Si una pareja se ama con sinceridad y delante de Dios hacen un compromiso de fidelidad mutua hasta que la muerte los separe, y comienzan a vivir juntos como esposos ¿Por qué es necesario que se casen por lo civil y también por la iglesia?

Para responder a esta consulta, es necesario tomar en cuenta que el matrimonio es un compromiso solemne al cual se someten dos personas, un hombre y una mujer, libre y voluntariamente, y que se efectúa en diversas esferas. En primer lugar en la esfera espiritual, ante Dios. Marcos 10:7-9 dice: “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” Esta es la voluntad de Dios para el matrimonio. La pareja que se casa debe hacer un solemne compromiso ante Dios, quien estableció el matrimonio, de someterse a todas las demandas de Dios para el matrimonio. Es aconsejable que este voto o compromiso solemne se haga en presencia de testigos. Por eso es que se acostumbra, en el caso de los creyentes, realizar una ceremonia con la iglesia como testigos. Además, la ceremonia religiosa es una especie de anuncio público de que la pareja ya se ha casado. De esta manera a nadie le causará sorpresa que los dos estén viviendo juntos. Pero el compromiso solemne también tiene que hacerse ante las autoridades civiles, conforme a las leyes de cada país. Note lo que dice Romanos 13:1-2 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridades sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” Si la ley dice que es necesario casarse por lo civil, los creyentes tenemos que someternos a esa ley sin pensarlo dos veces. Recuerde que las leyes han sido establecidas para el bienestar de la humanidad. Celebrando este compromiso solemne en estas dos esferas, nadie tendrá motivo para escandalizarse al ver a una pareja que viven como esposos sin haberse casado. Está bien amarse, prometerse fidelidad mutua y todo lo demás, pero para que todo esté perfecto es necesario hacer este compromiso ante Dios con testigos y ante las autoridades civiles.