Cuando uno mira las interpretaciones de la Biblia, lo que va a encontrar es que en los asuntos fundamentales, la interpretación siempre es la misma. Cuando hablo de asuntos fundamentales me estoy refiriendo a asuntos como la deidad de Cristo, la deidad del Espíritu Santo, la salvación por gracia por medio de la fe, la infalibilidad de la Biblia, la resurrección corporal de Cristo, etc. Pero existen otros asuntos que no son fundamentales sino secundarios. No estoy diciendo que no sean importantes, pero no tienen la misma importancia que los asuntos fundamentales. Es en estos asuntos secundarios en donde se suele encontrar diversidad de interpretaciones. Usted nos pregunta ¿cómo puede ser esto, si todos los intérpretes bíblicos están inspirados por el Espíritu Santo? Bueno, permítame explicar lo que es la inspiración. Por inspiración de las Escrituras se quiere decir que los escritores de los libros de la Biblia fueron investidos de poder y controlados de una manera tal por el Espíritu Santo que lo que escribieron, en su forma original, fue exactamente lo que Dios quiso que escribieran. Esto significa que las Escrituras son la palabra de Dios en un sentido tal que sus palabras, aun cuando fueron escritas por hombres y llevan impresas en sí mismas las marcas indelebles de la autoría humana, fueron sin embargo, escritas bajo la influencia del Espíritu Santo para que sean también las palabras de Dios, la expresión infalible y adecuada de su mente y voluntad para con nosotros. Esto significa entonces que hombres inspirados por el Espíritu Santo, fueron solamente aquellos que escribieron los libros de la Biblia en su forma original. Los que después copiaron los textos para distribuirlos, ya no fueron inspirados. Los que tradujeron esos escritos originales a otros idiomas ya no fueron inspirados. Los que leyeron esos escritos originales ya no fueron inspirados. Los que estudian esos escritos ya no son inspirados. Los que interpretan esos escritos ya no son inspirados. Los únicos inspirados fueron los que originalmente escribieron los libros de la Biblia, personajes como Moisés, David, Isaías, Jeremías, Mateo. Lucas, Pablo, etc. Inclusive, no todo lo que escribió un escritor bíblico fue inspirado. Por ejemplo, Pablo debe haber escrito muchísimas cartas, pero no todas ellas fueron inspiradas por el Espíritu Santo. Las únicas cartas escritas por Pablo que fueron inspiradas por el Espíritu Santo, son las que constan en el Nuevo Testamento. Las otras cartas que Pablo debe haber escrito, no fueron inspiradas por el Espíritu Santo y por eso no forman parte del Nuevo Testamento. Un intérprete bíblico hoy en día no está inspirado por el Espíritu Santo. Para interpretar las Escrituras, el intérprete bíblico de hoy en día, usa su conocimiento, su inteligencia, su trasfondo cultural, su trasfondo doctrinal y ciertamente la guía del Espíritu Santo. Pero como notará, son muchas las variables y eso explica las ligeras diferencias de interpretación en los asuntos secundarios.
Autor: cris
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¿Cuál es la interpretación de Juan 10:34 y Salmo 82:6? ¿Somos en realidad pequeños dioses como parecería indicar estos textos?
