. No se puede saltar abruptamente a la conclusión que la Biblia aconseja tomar vino, partiendo del texto en 1 Timoteo 5:23. Las normas generalmente aceptadas de interpretación bíblica no apoyarían esta conclusión.

Pero… ¿puede un creyente tomar vino?

La Biblia no ordena ni condena tomar vino. Lo que la Biblia condena severamente como pecado es la borrachera, no importa si la borrachera resulta de tomar vino o cualquier otra bebida alcohólica. Esto no significa, sin embargo, que todos podemos salir a la carrera a comprar una botella de vino para tomar cuidando de no emborracharnos, por cuanto la Biblia contiene una cantidad de principios que regulan las actividades que siendo moralmente neutras, sin embargo, pueden llegar a ser una piedra de tropiezo para otros creyentes y para los incrédulos también. Por algo Pablo escribió las siguientes palabras según 10:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” Tal vez en alguna otra ocasión podamos tratar este asunto en más detalle.