Esta es una de las varias obras del Espíritu Santo en la vida del creyente. A diferencia del bautismo con o por o en el Espíritu Santo, la cual no depende de la voluntad del creyente, la llenura del Espíritu Santo es algo que depende de la voluntad del creyente. Por esta razón, el Nuevo Testamento ordena o manda a los creyentes a ser llenos del Espíritu Santo. Note lo que dice Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
El mandato tiene que ver con control. El apóstol Pablo está diciendo: no se dejen controlar por el alcohol del vino, porque resultará en embriaguez y una vida disoluta. Más bien, déjense controlar, o sean llenos del Espíritu, porque resultará en una vida agradable a Dios. Pablo está apelando a la voluntad del creyente. La pregunta es: ¿Cómo puede un creyente ser lleno del Espíritu Santo? La respuesta es fácil decir, pero difícil vivir. La llenura del Espíritu Santo es el resultado de la obediencia a la palabra de Dios, o de una vida en sumisión a la palabra de Dios. Romanos 12:1-2 dice: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
La llenura del Espíritu Santo se manifestará en el creyente que presenta su vida en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios que es la respuesta lógica del creyente que está consciente de lo que Dios ha hecho por él. Un creyente así, no se amoldará a la forma de pensar y de actuar de este mundo, sino que será constantemente transformado por medio de la renovación de su entendimiento, de modo que podrá comprobar cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Esto es ser lleno del Espíritu Santo. El pecado hace que un creyente lleno del Espíritu Santo o controlado por el Espíritu Santo, deje de estarlo. Note lo que dice Efesios 4:30-31 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Observe que después de la orden a no contristar o apagar el Espíritu Santo de Dios, Pablo ordena a dejar atrás toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. El pecado en la vida del creyente contrista o hace apagar al Espíritu Santo en la vida del creyente. La llenura del Espíritu Santo no se manifiesta por medio de hacer cosas sobrenaturales. Se manifiesta en una vida de alabanza, en una vida de sumisión a los demás, y como ya se ha dicho en una vida de obediencia a la palabra de Dios. Efesios 5:18-21 dice: No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios.