Según Éxodo 20, uno de los diez mandamientos es: No matarás. ¿Cómo se puede explicar entonces que Dios mismo ordenó matar a mucha gente, como por ejemplo a los que habitaban en la tierra prometida, antes que lleguen los hijos de Israel?

Interesante consulta. Muchas gracias por permitirnos hablar sobre este asunto. La Biblia es clara cuando afirma que Dios es absolutamente soberano en todo sentido. En relación con la vida y la muerte, Dios es soberano dando vida a los que él quiere darla y quitando la vida a los que él quiere quitarla. 1 Samuel 2:6 dice: “Jehová mata, y él da vida; Él hace descender al Seol, y hace subir” Hablando sobre Dios note lo que dijo uno de los reyes de Israel. Leo en 2 Reyes 5:7 “Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora y ved cómo busca ocasión contra mí.” Para el rey de Israel, Dios es el único que tiene poder para matar y dar vida. Él es soberano sobre la vida y la muerte. Como soberano sobre la vida y la muerte, Dios ha establecido reglas absolutamente claras sobre la vida y la muerte. Una de esas reglas es que el hombre no debe quitar arbitrariamente la vida a su prójimo. A esto se refiere el sexto mandamiento que se encuentra en Éxodo 20:14 donde simplemente dice: “No matarás” Observe que la voluntad de Dios es que el hombre no tome en su mano, arbitrariamente, la vida del prójimo. El hombre no debe usurpar el derecho que pertenece exclusivamente a Dios. Otra de esas reglas es que en determinados casos, precisamente descritos en la Biblia, el hombre está facultado por Dios para quitar la vida de una persona. Es lo que llamamos la pena capital. Note lo que dice Éxodo 21:12, y 13-17 “El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá. Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera. El que hiriere a su padre o a su madre, morirá. Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá. Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá” Estos son algunos de los casos en los cuales Dios ha delegado al hombre la facultad de quitar la vida al culpable. Otra de esas reglas, era justamente el motivo de su consulta. Como soberano sobre la vida y la muerte, Dios delegó al pueblo de Israel el exterminio de determinados pueblos. Deuteronomio 20:16-18 dice: “Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorrreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado; para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios.” Estos pueblos no fueron víctimas inocentes de la agresividad de los hijos de Israel. Eran pueblos absolutamente paganos, y por eso, Dios, siendo soberano sobre la vida y la muerte, determinó su exterminio. Además, Dios determinó que el pueblo de Israel sería el instrumento para traer la muerte a estos pueblos. En esencia entonces, Dios es soberano sobre la vida y la muerte. En su soberanía, él prohíbe que el hombre mate arbitrariamente a otro hombre y también en su soberanía, él ordena que el hombre mate a un hombre que es hallado culpable de haber infringido una ley claramente establecida por Dios. En su soberanía también, él ordenó que su pueblo Israel acabe con algunos pueblos paganos.