¿Qué es el feng-shui? ¿Es anti cristiano? ¿Cuál es su origen?

No soy un experto en este asunto, de modo que he tenido que recurrir a la información disponible en Internet. Allí encontré que el feng-shui tiene sus bases en el Budismo. Dicen sus defensores que es un método de conexión con las energías del universo, de modo que fluyan a través de la persona en su hábitat y así eleven la mente y el espíritu con la meta de hacer sentir bien a la persona en el lugar donde habita. Uno de sus seguidores afirma lo siguiente: El Feng-shui es el arte de distribuir los objetos en posiciones favorables de manera que las fuerzas celestiales se coloquen en línea con la gente o las cosas en la tierra, aportando buena suerte a los practicantes inteligentes. Feng significa viento y Shui significa agua. Feng-shui puede traducirse como buena suerte o buen ambiente alrededor de una persona. Es decir amiga oyente, que el feng-shui procura distribuir las cosas para atraer la buena suerte. No olvide que para los creyentes no existe la suerte. Los propulsores del feng-shui realmente están convencidos que esta técnica, o este arte es una especie de divina pomada para que todos se sientan bien. Note lo que afirma uno de sus propulsores. Dice así y cito textualmente. ¿Qué es el feng-shui? Es una ciencia milenaria que estudia el diseño, la disposición, la orientación y la decoración de la vivienda y el negocio o lugar de trabajo para conseguir una energía saludable y próspera. ¿Por qué es necesario el feng-shui? El feng-shui mejora nuestra actividad cotidiana, nos da una sensación de bienestar y alegría generalizada que nos ayuda a rendir más en el trabajo, a sentirnos más cómodos en nuestra vivienda, a reducir el estrés y aumentar nuestra vitalidad. Hasta aquí lo que afirma uno de los ardientes defensores del feng-shui. Al reflexionar sobre lo que acabo de leer, uno se pregunta: ¿y dónde entra Dios en todo este asunto? Después de todo, se supone que el feng-shui es capaz de proveer todo lo que el hombre necesita para sentirse realizado, para sentirse bien, inclusive para vivir siempre sano. De una manera muy sutil se ha desplazado a Dios de la realidad humana. Si tiene el feng-shui ¿para qué necesita a Dios? El enemigo, Satanás ha logrado lo que siempre ha deseado. Todo es cuestión de que ponga un mueble aquí, una ventana por allá, una maceta por acá y listo. Las energías del cosmos fluirán por donde se les necesita para traer bienestar, prosperidad y salud. El hombre habrá llegado a ser dueño y señor de su propio destino. Pero, ¿es eso lo que enseña la Biblia? ¿Acaso la Biblia no pone a Dios como la fuente de toda buena dádiva y todo don perfecto? ¿Acaso la Biblia no enseña que el hombre no puede hallar la verdadera felicidad aparte de arreglar su problema de pecado con Dios, y tener a Cristo morando en su vida? Jesús dijo que él vino para dar vida y vida en abundancia. Los defensores del feng-shui no estarían de acuerdo con esto porque para ellos el feng-shui es lo que garantiza vida en abundancia. En cuanto a los orígenes del feng-shui, nuevamente según sus defensores, se remonta a la cultura popular china del segundo o tercer milenio antes de Cristo. En esencia entonces, a la luz de lo que se ha publicado en cuanto al feng-shui, no es algo que un fiel creyente en Cristo lo practicaría con limpia conciencia.

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