¿Tener bulimia es pecado?

La bulimia nerviosa, se define como episodios incontrolados de comer en exceso, seguidos normalmente de purgas o autoinducción del vómito, o mal uso de laxantes, o enemas, o medicamentos que producen un incremento en la producción de orina, o ayuno o ejercicio excesivo para controlar el peso. Comer en exceso se debe entender en el sentido de comer cantidades mucho más grandes de alimentos de las que se consumirían normalmente en un período corto de tiempo, normalmente menos de dos horas. Los atracones de comida se producen al menos dos veces a la semana durante tres meses y pueden producirse incluso hasta varias veces al día.

Se cree que los factores que contribuyen al desarrollo de la bulimia incluyen los ideales culturales y las actitudes sociales en cuanto a la apariencia del cuerpo, la auto evaluación basada en el peso y forma del cuerpo, y los problemas familiares. Del 30 al 50 por ciento de los adolescentes bulímicos también cumplen los criterios de la anorexia nerviosa al inicio de su enfermedad. La mayoría de los bulímicos son mujeres adolescentes que pertenecen a un grupo socioeconómico alto. Todos los países industriales occidentales han informado de casos de bulimia. Se calcula que entre el 1 y el 4 por ciento de las adolescentes de Estados Unidos se les ha diagnosticado bulimia. Los adolescentes que desarrollan bulimia suelen provenir de familias en las que existen antecedentes de trastornos alimentarios, enfermedades físicas y otros problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo o abuso de drogas. Otros problemas de salud mental, como los trastornos de ansiedad o los trastornos del estado de ánimo, se encuentran comúnmente en los jóvenes que tienen bulimia. Los síntomas pueden incluir: Usualmente un peso corporal bajo o normal (la persona se ve gorda). Episodios recurrentes de atracones de comida (consumo rápido de cantidades excesivas de alimentos en un período de tiempo relativamente corto, a menudo en secreto), asociados con sentimientos de miedo de no ser capaz de dejar de comer durante los episodios de atracones. Auto provocarse el vómito (normalmente en secreto). Ejercicio excesivo o ayunar. Costumbres o rituales alimentarios peculiares. Uso inadecuado de laxantes, diuréticos u otros purgantes. Menstruaciones irregulares o ausencia de menstruaciones. Ansiedad. Sentimientos de desaliento relacionados con la insatisfacción consigo mismos y con la apariencia de su cuerpo. Depresión. Preocupación por los alimentos, el peso y la forma del cuerpo. Cicatrices en la parte posterior de los dedos debido al proceso de auto provocarse el vómito. Comportamiento obsesivo hacia sus metas. Si no se controla a tiempo, la bulimia puede degenerar en otros desórdenes alimentarios que ponen en peligro la vida.

La bulimia, atenta contra el bienestar del propio cuerpo de la persona que lo practica. Siendo así es una conducta que no agrada a Dios, por cuanto Dios dice en su palabra que somos mayordomos de nuestros cuerpos, porque nuestros cuerpos pertenecen a Dios. Note lo que dice 1 Corintios 6:19-20. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,  el cual está en vosotros,  el cual tenéis de Dios,  y que no sois vuestros?

1Co 6:20  Porque habéis sido comprados por precio;  glorificad,  pues,  a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,  los cuales son de Dios.

Como mayordomos de nuestro cuerpo, la responsabilidad de todo creyente es administrar lo mejor posible nuestros cuerpos, no sólo en el sentido de no contaminarlo con el pecado sino también en el sentido de no hacer nada que lo afecte negativamente. Por esto la bulimia nerviosa deshonra a Dios. Por lo tanto es necesario que delante de Dios reconozca que ha estado ofendiendo a Dios al permitir sus crisis de bulimia, y en consecuencia, es necesario que lo confiese a Dios y dé los pasos necesarios para no volver a caer en lo mismo. Proverbios 28:13 dice: El que encubre sus pecados no prosperará;  Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Es necesario diseñar un plan para evitar cometer la misma falta una y otra vez.

  1. Involucrar a alguien en la solución del problema.- En relación con esto, es necesario hablar sobre esto con los padres primeramente y tal vez en compañía de ellos, es necesario que hable con los líderes de la iglesia local donde se congrega. No tenga temor de que va a ser reprochada o condenada por esto. Sus padres y los líderes de la iglesia deben estar dispuestos a ayudarle para vencer este problema. No piense que guardando todo en secreto se va a resolver su problema algún día. No es así, más bien el problema se va ha hacer más complejo y tal vez sea demasiado tarde para intentar una solución. Si al hablar con sus padres y con los líderes de la iglesia no nota una mejoría en su situación, es probable que tenga que recurrir a algún consejero creyente que tenga experiencia en tratar casos de esta naturaleza. El asunto es que involucre a alguien en la solución del problema. No lo enfrente sola.
  2. Buscar refugio en Dios .- Cuándo enfrente pruebas o problemas o conflictos en su vida, no busque refugio en la bulimia, la bulimia no le va a ayudar de ninguna manera. La bulimia va a agravar todo. Dios es quién está en control de lo que está pasando. Aprópiese por la fe de textos como Isaías 41:10 donde dice: No temas,  porque yo estoy contigo;  no desmayes,  porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;  siempre te ayudaré,  siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
  3. Buscar la raíz del problema.- Reconocer que el problema de bulimia puede tener sus raíces en conflictos no resueltos en la familia. Siendo así, sería aconsejable que la familia también se someta a un proceso de restauración con miras a resolver cualquier situación anómala.
  4. Servir .- Involúcrese en alguna área de servicio. Cuando la mente se ocupa en servir con fervor al Señor no hay tiempo para pensar en cosas que no agradan al Señor.
  5. Reconocer el acorde Dios.- El verdadero valor no está dado por la manera cómo se ve el cuerpo en un espejo o por los kilos que pesa, sino por lo que Dios hizo al permitir que su Hijo el Señor Jesucristo muera en la cruz. Dios ama tanto que dio a su Hijo. Encontrar su significado en este hecho demanda un trabajo paciente guiado por el Señor mediante su Espíritu.