Bueno, a manera de introducción, diremos que Jesús afirmó su deidad de una manera clara y contundente cuando dijo: “Yo y el Padre uno somos” Esta declaración de Jesús provocó una airada reacción de los judíos, quienes tomaron piedras para arrojarle, convencidos que Jesús estaba blasfemando. En su defensa, Jesús dijo a los judíos: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Los judíos respondieron a Jesús diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre te haces Dios. Note como los judíos entendieron con claridad la afirmación de Jesús de que es Dios. Entonces Jesús usó un argumento de las mismas Escrituras que amaban y respetaban los judíos, para apoyar su afirmación de que es Dios. El argumento se encuentra en Juan 10:34-38 donde leemos: “Jesús les respondió:¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.” Cuando Jesús citó las Escrituras, lo hizo del Salmo 82. Será conveniente examinar de qué se trata este Salmo. No es muy extenso, así que permítame leerlo. Dice así: “Dios está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; libradlo de la mano de los impíos. No saben, no entienden, andan en tinieblas; tiemblan todos los cimientos de la tierra. Voy dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo; pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis. Levántate, oh Dios, juzga la tierra; porque tú heredarás todas las naciones.” Como notará, Dios está juzgando a los jueces injustos de Israel. Estos jueces son llamados dioses, “elohim” en hebreo, porque esta palabra simplemente significa personas poderosas o importantes, cuando se la aplica a los hombres. La mala conducta de estos jueces impíos, llamados dioses, les traerá, como consecuencia la muerte. Dios les dijo: Pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis. De modo que cuando el Salmo 82 llama dioses a seres humanos, no está indicando que tienen esencia divina o que son pequeños dioses, sino que son poderosos o importantes. Ahora volvamos a la cita en Juan 10:34. Jesús usó el siguiente argumento para confirmar su deidad: Las mismas Escrituras llamó dioses a los hombres a quienes se entregó la Palabra de Dios, con cuánta mayor razón, yo estoy en lo correcto cuando digo que soy el Hijo de Dios, porque yo no sólo he recibido la palabra de Dios sino que yo soy la palabra que Dios santificó y envió al mundo. Los judíos lo entendieron muy bien y por eso otra vez procuraron prender a Jesús, pero él escapó de sus manos. En esencia entonces, la Biblia no declara que los humanos, aunque sean creyentes, sean pequeños dioses. Si fueran pequeños dioses, no morirían jamás y serían tan perfectos, puros y santos como Dios. Lo que sí declara la Biblia es los creyentes somos hijos de Dios, no porque tengamos esencia divina o seamos pequeños dioses, sino porque hemos sido adoptados como hijos adultos por parte de Dios. Algún momento llegaremos a ser semejantes al Hijo de Dios, pero eso será cuando recibamos nuestros cuerpos glorificados. Creer que un ser humano es un pequeño dios es dar crédito a la mentira de Satanás, porque fue Satanás quien ofreció al hombre ser como Dios una vez que coma el fruto del árbol que Dios dijo que no debía comer.
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¿Significa que Dios ha permitido que Pilato sea un juez para Jesús?
El evangelio según Juan relata que Caifás, sumo sacerdote, entregó a Jesús a Pilato, bajo la acusación de que Jesús era malhechor. Fue así como Pilato comenzó el interrogatorio a Jesús. La primera pregunta fue: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Jesús respondió a Pilato con una pregunta: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Esta respuesta de Jesús exasperó el frágil ánimo de este pusilánime oficial romano y con sarcasmo dijo a Jesús: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. Luego insistió en el interrogatorio a Jesús. Le dijo: ¿Qué has hecho? La respuesta de Jesús apuntaba a mostrar que su reino no es de este mundo, si su reino fuera de este mundo, sus siervos pelearían para que no sea entregado a los judíos. Confundido Pilato insistió en su pregunta: ¿Luego, eres tú rey? Sabiamente Jesús respondió a Pilato: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Haciendo muy obvio que Pilato no era de la verdad, respondió a Jesús: ¿Qué es la verdad? Luego hizo un paréntesis en su interrogatorio y salió del pretorio hacia donde estaban los judíos y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. Deseoso de liberar a Jesús, ofreció un trato a los judíos. Existía la costumbre de soltar un preso en la fiesta de la pascua. ¿Qué tal si el preso que dejaba libre era Jesús? La respuesta de los judíos fue un No rotundo. Prefirieron que Pilato suelte a un peligroso criminal que se llamaba Barrabás. Los judíos no permitían que Pilato suelte a Jesús. Ahora Pilato iba a tratar de apelar a la compasión de los judíos para dejar en libertad a Jesús. Así que, hizo azotar a Jesús sin misericordia, le hizo poner una corona de espinas sobre la cabeza, permitió que los soldados romanos se burlen de él vistiéndole con un manto de púrpura y le den de bofetadas. Jesús debe haber estado desfigurado por el brutal castigo. Quizá a rastras Jesús fue sacado a los judíos y Pilato dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. Pilato esperaba que movidos a compasión los judíos pidan que suelte a Jesús. Pero los judíos, especialmente los principales sacerdotes y los alguaciles, gritaban sin parar a Pilato: Crucifícale, crucifícale. Pilato demostró su debilidad de carácter y dijo a los judíos. Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. Era la tercera vez que Pilato declaraba que Jesús era inocente, sin embargo no tenía pantalones para soltar a Jesús. Los judíos insistían en su pedido de crucifixión para Jesús diciendo: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios. Esto produjo mucho temor en Pilato y haciendo entrar a Jesús al pretorio reinició el interrogatorio. ¿De dónde eres tú? Jesús simplemente ignoró la pregunta. Enojado Pilato dijo a Jesús: ¿A mí no me hablas? Luego, con un aire de jactancia añadió: ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? Esta arrogancia de Pilato merecía una respuesta de Jesús. Aquí es donde entra el versículo que es materia de su consulta. Se encuentra en Juan 19:11 donde dice: “Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.” Lo que Jesús estaba diciendo con estas palabras es que aún lo peor que pueda pasar no escapa de la soberanía de Dios. Pilato pensaba que era él quien tenía la última palabra sobre lo que iba a pasar con Jesús, pero no hay tal. Quien en realidad tiene la última palabra es Dios, quien puso a Pilato en esa posición de autoridad, para que por medio de él se cumpla lo que Dios soberanamente había decidido de antemano que pasaría con Jesús. Jesús fue entregado a Pilato para ser crucificado, porque ese fue el tipo de muerte que Dios había decidido para Jesús. Recuerde que la crucifixión no era la manera de ejecución de los judíos sino de los romanos. Jesús debía morir crucificado, por eso era indispensable que un oficial romano maneje el asunto. Hablando de la muerte de Jesús por crucifixión, Juan dice lo siguiente en Juan 18:32 “para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir” Pero también, aunque Pilato era un mero títere en las soberanas manos de Dios, eso no significa que era inocente. Ante Dios era totalmente responsable de sus actos. Pilato cometió pecado al entregar a Jesús para ser crucificado, pero peor pecado cometió Caifás el sumo sacerdote al entregar a Jesús a Pilato. Así que, cuando Jesús dijo a Pilato: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba, estaba manifestando que todo lo que hacía Pilato y lo judíos estaba bajo soberano control de Dios. Después de todo, nada queda fuera de control de Dios, amable oyente. Dios es soberano.
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¿El bautismo en agua debe ser por inmersión y si se aplica solamente a los creyentes del trasfondo judío o a todos los creyentes en general?
Como ministerio, La Biblia Dice… sostiene que el bautismo en agua por inmersión y que se aplica a todo genuino creyente. Esto parte del mandato que dejó Jesús para sus discípulos y que normalmente se le conoce como la gran comisión. Mateo 28:19-20 dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y de Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Explicar. Haced discípulos a todas las naciones. Los discípulos de todas las naciones, no sólo los de la nación de Israel, deben ser bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. De modo que el bautismo en agua no es sólo para los discípulos que vienen de un trasfondo judío sino para todos los creyentes en general.
Como ministerio, La Biblia Dice… sostiene que el bautismo en agua debe ser por inmersión, por cuanto el verbo bautizar se deriva de un verbo griego que literalmente significa introducir o lavar.
