¿Es una obligación congregarse en una iglesia local para poder ser salvo? ¿Qué pasa si una persona no se congrega en una iglesia local? ¿Se condena?

Gracias por su consulta. No. Congregarse en una iglesia local no es requisito para ser salvo. La salvación es por gracia por medio de la fe. Note lo que dice Efesios 2:8-9. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;  y esto no de vosotros,  pues es don de Dios; no por obras,  para que nadie se gloríe.

La salvación no algo que se lo merezca por haber hecho cualquier cosa, como congregarse en una iglesia local, por ejemplo. La salvación es por gracia, esto significa algo que no se merece. La salvación resulta de creer o confiar o tener fe en la persona y obra del Señor Jesucristo. Sin embargo, los que ya somos salvos por gracia por medio de la fe, hemos sido creados en Cristo Jesús para buenas obras. Esto es lo que dice Efesios 2:10 donde leemos lo siguiente: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Los creyentes somos hechura o una obra de arte, o un poema de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios ha preparado de antemano para que las hagamos. Una de muchas de estas buenas obras, es justamente congregarse en una iglesia local. En otras palabras, una persona no se congrega en una iglesia local para ser salva sino porque ya es salva. Observe lo que el Nuevo Testamento ordena a los que ya somos salvos. Se encuentra en Hebreos 10:24-25 donde dice: Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos,  como algunos tienen por costumbre,  sino exhortándonos;  y tanto más,  cuanto veis que aquel día se acerca.

Los que ya somos salvos debemos estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. ¿Cómo lograrlo? Pues por medio de congregarnos en una iglesia local. La iglesia local es el lugar indicado para edificar a otros y ser edificados por otros. Por eso es que el autor de Hebreos exhorta a los lectores de su libro a no dejar de congregarnos, como lamentablemente algunos tienen por mala costumbre. Todo lo contrario, debemos exhortarnos unos a otros en el seno de una iglesia local, especialmente en estos tiempos que estamos tan cerca del cumplimiento de lo que Dios ha anunciado en su palabra en cuanto a lo que va a pasar en este mundo. Si una persona que ya es salva no se congrega, está viviendo en desobediencia a Dios y esto tiene severas consecuencias para el bienestar espiritual de esa persona, no al punto de hacerle perder su salvación, porque eso simplemente no es posible, pero sí de hacer su vida miserable, muy lejos de la vida abundante que el Señor Jesús quiere darnos.

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