Demos lectura al texto bíblico materia de la consulta. Se encuentra en Santiago 4:4 donde leemos: «¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.»
Este versículo es parte de un pasaje bíblico en el cual Santiago su autor confronta severamente lo que se llama mundanalidad.
La mundanalidad es la actitud de algunos creyentes por la cual se adaptan a la manera de pensar y la conducta que es propia del mundo, El mundo en el cual no tiene cabida ni la persona ni la palabra de Dios.
Santiago comienza su censura con una exclamación bastante fuerte y descriptiva. Dice ¡Oh almas adúlteras! Esto nos habla de lo que se da por llamar el adulterio espiritual. Lo que pasa amigo oyente es que cuando recibimos a Cristo como Salvador, hemos sido desposados con Dios, pero cuando el centro de nuestro afecto es el mundo o lo material, o las cosas que no contemplan a Dios y a su Hijo Jesucristo, entonces hemos llegado a ser infieles con él.
Nos aterrorizamos ante la idea del adulterio en el matrimonio, pero ¿por qué no reaccionamos igual cuando estamos traicionando a Dios con quien hemos sido desposados?
Luego Santiago prosigue afirmando que la amistad del mundo es enemistad contra Dios. Cuando Santiago habla del mundo no se está refiriendo al planeta en el cual vivimos sino al sistema que el hombre ha edificado para sí mismo en un esfuerzo para satisfacer el deseo de los ojos, el deseo de la carne, y la vanagloria de la vida.
En este sistema no hay lugar para Dios o para su Hijo Jesucristo. El entablar amistad con este sistema es equivalente a declarar la guerra a Dios. ¿Por qué? Pues porque sencillamente al alinearnos con el mundo estamos de la mano con el sistema político, religioso, y social que llevó a su Hijo al Calvario. Fue el mundo con sus pasiones y deseos que ni de lejos reconoció a Jesús como el Mesías.
¿Por qué la amistad del mundo, es enemistad contra Dios? Porque es el mundo con su bien montada estructura que hoy por hoy está persiguiendo y rechazando a la Iglesia de Cristo la cual es su cuerpo.
¿Cómo podemos tener amistad con el mundo si su sistema mundano está continuamente causando aflicción a Jesucristo a través de su iglesia? Es por esto que Santiago agrega una advertencia crucial. «Cualquiera pues que quiera ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios»
Esto equivale a decir: «el que no es conmigo, contra mí es»
Conozco a muchos que dicen: Yo no soy enemigo de Dios, simplemente no quiero saber nada de él. Otros dicen: Yo no niego a Dios, ni estoy a favor de Dios. Simplemente soy neutral.
En lo espiritual no existe terreno neutral amigo oyente. O estamos con Dios o somos enemigos de Dios. Cualquiera que va del brazo con el mundo se constituye automáticamente en un enemigo de Dios y algún día se arrepentirá por ello.