Además, en relación con el bautismo de Jesús, leemos lo siguiente en Mateo 3:16 “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua” Explicar el asunto que “subió luego del agua”
Juan el Bautista tenía la costumbre de bautizar en donde había muchas aguas. Juan 3:23 dice: “Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas” Explicar.
Cuando Felipe bautizó al eunuco, ambos estuvieron en el agua. Hechos 8:38-39 dice: “Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe.
Por estas razones, nosotros, como ministerio creemos que el bautismo en agua debe ser por inmersión.
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¿Mical, la esposa de David tuvo hijos?
Para responder a esta consulta es necesario repasar un poquito la historia de Saúl, sus hijas y David. Sucede que Saúl había prometido dar a su hija Merab como esposa a David, pero llegado el momento, Saúl no cumplió con lo prometido y en lugar de que Merab sea dada a David, fue dada a Adriel meholatita. Como evidencia, ponga atención a lo que dice 1 Samuel 18:19 “Y llegado el tiempo en que Merab hija de Saúl se había de dar a David, fue dada a Adriel meholatita.”
Sucede que Merab tenía una hermana llamada Mical, y ésta amaba a David. Sabiendo esto, Saúl decidió que Mical sea entregada a David para que sea su esposa.
En algún momento, cuando se rescató el arca del testimonio de manos de los filisteos y se la estaba llevando a su propio lugar en la casa de Dios, David estaba tan gozoso que vestido con efod de lino danzaba con toda su fuerza delante de Jehová. Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical miró desde una ventana y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón. Cuando David llegó a su casa, Mical su esposa le recriminó acremente por haber danzado delante de Jehová. David simplemente respondió que lo hacía para honrar a Jehová. Fue a raíz de este episodio que tenemos lo que dice 2 Samuel 6:23 donde leemos: “Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”
Dejemos por un momento a Saúl, Merab y Mical y avancemos en el futuro al tiempo cuando David ya ejercía el reino. Sucede que en algún momento hubo hambruna en el reino por tres años consecutivos. David consultó a Jehová sobre la causa para la hambruna y Jehová respondió que era a causa de Saúl, por cuanto Saúl había casi exterminado a los gabaonitas. Entonces David preguntó a los gabaonitas qué es lo que querían para aplacar su enojo de modo que la tierra sea bendecida por Jehová. Los gabaonitas exigieron que se ahorque a siete varones de los hijos de Saúl. David accedió al pedido. Veamos lo que hizo según 2 Samuel 21:8 “Pero tomó el rey a dos hijos de Rizpa hija de Aja, los cuales ella había tenido de Saúl, Armoni y Mefi-boset, y a cinco hijos de Mical hija de Saúl, los cuales ella había tenido de Adriel, hijo de Barzilai meholatita.”
Pero no olvide que ya vimos que Mical no tuvo hijos hasta el día de su muerte. Siendo así, entonces los cinco hijos de Mical, de los cuales habla 2 Samuel 21:8, no fueron hijos de Mical sino de Merab su hermana. Esto lo sabemos por cuanto el padre de estos cinco hijos era Adriel meholatita, quien fue esposo de Merab. Los estudiosos de la Biblia afirman que tal vez Merab murió y los hijos que ella tuvo con su esposo Adriel meholatita, pasaron al cuidado de Mical, por cuanto ella no tenía hijos.
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¿Desde cuando aparece el nombre de Jehova en la Biblia?
La primera vez que aparece el nombre Jehová en la Biblia es en Génesis 2:4. Aparece en relación con la obra creativa de Dios. Dice así: “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos.”
A partir de aquí el nombre Jehová aparece una cantidad de veces antes de una ocasión muy especial cuando Jehová llama a Moisés desde la zarza ardiendo. En esa ocasión, Moisés dijo a Dios lo que leemos en Éxodo 3:13 “Dijo Moisés a Dios: He aquí que yo llego a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?” La respuesta de Jehová a esta pregunta de Moisés fue de lo más interesante. Éxodo 3:14-15 dice: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY”. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, con él se me recordará por todos los siglos.”
