En 1ra de Corintios capítulo 7:7 Pablo escribió: “quisiera mas bien que todos los hombres fueran como yo, pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo y otro de otro. Digo pues a los solteros y a las viudas que bueno les sería quedarse como yo. Pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”. Siguiendo esta cita, comúnmente se conoce al don de abstinencia, continencia o celibato como el don del apóstol Pablo.
Autor: cris
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¿Jesucristo sigue teniendo un cuerpo incorruptible?
Sabemos que Jesucristo resucitó físicamente, es decir que tuvo un cuerpo incorruptible. Ahora en la gloria, ¿Tiene Jesucristo todavía ese cuerpo incorruptible o es solamente un Espíritu?
Cuando Cristo resucitó de entre los muertos, recibió un cuerpo glorificado, un cuerpo incontaminado, inmortal e inmarcesible. Con este cuerpo ascendió a la gloria de su Padre y con este cuerpo está en la actualidad en la presencia de su Padre en el cielo. Esto lo sabemos porque eso fue lo que dijeron los ángeles que aparecieron a los discípulos cuando Jesucristo resucitado fue ascendido a la gloria de su Padre. Note lo que dice Hechos 1:10-11 “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Cuando Jesucristo resucitado ascendió a la gloria de su Padre, tenía un cuerpo glorificado, los ángeles dijeron a los discípulos: Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Conclusión, Jesucristo resucitado está con su cuerpo glorificado en el cielo y con ese cuerpo glorificado vendrá por segunda vez a la tierra.
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¿El Apocalipsis un libro simbólico?
Podemos afirmar con propiedad que mucho del lenguaje de Apocalipsis, mas no todo, es simbólico. En Apocalipsis se nos habla de números, de colores, de minerales, de joyas, de animales, de estrellas, de candeleros, y algunas otras cosas más, y cada una de estas cosas representan a personas, a cosas o principios espirituales. Gracias a Dios, algunas de las simbologías son explicadas en el mismo libro. Por ejemplo, las siete estrellas de las cuales nos habla Apocalipsis 1:16 se explican en Apocalipsis 1:20 diciendo que son los siete ángeles de las siete iglesias. El gran dragón de quien nos habla Apocalipsis 12:9 es identificado como Satanás en el mismo versículo. Cuando el mismo libro no explica la simbología, es necesario recurrir a otras partes de la Biblia para apreciar su significado. Por ejemplo, los cuatro seres vivientes de los cuales nos habla Apocalipsis 4:6 son parecidos a los seres vivientes de los cuales nos habla Ezequiel 1:5-14 y en Ezequiel 10:20 se afirma que eran querubines. El leopardo, el oso y el león de los cuales se nos habla en Apocalipsis 13:2 nos lleva a pensar en la visión de Daniel en el capítulo 7 de su libro, en el cual, estos animales representan a los imperios mundiales de Grecia, Persia y Babilonia respectivamente. Pero existen otros símbolos cuya identificación precisa no es muy fácil y debemos ser muy cuidadosos para no asignar un significado que distorsione la correcta interpretación del pasaje bíblico. Así que, Apocalipsis es en efecto un libro que contiene muchos símbolos, pero esto de ninguna manera hace del libro de Apocalipsis un libro simbólico en el sentido de no ser útil. El simbolismo es un recurso literario muy válido para expresar cualquier tipo de verdad ya sea espiritual o de cualquier otra índole.
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1 Corintios 7:23 dice que no debemos hacernos esclavos de los hombres, pero Efesios 6:5 dice que los siervos deben obedecer a los amos terrenales
1 Corintios 7:23 dice que no debemos hacernos esclavos de los hombres, pero Efesios 6:5 dice que los siervos deben obedecer a los amos terrenales. También se observa lo mismo en 1 Pedro 2:18. Por favor explíqueme esta aparente contradicción.
Gracias por su consulta amable oyente. Comencemos por explicar lo que tenemos en 1 Corintios 7:23. Para tomar en cuenta el contexto, leamos desde el versículo 20 hasta el versículo 24. Dice así: “Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede. ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más. Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.” Pablo, el autor de la primera carta a los Corintios está hablando en cuanto a un problema que se presentó en el primer siglo en la iglesia de Corinto. Sucede que algunos esclavos escucharon el Evangelio y recibieron a Cristo como Salvador. Una vez creyentes, algunos de ellos estaban pensando que a lo mejor no era apropiado seguir siendo esclavos y estaban considerando la posibilidad de rebelarse contra sus amos. Esto fue fuente de tensión y preocupación. Por eso Pablo está diciendo: Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede. ¿Fuiste llamado siendo esclavo? Quédate como esclavo. No eres menos creyente por el hecho de ser esclavo. Esto no significa que un esclavo creyente estaba condenado a vivir como esclavo toda la vida. Habían formar legítimas para dejar de ser esclavo. Pablo por tanto dice: Si encuentras una forma legítima de dejar de ser esclavo, aprovecha la oportunidad y obtén tu libertad. No hay nada de malo en que busques dejar de ser un esclavo. Pero no te desesperes por ser un liberto. Ser cristiano amigo oyente, no es equivalente a ser liberto. Un liberto es alguien que antes era esclavo pero que de alguna manera ha obtenido la libertad. El cristianismo no tiene el propósito de abolir la esclavitud, aunque se debe reconocer que donde el cristianismo se ha establecido con fuerza, la esclavitud como institución siempre ha cedido terreno y ha terminado por abolirse. Pablo además dice que esto de ser libre o esclavo en la tierra, es un asunto secundario cuando se lo mira a la luz de lo eterno. Es más, el creyente esclavo debe sentirse libre en el Señor y el creyente libre debe sentirse esclavo en el Señor. Es aquí cuando Pablo hace esa declaración en cuanto a no hacerse esclavos de los hombres. Lo que Pablo está diciendo es que no hay problema con ser creyente y esclavo a la vez, o creyente y liberto a la vez. El verdadero problema es cuando el creyente, sea esclavo o sea liberto, se hace a sí mismo esclavo de prácticas de hombres impíos, las cuales son contrarias a la enseñanza de la Biblia. Esta esclavitud es la que debemos evitar todos los creyentes. De modo que, amigo oyente no existe ningún conflicto entre esto de no hacerse esclavo de los hombres y la enseñanza de Pablo para los esclavos creyentes, como la que aparece en Efesios 6:5 donde dice: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo” Así es como debe actuar un creyente esclavo en relación con sus amos, no importa si los amos son creyentes o incrédulos, no importa si los amos son buenos o malos.
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¿Cómo es que 1 Corintios 11:14 dice que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello, mientras que Números 6:5 habla de hombres que no deben permitir que pase la navaja sobre su cabeza?
¿Cómo es que 1 Corintios 11:14 dice que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello, mientras que Números 6:5 habla de hombres que no deben permitir que pase la navaja sobre su cabeza?
Vamos a dar lectura al pasaje bíblico que se encuentra en 1 Corintios 11:14-15 para fundamentar la explicación. Dice así: “La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.” Lo que este pasaje bíblico está diciendo, es que en el ser humano en general existe una idea innata o un concepto muy propio y arraigado de lo que es normal y correcto en cuanto al cabello. Esto se basa en que la hormona masculina llamada testosterona, acelera la pérdida del cabello en los varones. En cambio la hormona femenina llamada estrógeno, hace que el cabello de las mujeres crezca más largo y permanezca por más tiempo. Por esto la calvicie en las mujeres es algo excepcional, aún entre las muy ancianas. Esta realidad fisiológica del hombre y de la mujer se refleja en que en la mayoría de las culturas, porque ciertamente hay excepciones, normalmente la mujer lleva cabello largo y el hombre cabello corto. Quien está detrás de todo esto es Dios mismo, porque es Dios quien ha dado a la mujer el cabello para comunicar ternura, suavidad y belleza. Esto es todo lo que comunica este pasaje bíblico. Ahora vayamos a Números 6. No tenemos el tiempo para leer todo el capítulo, pero este capítulo por entero está dedicado a lo que en el Antiguo Testamento se llamaba el voto de nazareo. Este voto podían hacerlo tanto hombres como mujeres. No era algo solo para los hombres. Nazareo es la transliteración de una palabra hebrea que literalmente significa “dedicación por separación” Los que hacían el voto de nazareo se separaban ellos mismos para el Señor por medio de separarse de algunas prácticas, tales como beber vino, sidra, vinagre de vino, vinagre de sidra, licor de uvas, uvas frescas o secas, es decir de todo lo que se hace de la vid. También tenían que cumplir con algo muy estricto en cuanto al cabello. Permítame leerlo en Números 6:5 donde dice: “Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello.” Note que el cabello largo, tanto en hombre como en mujer, era la señal externa de que esa persona había hecho voto de nazareo. Los que habían hecho voto de nazareo no podían acercarse a persona muerta, ni aun si la persona muerta era padre, madre, hermano o hermana. Si por causa accidental se contaminaba acercándose a persona muerta, tenía que pasar por un cuidadoso ritual de purificación que incluía el rasurarse la cabeza, para volver a contar los días del voto de nazareo. El voto de nazareo se hacía por días o por semanas o por meses o por años y hasta de por vida ¿Qué pasaba cuando se cumplían los días del voto de nazareo? Bueno, el que tenía voto de nazareo tenía que venir a la puerta del tabernáculo de reunión, para ofrecer su ofrenda a Jehová, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto por ofrenda de paz. Además un canastillo de tortas sin levadura, de flor de harina amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite. Era algo costoso el hacer voto de nazareo. Luego, el nazareo rasuraba su cabeza consagrada a la puerta del tabernáculo de reunión y tomaba los cabellos de su cabeza consagrada y los ponía sobre el fuego que está debajo de la ofrenda de paz. Acto seguido el sacerdote realizaba los demás rituales para este caso. Así era como se terminaba el tiempo del voto de nazareo. Así que, amigo oyente, no hay ninguna vinculación entre lo que se practicaba en el voto de nazareo y la enseñanza de la naturaleza en cuanto a que es deshonroso que el varón lleve cabello largo mientras que es honroso que la mujer lleve el cabello largo.
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¿Qué dice Dios sobre el enamoramiento?
Soy soltera, recibí a Cristo como mi Salvador hace años cuando ya era mayor. Sucede que últimamente creo que me enamorado de un varón soltero, creyente igual que yo. Me interesa por tanto saber lo que Dios dice sobre el enamoramiento.
Gracias por su consulta. Usted ha tocado un tema muy importante para todos en general y en particular para los que son solteros y desean casarse algún día, no importa si son muy jóvenes o mayores como es su caso. Sobre el enamoramiento, permítame compartir con usted lo siguiente: Primero, reconocer que la decisión más importante después de la decisión de recibir a Cristo como Salvador, es saber con quién se va uno a casar. Una mala decisión en cuanto a la pareja puede echar a perder el futuro de cualquier creyente. Por eso, no se debe pensar siquiera en noviazgo, sin primeramente estar en íntima comunión con Dios a través de su palabra y la oración. Ninguno de nosotros es lo suficientemente sabio para tomar esta decisión tan importante sin la guía y dirección de Dios. Así que, todo joven o señorita que piense ponerse de novio o de novia, debe primeramente invertir bastante tiempo con el Señor. Un texto que probablemente sintetiza muy bien esta idea se encuentra en Salmo 37:4 que dice: «Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.»Cuando un joven o una señorita se entregan por completo a hallar su deleite en la persona de Dios, de seguro que Dios mismo pondrá en sus mentes lo que él quiere que hagan en cuanto a la pareja y será Dios mismo quien permita que ese deseo se cumpla totalmente. Segundo, mientras se está en comunión con el Señor, es imperativo el escudriñar la palabra de Dios para saber cuál es la voluntad de Dios para el noviazgo. Por supuesto que en las páginas de la Biblia no se va a hallar el nombre del joven o la señorita con quien Ud. debe ponerse de novio o de novia, pero en la Biblia Ud. encontrará principios generales que atañen al noviazgo. Uno muy importante se encuentra en 2ª Corintios 6:14 que dice: «No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?»Un joven creyente no debe enamorarse o ponerse de novio con una joven incrédula y una joven creyente no debe enamorarse o ponerse de novia con un joven incrédulo. Si lo hacen están en franca y total rebeldía contra Dios. El enemigo es muy astuto y hace creer a los jóvenes que no importa enamorarse de un incrédulo o una incrédula porque mientras se desarrolla la relación de noviazgo el joven o la joven incrédula recibirán al Señor como Salvador por el testimonio de ellos. Pero no hay tal amigo oyente. La triste realidad es que lo más probable que sucederá es que el joven o la señorita creyentes se debilitarán en su fe y no será extraño que se aparten totalmente del Señor por el solo hecho de mantener esa relación desigual de enamoramiento. Tercero, los jóvenes creyentes deben saber que sobre lo físico y emocional de una persona está lo espiritual. Esto significa que por ejemplo un joven no debe volverse loco de amor por una chica que es poco menos que una estrella de cine por su apariencia física aunque es un desastre emocionalmente hablando y un cero a la izquierda espiritualmente hablando. El joven creyente debe mirar primero las cualidades espirituales de