El tema de su consulta tiene que ver con el pasaje bíblico acerca de la oración que se encuentra en Mateo 6:5-8 y su relación con la oración pública. Qué tal si damos lectura a este pasaje bíblico. Dice así: Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Es conocido que estas palabras del Señor Jesucristo han sido mal interpretadas con mucha frecuencia para sostener que la Biblia prohíbe la oración pública, pero no es así, por dos razones importantes.
La primera, porque el Señor Jesús no está condenando la oración pública sino la hipocresía de la persona que ora en público. Por eso el Señor Jesús dijo: Y cuando ores, no seas como los hipócritas. ¿En qué consistía su hipocresía? Pues en fingir que realmente estaban buscando dialogar con Dios cuando en realidad estaban buscando ser admirados por los hombres que les veían y oían. El Señor Jesús dijo que si lo que buscan es la alabanza de los hombres, ya la tienen, pero eso es lo único que tendrán, porque Dios no les recompensará de ninguna otra manera. Pero si alguien verdaderamente desea ser oído por el Padre, no necesita que otros le miren al orar en público. Perfectamente puede hacerlo entrando en su aposento y cerrando la puerta para que nadie vea ni oiga. El único que verá y oirá será el Padre y eso es lo que importa. Lo que se hace en secreto con una motivación pura algún día va a ser recompensado en público por el Señor Jesucristo.
La segunda razón es porque la misma Biblia muestra que existía la costumbre de orar en público. Pedro estaba preso por orden de Herodes y se temía lo peor, pero note lo que hizo la iglesia. Hechos 12:5 dice: Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
La iglesia toda en Jerusalén se puso en vigilia de oración a favor de Pedro. Fue una oración pública. Dios oyó la oración y liberó a Pedro. Tan pronto estuvo en libertad, Pedro fue a la casa de María y note lo que encontró. Hechos 12:12 dice: Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.
Los hermanos estaban en una reunión de oración, haciendo oración pública. Tal vez dirá: Pero esto era sólo entre creyentes, no había inconversos. Seguramente fue así, pero de todos modos los hermanos que oraban no lo estaban haciendo en su cámara secreta. Pero la Biblia también exhorta a hacer oración pública en todo lugar. Note lo que dice 1 Timoteo 2:8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda
Así que no hay problema con orar en público en cualquier lugar, siempre y cuando sea con la motivación correcta, no para ser vistos de los hombres.