¿Quiénes son los gnósticos? ¿En qué creen?

Los gnósticos son los seguidores del Gnosticismo (< griego γνώσις [gnōsis: ‘conocimiento’]) Conjunto de corrientes sincréticas filosófico-religiosas que llegaron a mimetizarse con el cristianismo en los tres primeros siglos de nuestra era, convirtiéndose finalmente en un pensamiento declarado herético después de una etapa de cierto prestigio entre los intelectuales cristianos. En efecto, puede hablarse de un gnosticismo pagano y de un gnosticismo cristiano, aunque el más significativo pensamiento gnóstico se alcanzó como rama heterodoxa del cristianismo primitivo.

El gnosticismo cristiano, pagano en sus raíces, llegaba a presentarse como representante de su tradición más pura. El texto gnóstico Eugnosto el beato parece ser anterior al nacimiento de Cristo.

La enorme diversidad de doctrinas y escuelas gnósticas hace difícil hablar de un solo gnosticismo. Algunos denominadores comunes de su pensamiento, no obstante, podrían ser:

  • Su carácter iniciático, por el cual ciertas doctrinas secretas de Jesucristo estaban destinas a ser reveladas a una élite de iniciados. De esta forma, los gnósticos cristianos reclaman constituir testigos especiales de Cristo, con acceso directo al conocimiento de lo divino a través de la gnosis o experimentación introspectiva a través de la cual se podía llegar al conocimiento de las verdades trascendentales. La gnosis era pues la forma suprema de conocimiento, solamente al alcance de iniciados. 
  • El mismo conocimiento de las verdades trascendentes producía la salvación. Según las diversas corrientes, la importancia de practicar una vida cristiana podía variar, siendo en cualquier caso algo secundario. 
  • Su carácter dualista, por el cual se hacía una escisión tajante entre la materia y el espíritu. El mal y la perdición estaban ligados a la materia, mientras que lo divino y la salvación pertenecían a lo espiritual. Por esa razón no podía existir salvación alguna en la materia ni en el cuerpo. El ser humano sólo podía acceder a la salvación a través de la pequeña chispa de divinidad que era el alma o espíritu. Sólo a través de la conciencia de la propia alma de su carácter divino y de su acceso introspectivo a las verdades trascendentes sobre su propia naturaleza podía el alma liberarse y salvarse. Esta experimentación casi empírica de lo divino era la gnosis, una experiencia interna del alma. Aquí se puede ver en el platonismo un antecedente claro del gnosticismo, tanto en su dualismo materia-espíritu, como en su forma introspectiva de acceder al conocimiento superior, siendo la gnosis una versión religiosa de la mayéutica de Platón. Este dualismo también prefigura el futuro maniqueismo. 
  • Su peculiar cristología: Siendo la materia el anclaje y origen del mal, no es concebible que Jesucristo pudiera ser un ser divino y asociarse a un cuerpo material a la vez, puesto que la materia es contaminadora. Por esa razón surge la doctrina del Cuerpo aparente de Cristo, según la cual la Divinidad no pudo venir en carne sino que vino en espíritu mostrando a los hombres un cuerpo aparentemente material (docetismo). Otras corrientes sostienen que Jesucristo fue un hombre vulgar que en la época de su ministerio fue levantado, adoptado por una fuerza divina (adopcionismo). Otras doctrinas afirman que la verdadera misión de Cristo era transmitir a los espíritus humanos el principio del autoconocimiento que permitía que las almas se salvaran por sí mismas al liberarse de la materia. Otras enseñanzas proponían incluso que Jesús no era un ser divino. 
  • Peculiares enseñanzas sobre la divinidad. Entre estas se encontraba la de que todo espíritu era divino, incluyendo la parte espiritual del hombre (el alma), que no necesitaba a nadie para salvarse a si mismo, siendo Cristo enviado a revelar esa verdad. Por otra parte, el creador del mundo (llamado Demiurgo), al multiplicar con su creación la materia, sería un ser malvado y opuesto al verdadero Ser Supremo del cual surgió. 
  • Conclusiones éticas muy divergentes: Siguiendo la idea de la condenación de la materia, algunas corrientes afirmaban que era necesario el castigo y martirización del cuerpo para, a través del padecimiento de la carne, contribuir a la liberación del espíritu, propugnando un modo de vida ascético. Sin embargo, otras corrientes afirmaban que, siendo la salvación dependiente únicamente de la gnosis del alma, el comportamiento del cuerpo era irrelevante, disculpándolo de toda atadura moral y librándolo a toda clase de goces. Otras enseñanzas reprobaban la multiplicación de la materia, siendo así la procreación un acto condenable. También existían corrientes que, al igual que el platonismo y las filosofías orientales, creían en el retorno cíclico de las almas a la prisión de la materia a través de la reencarnación. El iniciado, igualmente, buscaba romper este ciclo a través de la gnosis (a través de la iluminación, en las religiones orientales). 
  • Interpretación alegórica del cristianismo y de las escrituras. Así, se reinterpretan a la luz gnóstica las historias de la creación, etc. dando significados filosóficos a las mismas. 
  • Establecimiento de jerarquías espirituales: En la cima de los seres existe un Dios, un ser perfecto e inmanente cuya propia perfección hace que no tenga relación alguna con el resto de seres imperfectos. Es inmutable e inaccesible. Descendiendo en una escala de seres emanados de aquel llegamos finalmente al Demiurgo, antítesis de la degeneración progresiva de los seres espirituales, y origen del mal. En su maldad, el Demiurgo crea el mundo, la materia, encadenando la esencia espiritual de los hombres a la prisión de la carne. En este escenario se libra una batalla entre los principios del bien y el mal, la materia (apariencia) y el espíritu (sustancia). Podemos ver paralelismos claros con el Zoroastrismo. 
  • Establecimiento de jerarquías humanas: En la cima de la jerarquía humana estaban los iniciados, en los que es predominante el espíritu. Ellos pueden experimentar la gnosis y acceder así a la salvación. Por debajo está el resto de los cristianos, en los que predomina el alma sensible y que se pueden salvar siguiendo la guía de los primeros. En la parte más baja están aquellos en que predomina el cuerpo y que, por tanto, no alcanzarán la salvación. 