una probable candidata a novia o enamorada y si eso está bien, y se ve madurez espiritual entonces se puede pensar en una probable relación de noviazgo con esa chica. Es millón veces mejor casarse con una mujer no tan atractiva pero muy temerosa de Dios que con una mujer muy atractiva pero apática a las cosas de Dios. En definitiva amigo oyente, no valore a una persona solo por lo físico. Ponga más énfasis en lo emocional y sobre todo en lo espiritual. Lo físico dura poco, no sé, serán unos 20 años digamos, y luego la esbeltez del cuerpo se deforma con el peso de los años. La piel lozana se arruga y un montón de cosas más que cambian para peor en la parte física. Pero el espíritu y el alma pueden estar más jóvenes mientras los años pasan. No sacrifique el alma y el espíritu sobre el altar de lo físico. Cuarto, cuando el Señor parece que le está guiando en cierta dirección específica en cuando a con quien ponerse de novio o de novia, no deseche el consejo de las autoridades de su iglesia local y de sus padres. Saque de su mente lo que es común en muchas parejas de novios, me refiero a llevar adelante un noviazgo secreto. Esto no es la voluntad del Señor. El noviazgo es una etapa hermosa de la vida de todo joven y de toda señorita. No debe ser algo de lo cual Ud. se avergüence y actúe como si nada estuviera pasando. Si su probable noviazgo no cuenta con el apoyo de las autoridades de la iglesia local y con el apoyo de sus padres, es mejor que no se meta a ponerse de novio o de novia. La falta de aprobación será la manera de Dios de decir: Espera un momento, yo tengo mejores planes para ti. Yo te voy a traer una persona mejor que la que tú estás pensando. Recuerde que los jóvenes creyentes deben estar sometidos a la autoridad de los líderes de la iglesia local y a la autoridad de sus padres. No juegue con fuego enamorándose de alguien en contra de la voluntad de los que son autoridades sobre Ud. Quinto, si ya está de novio o de novia con todas las de ley, sométase a edificar la relación en la parte espiritual principalmente y luego en menor grado en la parte emocional y deje totalmente afuera la parte física. En otras palabras, evite las escenas románticas que Ud. seguramente habrá visto personalmente o por la televisión. Me refiero a un paraje solitario, a media luz, ellos solos, y una pasión que no reconoce límite alguno. Ud. debe reconocer que las caricias en la pareja están reservadas para el matrimonio, porque son parte de la preparación de la pareja para el acto sexual. En el noviazgo no debe haber acto sexual, entonces tampoco debe haber caricias. Y no me diga que Ud. es tan dueño de Ud. mismo que sabe hasta donde debe ir en las caricias para no caer en una relación sexual pre-marital. Si Ud. supiera la cantidad de gente que se creía muy dueña de si mismo para frenar justo a tiempo en su pasión, pero desafortunadamente en el instante crucial no pudieron detenerse y terminaron entregándose el uno al otro en una relación rodeada de temores y sentimientos de culpa que ha echado a perder la hermosura de un noviazgo puro. Note lo que dice la Biblia sobre esto 1ª Corintios 6:18 «Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.» El consejo de Dios es huir de la fornicación. Cuando Ud. se vea tentado a algo que tenga que ver con el uso impropio del sexo, huya. Aléjese inmediatamente de eso. Solo así logrará mantener un cuerpo puro para su futura esposa o esposo. Yo sé que hablar de esto en esta manera, horroriza a mucha gente. Se piensa que llegar virgen al matrimonio es lo peor que le puede pasar a un joven o a una señorita. Lo que pasa es que hoy por hoy vivimos en una sociedad que idolatra el placer sexual. La idea del mundo es: Si te gusta, hazlo. No importa cómo ni con quien ni en donde. Esto ha abierto la puerta al homosexualismo, al lesbianismo, al adulterio, a las relaciones sexuales pre- matrimoniales, al aborto. Lo que deja como resultado es una sociedad que se debate en problemas sociales tan graves como prostitución, enfermedades venéreas, sida, madres solteras. Cuidado con transitar por este tortuoso sendero amigo oyente. Lo prudente es someterse a lo que dice la palabra de Dios cuando en Proverbios 5:18 dice: «Alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela, sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre» Deje que primero Dios le guíe a la persona con quien Ud. se va a casar y solo con esa persona, una vez casado, disfrute de los deleites de la vida matrimonial. Por último, en sexto lugar, no piense que el noviazgo es un deporte. Es decir que hoy está con una novia, mañana con otra y pasado mañana con otra. El noviazgo es la antesala del matrimonio. Si no piensa casarse con alguien, no pierda su tiempo poniéndose de novio o novia con esa persona. Es peligroso jugar con los sentimientos de la gente. Si Ud. logra poner en práctica al menos estas sugerencias, estoy seguro que le espera un noviazgo feliz y ciertamente también un matrimonio feliz. Muchos de los problemas matrimoniales tienen sus raíces en errores que se cometieron durante el noviazgo.
