Personas me han preguntado ¿Es pecado amar a Dios y al mismo tiempo aspirar a una vida mejor mientras estamos en este mundo? ¿Tengo que conformarme con ser nadie y ser pobre?
Con respecto a este tema, quisiera comenzar haciendo algunas precisiones:
Número uno, Dios desea lo mejor para cada uno de sus hijos. Juan 10:10 dice: «El ladrón no viene sino para hurtar, y matar y destruir, yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia.»
En este versículo el Señor Jesucristo está contrastando el propósito de Satanás, con el propósito de Dios. Satanás busca hurtar, matar y destruir, pero Dios, en Cristo, busca que tengamos vida en abundancia.
Número dos, el verdadero sentido a la vida se produce solamente cuando Dios es lo más importante de la vida. El Señor Jesucristo pronunció una parábola a este respecto. Lucas 12:16-21 dice: «También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.»
El hombre rico de la parábola tenía un problema. El problema era que voluntariamente había sacado a Dios del primer lugar de su vida. ¿Cuál fue el resultado? pues su vida perdió totalmente el rumbo. Estaba dedicado a cosas que él pensaba eran las correctas, pero que lamentablemente terminaron en fracaso. Lo mismo ocurrirá con cualquier persona que quita a Dios del primer lugar de su vida.
Número tres, Jesucristo ha puesto condiciones muy severas para sus verdaderos seguidores. Lucas 14: versículos 26, 27 y 33 dice: «Si alguno viene a mí , y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.»
En estos tres versículos encontramos tres condiciones para los discípulos, las cuales podríamos resumirlas así: Negación de las relaciones personales, negación de las necesidades personales y negación de las posesiones personales. Ser un verdadero seguidor de Jesucristo no es fácil, amigo oyente, existe un costo que pagar, y desafortunadamente pocos están dispuestos a pagarlo. Dicho esto, es muy obvio que Usted tenga un problema de prioridades. ¿Qué debe ser lo más importante en la vida de un creyente? Mateo 6:33 dice: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas».
La prioridad número uno en la vida de todo creyente debe ser buscar el reino de Dios y su justicia. Esto significa dedicar lo mejor del tiempo y el esfuerzo a las cosas de Dios. Pero cuando un creyente cambia esta prioridad, no es raro que poco a poco empiece a alejarse del Señor y en algún momento se encuentre tan frío que comience a vivir y pensar como si fuera incrédulo.
Usted pregunta si debería dejar sus ocupaciones para servir a Dios. No necesariamente, aunque Dios demanda eso de algunas personas y Usted debería ser sensible a la voz de Dios por si acaso Dios quiera que Usted deje su trabajo y se dedique a trabajar en la obra de Dios. Pero si este no es el caso, Ud. puede servir a Dios por medio de su actual ocupación.
A lo mejor Usted es un Ingeniero, como Ingeniero sirva a Dios en su trabajo. Quizá Ud. es un empleado en una fábrica, como empleado en una fábrica sirva a Dios en su trabajo. No piense que Dios le ha dado ese trabajo solo para que Usted gane dinero y pueda mantener a su familia. Dios le ha dado ese trabajo para que Usted sirva a Dios en ese trabajo, testificando a sus compañeros, reuniéndose en oración con sus compañeros, etc. El sueldo solamente es la forma como Dios le está sustentado para que Ud. pueda mantener a su familia.
Usted también se pregunta si Dios quiere que Usted sea pobre y un don nadie. Bueno, es Dios quien empobrece y quien enriquece, es Dios quien humilla y exalta. Dios es soberano amigo oyente. El ser rico o pobre no depende del creyente que tiene a Dios en el primer lugar de su vida. Dios puede hacer rico o pobre a alguien que le sirve. Dios puede hacer famoso o desconocido a alguien que le sirve. Todo depende de Dios más no de nosotros. Nuestra responsabilidad es solamente servirle con todo nuestro ser; dejando en sus manos el hacernos ricos o pobres, famosos o desconocidos.
Si Dios es lo más importante en nuestras vidas, él nos dará la suficiente gracia para soportar la pobreza o sobrellevar la riqueza sin que la pobreza ni la riqueza nos aparte de sus caminos. No olvidemos que es más difícil agradar a Dios siendo rico que siendo pobre.
¿Será pecado para un creyente aspirar a una vida mejor? pues todo depende de la motivación que tenemos para aspirar a esa vida mejor. Si la motivación es egoísta, es decir si aspiramos a una vida mejor para aparecer mejores que los demás o para dominar a los demás, entonces estamos en pecado. Pero si la motivación para aspirar a una vida mejor es para honrar mejor al Señor, para compartir con los pobres lo que el Señor nos dé, para ofrendar mejor para la obra del Señor, etc. entonces no hay nada de malo en aspirar a una vida mejor.
Dios nos pide que estemos contentos con lo que tenemos, pero en ninguna parte de la Biblia se nos pide que debamos estar conformes con lo que tenemos. Una cosa es estar contento y otra muy diferente es estar conforme. Yo estoy muy contento con lo que Dios está haciendo en La Biblia Dice… pero de ninguna manera estoy conforme, porque sé que Dios puede hacer mucho más y quiere hacer mucho más a través de La Biblia Dice… Los creyentes no debemos ser conformistas.