Lo especial o novedoso de esto es que por primera vez, Dios mismo define el significado de su nombre Jehová. Ciertamente que este nombre fue utilizado desde mucho antes, pero por primera ocasión se conoce con precisión lo que el nombre Jehová significa. Nunca antes hasta este momento se había indicado que el nombre Jehová significa YO SOY EL QUE SOY. Algo importante es que Dios comunicó esta verdad en circunstancias en que estaba por liberar a su pueblo escogido de la esclavitud en Egipto. Por esto se dice que Jehová es el nombre que manifiesta el propósito redentor de Dios.
Eventualmente, Moisés respondió al llamado de Dios, y fue a la presencia de Faraón a demandar la liberación del pueblo de Israel. Contrario a lo que seguramente estaba esperando Moisés, Faraón más bien endureció su cruel dominio sobre el pueblo de Israel. Esto hizo que el pueblo de Israel reclame airadamente a Moisés. Confundido por lo que estaba pasando, Moisés descargó su frustración contra Dios y le dijo: Señor, ¿Por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.
Dios se encargó de disipar las dudas de Moisés y le anunció lo que iba a hacer con Faraón para que no sólo deje ir al pueblo sino que los eche de Egipto. Fue en estas circunstancias que encontramos lo que dice Éxodo 6:2-3 donde leemos lo siguiente: “Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos”
Como YO SOY EL QUE SOY, Jehová es quien existe en sí mismo desde la eternidad pasada y por la eternidad futura. Por eso es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, a quienes se dio a conocer como Dios Omnipotente, pero jamás como JEHOVÁ, el nombre que además de hablar de su existencia en sí mismo, denota también su propósito redentor. Observe lo que dice Éxodo 6:6 “Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes”
En esencia entonces, el nombre para Dios, Jehová, se usó desde la creación, pero no fue sino hasta que Dios apareció a Moisés cuando Dios dio a conocer que en el nombre Jehová se encierra no sólo la existencia eterna de Dios en sí mismo, sino también su propósito redentor para su pueblo escogido. A esto se refiere Dios cuando dijo a Moisés que en su nombre JEHOVÁ no se había dado a conocer a los patriarcas de Israel.
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¿Cómo puedo sentir amor por las almas que están sin Cristo?
El amor por los incrédulos es más cuestión de voluntad que de sentimientos. Los sentimientos normalmente siguen a la voluntad. De modo que son varias cosas que se deben tomar en cuenta para desarrollar un amor por las almas de los incrédulos. En primer lugar, es necesario reconocer que es el Señor quien ordena amar a todos, no sólo a los incrédulos. Juan 13:34-35 dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” El tipo de amor que habla este texto, no es el amor romántico, ni el amor filial, ni el amor sensual, sino el amor que se sacrifica en beneficio de la persona amada. Puede ser que la otra persona tenga algo que no me gusta, puede ser que la otra persona no merezca ser amada, puede ser que la otra persona me odie, aún así, debo amar a esa persona sacrificándome por ella, porque simplemente eso es lo que me ordena el Señor. Una forma de amar sacrificialmente a una persona es comunicándole el mensaje del evangelio. En segundo lugar es necesario reconocer que Dios nos dejó el máximo ejemplo de amar a todos. 1 Juan 4:10-11 dice: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios no ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.” Dios nos amó tanto a pesar de que no había nada en nosotros que sea digno de ser amado. Más aún, éramos enemigos de Dios, pero a pesar de eso, Dios nos amó y lo demostró por medio de enviar a su Hijo al mundo a morir en lugar de nosotros. Si Dios ama así al incrédulo, lo menos que podemos hacer es imitar su ejemplo. En tercer lugar, es necesario dejarnos controlar por el Espíritu Santo. Parte del fruto del Espíritu Santo es justamente el amor. Gálatas 5:22-23 dice: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre templanza; contra tales cosas no