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¿Una persona que puede hablar otros idiomas tiene el Espíritu Santo?
En el día de Pentecostés, en el cual los apóstoles y los 120 hablaron en lenguas, a mi entender eran lenguas humanas, ¿Quiere decir esto que si una persona no acepta a Jesucristo como su único Salvador, también tiene el Espíritu Santo por haber estudiado en una universidad y poder hablar 2, 3, 4 o más idiomas?
Demos lectura al texto que se encuentra en Hechos 2:1-4 donde dice: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Así es como Lucas relata la experiencia maravillosa en el día de Pentecostés, lo cual marcó el nacimiento de la iglesia de Cristo. Hubo varias manifestaciones milagrosas. La primera, estaban todos unánimes juntos. Esto es un milagro. No había divisiones, ni celos, ni pleitos, etc. La segunda, el estruendo que vino del cielo, comparable a un viento recio que soplaba. La tercera, las lenguas repartidas, como de fuego, que se posaron sobre cada uno de los que estaban en la casa. La cuarta, la capacidad de hablar en otras lenguas. La palabra lenguas, es la palabra “glossa” en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento. Esta palabra se usa para describir un idioma. Es decir que los que allí estaban reunidos hablaron otros idiomas. El milagro no estuvo en hablar esos otros idiomas. El milagro estuvo en hablar esos otros idiomas sin antes haberlos aprendido. ¿Qué es lo que lo produjo? El texto que leímos dice que primeramente fueron llenos del Espíritu Santo y los idiomas que hablaron no fueron lo que esas personas quisieron, sino lo que el Espíritu Santo les daba que hablasen. Entonces fue una obra del Espíritu Santo. Así que, esta capacidad de hablar otros idiomas no lo dio la universidad o la escuela de idiomas. Fue una obra milagrosa del Espíritu Santo en los creyentes que estaban en el aposento alto. El Espíritu Santo no mora ni llena a los incrédulos sino solo a los creyentes. Un incrédulo puede hablar todos los idiomas que quiera, pero eso no será por la obra milagrosa del Espíritu Santo.
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1 Juan 4:18 dice que en el amor no hay temor y que el perfecto amor echa fuera el temor
1 Juan 4:18 dice que en el amor no hay temor y que el perfecto amor echa fuera el temor. Ahora bien, en Deuteronomio 6:5 dice que debemos amar a Dios de todo corazón, pero en el mismo capítulo, versículo 13 dice: A Jehová tu Dios temerás. ¿Por qué es que debemos amar a Dios con temor cuando el amor echa fuera el temor?
