Romanos 3:10 dice que no hay justo ni aun uno; pero Santiago 5:16 dice que la oración eficaz del justo puede mucho. ¿Hay o no hay justos?.
Pongámoslo de esta manera. Justos por sus propios méritos, no existe ninguno. Pero justos por los méritos de Cristo existimos muchos. Me incluyo yo dentro de ellos. Permítame demostrarlo bíblicamente. Dios mira el carácter o la naturaleza propia del ser humano y ponga atención a la evaluación que hace de él. Romanos 3:10-18 dice:
«Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.»
Bueno, no puede haber descripción más precisa del carácter o la naturaleza propia del ser humano. Por eso es que Romanos 3:23 concluye diciendo lo siguiente:
«por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.»
El hombre ha tratado de arreglar este problema por sus propios medios. Lo ha intentado a través de cumplir con ritos religiosos. Otros lo han intentado por medio de hacer buenas obras. Pero note el veredicto de Dios sobre el esfuerzo del hombre para hacerse justo por sus propios medios. Romanos 3:20 en su primera parte dice:
«Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él.»
Es imposible que el hombre pueda hacerse justo por sus propias obras. Pero lo que es imposible para el hombre, es muy posible para Dios. Dios puede declarar justo a un hombre que por naturaleza es injusto. Esto es lo que los teólogos llaman la justificación. Es la obra de Dios por la cual Dios declara justo a un hombre que por fe ha recibido a Cristo como Salvador. Todo es cuestión de fe, mas no de obras. Romanos 3:21-22 dice:
«pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.»
¿Ha recibido Usted a Cristo Jesús como su Salvador personal? Entonces Usted ha sido justificado por Dios, o Usted ha sido declarado justo por Dios. Puede ser que en la práctica Usted diste mucho de ser totalmente justo, pero a los ojos de Dios, por la fe, Usted es justo. No por sus méritos sino por los méritos de Cristo, su Salvador. Por esto, es verdad que no existe un solo justo, por sus propios méritos; pero existimos muchos justos por los méritos de Cristo. Es a estos justos por los méritos de Cristo, a quienes se refiere Santiago en su libro, cuando en el capítulo 5 versículo 16 dice:
«La oración eficaz del justo puede mucho».