Nosotros quienes no somos el pueblo de Israel, ¿también se nos demanda guardar el séptimo día de la semana como día de reposo? ¿es un mandamiento para la iglesia?
Guardar el séptimo día de la semana como día de reposo fue una señal del pacto que Dios hizo con su pueblo escogido Israel. Ezequiel 20:10-12 dice: Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto,
Eze 20:11 y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá.
Eze 20:12 Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
Según este pasaje bíblico y muchos otros más como este, el guardar el séptimo día como día de reposo jamás fue dado a los gentiles sino solamente a los judíos, el pueblo escogido de Dios, y por eso ha sido incorporado a la ley de Moisés como el cuarto mandamiento del decálogo. Siendo así, el asunto se reduce a lo siguiente: ¿Está el creyente bajo la ley en alguna forma? El Nuevo Testamento responde a esta pregunta en Romanos 6:14 donde dice: Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Los creyentes no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Por tanto no estamos en obligación de guardar el séptimo día como día de reposo. Inclusive, el Nuevo Testamento condena que los creyentes guardemos días especiales. Note lo que dice Colosenses 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,
De modo que, amable amigo por el hecho que guardar el séptimo día como día de reposo fue dado al pueblo de Israel como una señal de su pacto con Dios, y por cuanto la iglesia no es el pueblo de Israel, la iglesia no está en obligación de guardar ningún día como día de reposo, conforme a los mandatos del Nuevo Testamento. Además, el Nuevo Testamento insiste en el hecho que los creyentes no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Esto no significa que los creyentes podemos vivir como queramos, porque el Nuevo Testamento contiene nueve de los diez mandamientos como una norma de vida para que el creyente agrade a Dios. El único mandamiento que no consta es el cuarto, justamente aquel que tiene que ver con guardar el séptimo día como día de reposo. Insistir que los creyentes debemos guardar el séptimo día como día de reposo tiene serias implicaciones, porque por ejemplo implicaría que debemos guardar todo lo que Dios instituyó en la ley de Moisés, algo que es imposible. Implica también que se desprecia la obra del Señor Jesucristo en la cruz, porque él murió justamente para permitir que hombres pecadores como nosotros, podamos ser perdonados aparte de la ley de Moisés, por fe en su obra redentora. Los que tratan de guardar el séptimo día de la semana como día de reposo, para así ser salvos, en el fondo están diciendo: Yo soy salvo por obras, y la Biblia es clara cuando muestra que la salvación no es por obras sino por la sola fe. Tan pronto como nació la iglesia cristiana hubo personas que intentaron que los creyentes se sometan a algunos preceptos de la ley de Moisés. El Apóstol Pablo los confrontó con dureza. La reprensión está en la Epístola a los Gálatas. Pablo dice en esencia que se trata de un evangelio diferente del original, y por tanto está bajo maldición. Gálatas 1:6-9 dice: Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
Gal 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Gal 1:8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Gal 1:9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.