hay ley.” Una persona controlada por el Espíritu Santo, inevitablemente va a manifestar amor por todos, no sólo por los perdidos y eso va a manifestarse en compartir el evangelio con aquellos que todavía no tienen a Cristo en su vida. En cuarto lugar, es necesario reconocer que el cielo es un lugar real, donde los creyentes moraremos por la eternidad. Juan 14:2-3 dice: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Saber que el cielo existe y saber que algún día estaremos allí, y saber que muchos no estarán allí porque no han recibido todavía a Cristo como Salvador debe ser un fuerte aliciente para comunicar a cuantos sea posible el mensaje del evangelio o las buenas nuevas de salvación. Por último, en quinto lugar, es necesario reconocer que el infierno es un lugar real. Apocalipsis 20:15 dice: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” El infierno, o lago de fuego, es el lugar de eterno tormento en fuego. Cualquier cosa terrorífica que Usted piense es nada en comparación con la terrible realidad del infierno. Lo triste es que muchos van a llegar a ese lugar algún día para estar allí por la eternidad. Si tomamos conciencia de lo terrible del infierno, debemos hacer todo lo que está a nuestro alcance para evitar que alguien vaya a ese lugar y eso nos motivará a amar a los incrédulos y a demostrar ese amor por medio de compartirles el glorioso mensaje del evangelio.
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¿Quién fue el autor del libro de Hebreos? ¿Pudo haber sido el apóstol Pablo?
Bueno, por la forma como ha planteado su consulta es obvio que Usted ya sabe que la Biblia no declara quién es el autor del libro de Hebreos y que el apóstol Pablo es uno de los posibles autores. Efectivamente, la evidencia externa y la evidencia interna del libro de Hebreos no es conclusiva en cuanto a la identidad del autor del libro de Hebreos. Es por esta razón que los estudiosos de la Biblia han sugerido varios nombres como posibles autores. Entre los más conocidos están: Pablo, Bernabé, Silas, Apolos, Lucas, Felipe, Priscila, Aquila y Clemente de Roma. Es necesario mencionar sin embargo, que el apóstol Pablo es el que con mayor frecuencia se sugiere como autor del libro de Hebreos. Lo que favorece esta opción es el tenor del libro de Hebreos. Para algunos estudiosos de la Biblia es inconfundible el sabor Paulino en el texto. También argumentan que el autor debe haber estado bastante relacionado con Timoteo, por cuando en el capítulo 13 versículo 22, el autor informa a sus lectores que Timoteo está en libertad y que si viene pronto irá con él a visitar personalmente a quienes por ahora está escribiéndoles. Es conocido que el apóstol Pablo estaba estrechamente relacionado con Timoteo. El gran obstáculo para aceptar a Pablo como autor del libro de Hebreos, es lo que se lee en Hebreos 2:3 donde dice: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.” Hablando de la salvación, el autor de Hebreos dice que fue primeramente anunciada por el Señor. Posteriormente, esta salvación fue confirmada al autor del libro de Hebreos por los que primeramente oyeron sobre la salvación de boca de Jesucristo. En otras palabras, el autor del libro de Hebreos fue alguien que oyó el mensaje de salvación de otros, quienes a su vez lo oyeron directamente del Señor Jesucristo. Pero es conocido que Pablo no recibió las buenas nuevas de salvación de otros, sino directamente del Señor Jesucristo. Gálatas 1:11-12 dice: “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.” Pablo recibió el mensaje de salvación directamente del Señor Jesucristo. Si Pablo hubiera sido el autor del libro de Hebreos, no pudo haber dicho que la salvación le fue confirmada a él por los que oyeron al Señor Jesucristo. Por este motivo, parece que Pablo no fue el autor del libro de Hebreos. Sólo Dios sabe quien fue el autor humano del libro de Hebreos. Algún día, en la gloria, lo sabremos nosotros también con absoluta certeza. Mientras ello ocurre lo más seguro es decir: La Biblia no revela la identidad del autor del libro de Hebreos.
