¿Cuál es el segundo mandamiento del decálogo? ¿Por qué muchas iglesias no lo guardan? ¿Qué pasó con el Antiguo Testamento a raíz de la muerte y resurrección de Cristo? ¿Fue reemplazado por el Nuevo Testamento?

El segundo mandamiento del decálogo se encuentra en Éxodo 20:4-6 donde dice: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo,  ni abajo en la tierra,  ni en las aguas debajo de la tierra.

No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;  porque yo soy Jehová tu Dios,  fuerte,  celoso,  que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

y hago misericordia a millares,  a los que me aman y guardan mis mandamientos.

El primer mandamiento del decálogo prohíbe tener dioses ajenos. El segundo mandamiento prohíbe adorar al único y verdadero Dios, por medio de cualquier cosa que lo represente o lo simbolice, como por ejemplo las imágenes. Las consecuencias de desobedecer este mandato son funestas. ¿Por qué muchas personas y muchas iglesias no se someten a este mandato? Pues por su incredulidad agravada por su ignorancia de lo que dice Dios en su Palabra, la Biblia. Las personas que se inclinan ante las imágenes dicen que lo hacen para honrar a Dios, pero no es así, están honrando a las imágenes mas no a Dios. En cuanto a la relación entre los dos testamentos o pactos en la Biblia, el Antiguo narra primordialmente el trato de Dios con Israel, basado en el pacto dado a través de Moisés en el monte Sinaí, mientras el Nuevo Testamento describe el nuevo arreglo de Dios con los hombres a raíz de la muerte y resurrección de Cristo. Lucas 22:20 dice: De igual manera,  después que hubo cenado,  tomó la copa,  diciendo:  Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre,  que por vosotros se derrama.

El pacto antiguo reveló la santidad de Dios en la norma justa de la ley y prometió que vendría un Redentor, el nuevo pacto muestra la santidad de Dios en su Hijo justo. Así que el Nuevo Testamento contiene aquellos escritos que revelan el contenido de este nuevo pacto. El mensaje del Nuevo Testamento se centra en la persona que se dio para la remisión de pecados y las personas, o la iglesia, que han recibido su salvación. Así que el tema central del Nuevo Testamento es la salvación. Los Evangelios presentan al Salvador. El libro de Hechos describe la propagación de las buenas nuevas de su salvación por una gran parte del mundo mediterráneo del primer siglo después de Cristo. Las epístolas dan los detalles de las bendiciones de esa salvación, y el Apocalipsis da una visión anticipada de la culminación de la salvación. De modo que, amable oyente, el Antiguo Testamento es la preparación, el Nuevo Testamento es el cumplimiento. Tanto Antiguo como Nuevo Testamento contienen información vital para el bienestar espiritual de todo creyente. Hoy vivimos bajo un nuevo pacto, contenido en el Nuevo Testamento, pero esto de ninguna manera hace inservible lo que contiene el Antiguo Testamento donde se encuentra el antiguo pacto.

 

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