Gracias por su interesante consulta, amigo oyente. Vamos primero a explicar el significado de lo que tenemos en 1 Juan 4:18. Para ello leamos este versículo y también el anterior para introducirnos en el contexto. 1 Juan 4:17-18 dice: “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” Poco antes de citar este pasaje, Juan declaró que Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Una de las manifestaciones de la relación de amor entre Dios y el hombre, es que el hombre desarrolla una relación de confianza con Dios. Confianza principalmente en lo que tiene que ver con lo que la Biblia llama el día del juicio. Por eso es que el texto leído dice que el amor se ha perfeccionado o madurado en nosotros, otorgándonos confianza. ¿Confianza en qué? Pues en el día del juicio. El día del juicio no reviste temor alguno para los que amamos a Dios de corazón, no por los méritos que hemos hecho mientras estamos en la tierra sino por la fe que tenemos en Cristo nuestro Salvador. Todo lo que es Cristo somos los que creemos en Cristo. Entonces no existe razón para temer en el día del juicio. Juan dice por tanto: Pues como él es, es decir Cristo, así somos nosotros en el mundo. El creyente que tiene esta relación de amor con Dios, es visto por Dios como si fuera Cristo mismo y esto nos debe traer una sensación de total confianza en el día del juicio. Es por eso que Juan declara que en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor. Si Usted ama a Dios, Usted no debe tener temor de ser castigado en el día del juicio. Pero si Usted no ama a Dios, entonces, allí sí, Usted vivirá en constante temor de que algún día Dios traerá sobre Usted el castigo merecido. Juan dice por tanto: El que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Recuerde amigo oyente, que para amar a Dios, primero se necesita nacer de nuevo. Los incrédulos no pueden amar a Dios porque están muertos espiritualmente hablando. Para nacer de nuevo es necesario recibir a Cristo como Salvador. En esencia entonces, amigo oyente. Cuando Juan dice que el perfecto amor echa fuera el temor, está hablando en el contexto del día del juicio. Los que amamos a Dios, no tenemos ningún temor del día del juicio, porque somos salvos, porque nuestros pecados nos han sido perdonados, porque el castigo que merecemos por nuestros pecados ya fue recibido por Cristo en la cruz y nosotros fuimos liberados de recibir ese castigo. Muy bien, ahora vamos a ver las otras citas que Usted mencionó en su consulta. Una de ellas es Deuteronomio 6:5 donde dice: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” La principal responsabilidad de un judío hacia Jehová era un amor sin reservas, un amor con toda el alma y con todas las fuerzas, también un amor de corazón, esto significa un amor sincero, un amor que nos es de labios para afuera. Este es el tipo de amor que echa fuera el temor de que algún día, en el día del juicio, Dios nos pueda castigar. Cuando un ser humano ama a Dios de esta manera, vivirá en total seguridad de que nunca va a ser condenado a castigo eterno por el pecado. La otra cita se encuentra en Deuteronomio 6:13 donde dice: “A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás.” El verbo Hebreo que se ha traducido como temer, significa tanto reverenciar o adorar como tener temor de. Ambas ideas están inmersas en el mandato de temer a Jehová tu Dios. Jehová Dios es el único que debe ser reverenciado o adorado y además, Jehová Dios es el único que debe ser temido en el sentido de no ofenderle con el pecado. Es un temor santo o temor reverencial, como han dicho algunos. Mientras más elevada es la posición o dignidad de una persona, más temor reverencial infunde en sus subordinados. Un miedo de caer en sus manos si se hace algo en contra de esa persona. Bueno, este sentimiento también debe estar presente en la relación del hombre con Jehová Dios. Un temor reverencial, un temor santo de caer en sus manos si hacemos algo contrario a su voluntad. Esta faceta de la relación del hombre con Jehová Dios no es muy popular que digamos. A todos nos gusta pensar en un Dios de amor, de gracia, de misericordia, un Dios bondadoso, etc. Y ciertamente Dios es todo esto, pero recordemos que además de eso, es un Dios a quien debemos temer. Porque simplemente él es Dios. Textos como Deuteronomio 6:2; 5:29; 10:12; 13:4 ordenan a los hombres a temer a Dios. Insisto, que esto puede ser entendido en el sentido de adorar o reverenciar a Dios, pero no olvidemos jamás que puede ser entendido también en el sentido de un miedo a ofender su santidad. Interesante que en la versión Reina Valera, cuando Mateo y Lucas citan el texto en Deuteronomio 6:13, aparece así: “A Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” Así que amigo oyente, este temor en el libro de Deuteronomio es diferente al temor que hablamos en el libro de 1 Juan. Allí se refería al miedo en el día del juicio. Los que amamos a Dios no debemos tener miedo al día del juicio, porque ya somos salvos. Cristo Jesús ya recibió el castigo que nosotros como pecadores merecíamos.