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¿Las leyes descritas en levítico se aplica sólo a los judíos o a toda persona?
Quisiera una explicación del texto en Levítico 18:14. ¿Se aplica esto sólo a los judíos o a toda persona?
Demos lectura al texto en Levítico 18:14. Dice así: “La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre.” Este texto es parte de un extenso pasaje del libro de Levítico, prácticamente todo el capítulo 18, en el cual se establece las leyes relativas a las prácticas sexuales, con la finalidad de evitar lo que era comúnmente aceptado entre los pueblos paganos que moraban en la tierra que Dios prometió a Israel. Estas leyes fueron por tanto obligatorias para el pueblo de Israel. Más aún, si alguien entre el pueblo de Israel desobedecía cualquiera de estas leyes, era castigado con la muerte. Note lo que dice Levítico 18:29. “Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo.” Ahora bien, en este caso, por tratarse de un asunto de índole moral, lo que Dios ordenó a su pueblo Israel, es bueno también para cualquier otro pueblo de la tierra. Es como con el adulterio. Dios ordena a su pueblo Israel que no cometa adulterio, pero este mandato es bueno también para cualquier otro pueblo. Veamos por tanto, qué es lo que prohíbe Levítico 18:14. Hablando a una mujer del pueblo de Israel, la ley le prohíbe que descubra la desnudez del hermano de su padre. Esto es una manera de decir: Es prohibido que una mujer de Israel tenga relaciones sexuales con un tío por parte de padre. Además, hablando a un hombre del pueblo de Israel, la ley le prohíbe que se llegue a la mujer que es esposa de su tío por parte de padre, es decir a su tía política. Un judío no debía jamás pensar siquiera en tener relaciones sexuales con su tía política. En esencia entonces, la voluntad de Dios es que una mujer judía no se una sexualmente con su tío por parte de padre y que un hombre judío no se una sexualmente con su tía política, la esposa de su tío por parte de padre. Esto es lo que la ley de Moisés ordenaba al pueblo de Israel, pero es bueno también para cualquier pueblo. Siempre será malo a los ojos de Dios que una mujer tenga relaciones sexuales con su tío por parte de padre, y siempre será malo a los ojos de Dios que un hombre tenga relaciones sexuales con su tía política, con la esposa de su tío por parte de padre. Las cosas que Dios ordenó a su pueblo Israel, en el área moral, son buenas también para cualquier otro pueblo.
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¿Qué sucede con el alma de un bebé que es víctima de un aborto provocado?
¿Qué sucede con el alma de un bebé que es víctima de un aborto provocado? ¿Qué sucede con la madre que decide abortar un bebé y con el padre que está de acuerdo con ese aborto?
Se puede distinguir tres aspectos en su consulta. Lo que tiene que ver con el aborto provocado, lo que tiene que ver con el bebé abortado y lo que tiene que ver con los progenitores de un bebé que ha sido víctima de un aborto provocado.
En cuanto al aborto provocado, bíblicamente hablando se lo debe considerar como un asesinato, con el agravante que el asesino es su propia madre y en la mayoría de los casos, con la complicidad del padre. Este razonamiento parte del hecho que bíblicamente hablando, la vida como tal comienza el instante de la concepción, cuando un espermatozoide fecunda un óvulo. A partir de ese instante comienza el proceso de gestación, luego viene el nacimiento, esto es seguido por una etapa de crecimiento, en algún momento se produce la reproducción y el ciclo de la vida culmina con la muerte.
Que la vida comienza con la concepción queda claro en algunos pasajes bíblicos, de entre los cuales permítame citar Salmo 139:16. En este versículo, David habla de su propia existencia, y note lo que dice: “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas” En su estado embrionario, David no se consideraba a sí mismo como un simple montón de tejidos carente de personalidad. David habla de que su embrión vieron los ojos de Dios.