Síntesis

Se trata de una doctrina elitista, según la cual los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al sacrificio de Cristo, se salvan mediante la gnosis, o conocimiento introspectivo de lo divino, que es un conocimiento superior a la fe. La fe no basta y la muerte de Cristo tampoco. La gran diferencia es que el hombre es autónomo para salvarse a sí mismo. El gnosticismo es una mística secreta de la salvación. Se mezclan sincréticamente creencias orientalistas e ideas de la filosofía griega, principalmente platónica. Es una creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu frente a la materia, el ser supremo frente al demiurgo, el alma frente al cuerpo.

En 1945 fue descubierta una biblioteca de manuscritos gnósticos en Nag Hammadi, Egipto, que ha permitido un conocimiento mejor de sus doctrinas, anteriormente solo conocidas a través de citas, refutaciones, apologías y heresiologías realizados por Padres de la Iglesia.

Se dice que el gnosticismo fue fundado por Simón Mago, personaje que aparece en el Nuevo Testamento. Su personalidad mas relevante sin duda fue Valentín de Alejandría, que llevó a Romauna doctrina gnóstica intelectualizante. En Roma tuvo un papel activo en la vida pública de la Iglesia. Su prestigio era tal que se le tuvo en consideración como posible obispo de Roma. Otros gnósticos de renombre son Pablo de Samosata, autor de una celebre herejía sobre la naturaleza de Cristo. Carpócratesconcibió la idea de la libertad moral de los perfectos, en la práctica una ausencia total de reglas morales.

Finalmente, el amplio rango de variación moral del gnosticismo fue visto con recelo y el obispo Ireneo de Lyon lo declaró una herejía en el 180 DC, opinión continuada por los Padres de la Iglesia.

¿Cómo tratar a un gnóstico?

La única manera es mostrándole lo que dice la palabra de Dios. Existen dos libros en el Nuevo Testamento en los cuales sus autores confrontaron las herejías del gnosticismo. Son el libro de Colosenses y la primera epístola de Juan. En estos dos libros se hace evidente que la salvación no resulta del conocimiento que solamente unos pocos iniciados pueden lograr, sino de una decisión consciente y voluntaria de recibir a Cristo como Salvador. Esta oferta de salvación está a disposición de todo pecador. También se hace evidente que en Cristo se confunden las dos naturalezas, la humana y la divina. Cristo es 100% Dios y a la vez 100% hombre. También se ve con claridad que el creyente tiene el poder para vivir en santidad, no como una forma para llegar a ser salvo sino como resultado que ya es salvo. De modo que se confronta la creencia gnóstica que el cuerpo por ser materia es esencialmente malo y se le debe dejar que se exprese como quiera. Así por el estilo, todos los postulados sostenidos por los gnósticos son contrarios a lo que enseña la Biblia y por consiguiente el gnosticismo debe ser rechazado por ser herejía. Así fue como lo entendieron los que se conocen como padres de la iglesia y por eso el gnosticismo fue rechazado frontalmente. Hoy en día hay muchos seguidores del gnosticismo. Mientras no reconozcan que la Biblia es el único libro con autoridad final en todo lo concerniente a lo espiritual, los gnósticos seguirán perdidos en el tortuoso sendero de sus propias creencias.