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Cronológicamente, ¿cuál es el primer libro que se escribió del Nuevo Testamento?
Cronológicamente, ¿cuál es el primer libro que se escribió del Nuevo Testamento? ¿Cuál es el último? ¿Por qué en nuestro canon tenemos el orden que tenemos?
Gracias por su consulta, amable oyente. En un sentido cronológico, Santiago es el primer libro del Nuevo Testamento escrito entre los años 44 a 49 después de Cristo. Apocalipsis es el último libro del Nuevo Testamento, escrito entre los años 94-96 después de Cristo. En la Biblia anotada de John MacArthur aparece la lista de los libros del Nuevo Testamento en orden cronológico y es la siguiente: Santiago, Gálatas, Mateo, Marcos, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Corintios, 2 Corintios, Romanos, Lucas, Efesios, Filipenses, Colosenses, Filemón, Hechos, 1 Timoteo, Tito, 1 Pedro, 2 Timoteo, 2 Pedro, Hebreos, Judas, Juan, 1 Juan, 2 Juan, 3 Juan y Apocalipsis. En cuanto al orden de los libros en nuestro Nuevo Testamento, hasta donde se sabe, se lo estableció a fines del siglo cuarto. G. Baez Camargo, en su libro titulado “Breve historia del Canon Bíblico” dice lo siguiente en la página 113: Bien puede decirse que para fines del siglo cuarto, había quedado ya establecido, como final e irrevocable, para la gran mayoría de las iglesias, el canon de los 27 libros del Nuevo Testamento. Más adelante, en la página 114 dice este autor lo siguiente: El concilio de Florencia, en 1441 ratificó el carácter canónico de los 27 libros, lo cual fue finalmente decretado por el de Trento en 1546.
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¿Que significa Hija de Sión?
¿Qué significa la frase hija de Sión, en Isaías 1:8?
Gracias por su consulta. Permítame leer Isaías 1:7-8 La Biblia dice: Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.
Isa 1:8 Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.
Isaías está describiendo en parte la desolación que resultó del pecado del pueblo de Israel. La tierra en general estaba en destrucción, las ciudades habían sido incendiadas, Israel estaba asolada bajo el dominio de naciones extranjeras. Es natural por tanto que la frase hija de Sión, se refiera a la capital de Israel, Jerusalén. Esto se confirma por lo que dice Isaías 52:2 donde leemos lo siguiente: Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.
Volviendo a Isaías 1:8, como consecuencia del pecado, la ciudad de Jerusalén estaba como enramada en viña y como cabaña en melonar. La otrora esplendorosa y majestuosa ciudad de Jerusalén, fue reducida a un simple cobertizo o una enramada en el cual se protege el cuidador de una viña o como una tienda o cabaña en la cual se protege el cuidador de una plantación de melón. Todo como funesto resultado del pecado del pueblo de Israel.
La siguiente consulta nos ha llegado por correo electrónico. Dice así: En el libro de Mateo 27:46 se nos dice que el Señor Jesús clamó: Eli, Eli, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos comentaristas Bíblicos dicen que el Señor se sentía tan humano que creyó que Dios le había abandonado. Mi opinión es que Dios le desamparó porque estaba castigando el pecado de toda la humanidad sobre su Hijo y como Dios es Santo no puede concordar con el pecado. Para mí, la palabra abandonar y desamparar son diferentes.
Gracias por su consulta. Vamos a leer el pasaje bíblico en Mateo 27:45-50. La Biblia dice: Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Mat 27:46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Mat 27:47 Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.
Mat 27:48 Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber.
Mat 27:49 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.