Considerando que la vida humana comienza el momento de la concepción, entonces atentar contra ella es lo mismo que el asesinato y eso es contrario a la voluntad de Dios. El sexto mandamiento del decálogo dice: No matarás.
Cuando se mira aunque sea superficialmente las maneras de realizar un aborto provocado, es imposible dejar de pensar que en realidad se trata de un asesinato. Ponga atención a como se lo efectúa. En el método de dilatación y legrado, practicado temprano en el embarazo, el cirujano corta el feto y la placenta en pedazos y se los retira del vientre. En el método de succión, el cirujano saca el feto del vientre de la madre por medio de un tubo de succión, matando al bebé. En el método salino, aplicado cuando ya han transcurrido algunas semanas de embarazo, el cirujano inyecta una solución salina a través del abdomen de la madre, envenenando al bebé en aproximadamente una hora. Después de 24 horas la madre da a luz un bebé muerto. En el aborto químico, una técnica algo moderna, se da a la madre un compuesto químico que ocasiona que la madre aborte un óvulo recién fertilizado. En el aborto de parto parcial, el cirujano provoca un parto prematuro para terminar con el embarazo y acabar con la vida del bebé. Desde cualquier punto de vista que se lo mire, el aborto provocado es asesinato en su máxima expresión.
Ahora ocupémonos en el alma y el espíritu del bebé que ha sido asesinado mediante un aborto provocado. La Biblia es clara al manifestar que todo ser humano, aún antes de nacer es ya un pecador a los ojos de Dios. De ninguna manera es inocente. El testimonio de David en Salmo 51:5 es el siguiente: “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.” El ser humano nace pecador, no se hace pecador cuando comete el primer pecado. Antes de nacer un bebé ya es pecador aunque no tenga conciencia de esto.
Por otro lado, Dios es justo. Salmo 119:137 dice: “Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus caminos” Por este motivo, Dios jamás condenará a una persona que todavía no tiene conciencia de su pecado. Por tanto, los bebés que han muerto asesinados como consecuencia de un aborto provocado, y en general todo ser humano que muere sin tener conciencia de su pecado, es salvo, porque la sangre que Cristo derramó en la cruz del calvario es suficiente para otorgar perdón de pecado tanto a los que tienen conciencia de pecado como a los que no tienen conciencia de pecado. Hablando del sacrificio de Cristo, 1 Juan 2:2 dice: “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” Esto no significa que todo el mundo es automáticamente salvo por el solo hecho que Cristo murió por todo pecador. Cuando un infante alcanza la edad en que toma conciencia de su estado espiritual, necesita recibir por la fe a Cristo para ser salvo, pero como es natural, esto no se puede esperar de los que mueren antes de nacer o en la infancia. Para ellos el solo acto de justicia de Cristo, es decir su muerte expiatoria en la cruz, les concede la libre dádiva de justificación para vida. De modo que un bebé que muere como víctima de un aborto provocado es salvo y está en el cielo con Dios.
Por último, lo relativo a la madre que decide por un aborto provocado, con la anuencia del padre, en la mayoría de los casos. ¿Qué pasa con ellos?
Lo que normalmente pasa con ellos, cuando adquieren plena conciencia de lo que han hecho, es un terrible sentimiento de culpa, que puede echar a perder todo el bienestar futuro de los dos, y si no se trata adecuadamente el problema puede derivar en todo tipo de inconvenientes espirituales, emocionales y físicos.
Si los dos todavía no han recibido a Cristo como Salvador, deberían hacerlo lo antes posible. Explicar el evangelio aplicando a este pecado. Buscar consejo de pastores.
Si los dos ya son creyentes y a pesar de eso han cometido este terrible pecado deben seguir los pasos de Proverbios 28:13. Deben también buscar consejo pastoral.