Gracias por su consulta. La duración de los meses hebreos oscila entre 29 y 30 días, de la siguiente forma:
- Tishrei cae aproximadamente en septiembre u octubre
- Jeshván cae en – octubre o noviembre
- Kislev cae en noviembre o diciembre
- Tevet cae en diciembre o enero
- Shevat cae en enero o febrero
- Adar cae en febrero o marzo
- Nisán cae en marzo o abril
- Iyar cae en abril o mayo
- Siván cae en mayo o junio
- Tamuz cae en junio o julio
- Av cae en julio o agosto
- Elul cae en agosto o septiembre
El año hebreo, según la cuenta bíblica, comenzaba con el mes de Nisán, llamado en la Biblia «el mes primero» , y concluía en el mes de Adar; mientras que más adelante primó la concepción del comienzo del año en el mes de Tishrei, con la festividad de Rosh Hashaná (literalmente «cabeza de año»), culminando el año en el mes de Elul, tal como rige el calendario hebreo hasta nuestros días. Desde el punto de vista religioso, el calendario hebreo cuenta con 4 diferentes «cabezas de año», siendo cada una de ellas el comienzo de la cuenta anual para diferentes finalidades:
1 de Nisán, es el principio de año de acuerdo a la cuenta bíblica, al conmemorar la salida de Egipto; y era el principio del año para los reyes: de tal modo, aun si un rey de Israel asumiera el trono el 29 del mes de Adar, ya al ser el día siguiente el primero de Nisán, se consideraba su segundo año de reinado.
1 de Elul, el principio del año para realizar la cuenta del diezmo de ganado a apartar según las prescripciones religiosas.
1 de Tishrei, el principio del año según el calendario hebreo moderno, conmemorando el aniversario de la Creación del mundo, y era la fecha en que comenzaba la cuenta de los años, los años sabáticos (cada séptimo año, en que las tierras quedaban incultas y en barbecho), y los jubileos (cada 50 años, en que prescribían las deudas y los esclavos quedaban libres).
15 de Shevat, el año nuevo de los árboles, siendo ésta la fecha de su despertar luego del letargo invernal. Un año hebreo incluye un ciclo completo de las cuatro estaciones del año, y, a su vez, debe contar con un número exacto de meses lunares. De esta manera, el año hebreo puede tener tanto 12 meses (año simple), como 13 (año bisiesto). Hoy en día es sabido que las estaciones del año se deben a la traslación de la Tierra en torno al Sol, ciclo denominado en astronomía «año trópico» (365 días, 5 horas, 48 minutos y 44 segundos). Al ser el año trópico sensiblemente más largo que el año lunar de 12 meses (354 días, 8 horas y 49 minutos), se iría corriendo la Pascua judía indefectiblemente hacia el invierno, contrariamente al precepto bíblico, si el año hebreo durase 12 meses de manera constante. Para evitarlo, se agrega un décimotercer mes a fin de año, cada vez que la diferencia acumulativa entre el año solar y el lunar, de unos 11 días por año, alcanza a formar un mes entero. La nomenclatura de los meses del Antiguo Testamento, es la misma para los meses del Nuevo Testamento en los territorios bajo la influencia de Israel.