Mat 27:50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
En medio de densas tinieblas a pleno medio día, cerca de la hora novena, es decir cerca de las tres de la tarde, se escuchó la voz del Señor Jesucristo clamando: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es lo que aparece en la primera frase de Salmo 22:1 pero en su forma Aramea, cuyo significado es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
El clamor del Señor Jesús fue malentendido por la gente que estaba cerca y pensaron que el Señor Jesús estaba llamando a Elías, porque la palabra para Dios en Arameo se parece a la palabra Elías. Uno de los presentes salió a la carrera tomando una esponja empapada en vinagre y poniéndola en una caña, le dio a beber. El resto de gente persistía en la burla y el menosprecio al Señor Jesús y decían con sorna: Deja, veamos si viene Elías a librarle. Pero el Señor Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz entregó el espíritu. De una forma voluntaria, el Señor Jesús entregó su vida. Su inquietud tiene que ver con la razón por la cual el Señor Jesús exclamó antes de entregar su espíritu: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Son al menos dos las razones. Primero para cumplir con lo que de él dice las Escrituras en Salmo 22:1, lo cual ya lo leí. Segundo por el hecho que en la cruz del Calvario, el Señor Jesucristo se hizo a sí mismo pecado, conforme a lo que dice 2 Corintios 5:21 donde leemos: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
El Señor Jesús es sin pecado, pero se hizo pecado por nosotros pecadores. Cuando Dios, como Juez lo miró y vio nuestro pecado sobre Él, tuvo que darle la espalda. Salmo 22:3 dice: Pero tú eres santo,
Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
Al reconocer este hecho, el Señor Jesús pronunció ese clamor desesperado: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? Así es amable oyente, en la cruz del Calvario, Dios desamparó a su propio Hijo para poder ampararnos a nosotros. Alguna vez leí esa interesante ilustración al respecto: La tarde moría en quietud contagiosa, las aguas del callado Passaic volvieron a la serena normalidad. A la distancia un desmantelado petrolero se perdía en la creciente bruma, el herrumbrado puente había quedado abierto. Alberto Drecker estaba pensativo, una extraña melancolía lo aletargaba peligrosamente, debía cerrar el puente, no mucho después pasaría el expreso nocturno. Los minutos fueron corriendo, la vida parecía reeditarse en los ojos tristes del guardapuente, sus primeras travesuras, su novia joven, aquella mañana gris cuado su esposa murió y… su hijo, lo único que tenía en el mundo. Con una sonrisa miró a su pequeño jugando cerca de él, el pecho guardó un suspiro. De pronto, el silbato del tren le volvió a la realidad, de un salto se paró y corrió a la casilla de control para bajar el vetusto puente, su hijo corrió tras él, pero un paso en falso resbaló y a pesar de que intentó aferrarse a algunos arbustos, cedieron, cayendo finalmente al río. Con todas sus fuerzas comenzó a manotear para mantenerse a flote mientras clamaba a su padre por auxilio. Las pitadas del expreso indicaban que ya estaba en la curva norte. Drecker estaba atrapado por el destino, tenía que hacer una decisión: O salvaba a su hijo o trataba de salvar lasa vidas de quienes, ajenos al drama, se acercaban vertiginosamente a la tragedia. Sus manos callosas comenzaron a girar la palanca, el chirrido de los hierros era un grito de renunciamiento, lentamente el puente se fue cerrando, segundos mas tarde, una luz centelleó sobre el río, el rápido de la noche había pasado como un relámpago. El atribulado padre se arrojó a las aguas para ayudar a su pequeño… pero ya era tarde, su inocente Pedro estaba muerto.
Mezclando sus lágrimas candentes con el agua helada que le caía de la ropa empapada, subió la barranca, cuando llegó a las vías miró la noche como tratando de divisar el tren perdido en la distancia. En sus brazos, callado, descansaba el cuerpo exhausto de un niño que ya no volvería a sonreír jamás.
¡Qué final más triste para nuestra historia! Pero así concluyó la escena, una escena descriptiva del drama inmortal del Gólgota. Aquella tarde, al caer el telón del último acto de la redención humana, en las sombras de un universo conmovido, el Padre Eterno recogió en sus brazos la ofrenda consumada de su Hijo que, desde un madero de sangre y soledad, imploró que sus manos lo recibiesen. Él también tuvo que hacer una elección: la inocencia prístina de su Ungido o la necesidad desesperante de una humanidad perdida, velozmente arrastrada al cataclismo. Y por la gracia inexpresable de su amor, desamparó al Unigénito del cielo para ampararnos a nosotros, para que, por su muerte, tuviésemos vida y por su sacrificio, dimensión eterna. Qué interesante amable oyente. Para finalizar, la palabra “desamparado” enkataleipo en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento significa literalmente dejar atrás, abandonar, dejar en apuros. De modo que se puede traducir también como “abandonado” Tanto es así que la Nueva Versión Internacional traduce la primera parte de Salmo 22:1 de esta manera: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?