Gracias por recibirnos en su casa, en su oficina, en su auto, en su lugar de trabajo, etc. Bienvenida, bienvenido a un nuevo estudio bíblico de La Biblia Dice… Estamos estudiando la primera epístola de Pablo a los Corintios, en la serie que lleva por título: Un mensaje oportuno para una iglesia en crisis. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca de algunas implicaciones que resultarían del hecho que no existe resurrección de muertos.
La resurrección de los muertos no sólo tiene que ver con lo que será la vida después de la muerte, sino también con lo que es la vida antes de morir. Este es el pensamiento central en la mente de Pablo en el pasaje bíblico que nos corresponde estudiar el día de hoy. Los que tienen una Biblia a la mano, pueden abrirla en 1 Corintios 15: 29-34. Si no hubiera resurrección de muertos no haría falta evangelizar a los incrédulos, no tendría sentido sufrir por la causa de Cristo y no haría falta vivir en santidad. Note las profundas implicaciones que tiene la resurrección de los muertos. Vayamos a lo primero. Si no hubiera resurrección de muertos, no haría falta evangelizar a los incrédulos. 1 Corintios 15:29 dice: «De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?» Este es uno de los versículos de más difícil interpretación en toda la Biblia. No es sorpresa por tanto, que muchas sectas falsas hayan sacado el debido provecho de este versículo para justificar algunas de sus descabelladas doctrinas. Así, por ejemplo, los mormones se fundamentan en este texto para justificar su practica de bautizarse según el rito mormón, a nombre de alguna persona que ha muerto sin haber pasado por la experiencia de haber sido bautizada conforme al rito mormón, de modo que esa persona se salve, a pesar que ya está muerta. Un joven anciano mormón dijo una vez a H. A. Ironside que los miembros de la iglesia mormona estaban salvando, mediante el bautismo por los muertos, a más personas que lo que está salvando Cristo mediante su muerte en la cruz del calvario. ¿Se puede imaginar, amable oyente? El mismo H. A. Ironside cuenta sobre una mujer mormona muy acaudalada que fue bautizada nada más y nada menos que 30,000 veces. Cada vez que se bautizaba entregaba una jugosa cantidad de dinero a la iglesia mormona. Esta mujer estaba usando toda su fortuna para salvar de la destrucción a miles de muertos que jamás se habían bautizado conforme al rito mormón. La mujer se bautizó por todos sus amigos y familiares que conocía, cuando se acabó la lista se bautizó por los personajes de la historia, de la política, de la literatura, etc. Llegó a admitir que se había bautizado por Alejandro el Grande, por Nabucodonosor, por Cleopatra y así por el estilo hasta llegar a los 30,000. Pero volvamos a nuestro texto en 1 Corintios 15:1. No olvidemos que Pablo está refutando la falsa doctrina que negaba la resurrección física de los muertos. Asumiendo que no hubiera resurrección de muertos, entonces, dice Pablo, no habría necesidad de evangelizar a ningún incrédulo, porque sería absurdo que los incrédulos se hagan creyentes en vista de lo que muy probablemente iba a pasar con ellos. Sucede que en esa época estaba desatándose una feroz persecución en contra de los creyentes por parte del imperio romano. Cuando un creyente daba un testimonio público de su fe en Cristo, al bautizarse en agua, prácticamente estaba atándose al cuello una sentencia de muerte. En cualquier momento podía ser aprehendido y asesinado. Cuando Pablo habla de los que se bautizan por los muertos, se está refiriendo a los creyentes que por medio del bautismo, están listos y dispuestos a tomar el lugar de los creyentes que habían muerto como mártires. El razonamiento de Pablo entonces va en esta línea de pensamiento: Si no hubiera resurrección de muertos, ¿por qué es que todavía hay entre ustedes personas que habiendo recibido a Cristo como Salvador, proceden a bautizarse, prácticamente tomando el lugar que van dejando los creyentes que están siendo martirizados? El hecho que cada vez haya nuevos creyentes bautizados, es prueba de que debe haber algo que motiva. Lo que motiva es que hay una resurrección de muertos, la muerte no es el fin de su existencia corporal. Algún día, esos creyentes que mueren, van a tener cuerpos glorificados como resultado de la resurrección. De modo que, amable oyente, si no hubiera resurrección de muertos, ¿para qué hablar del evangelio a los incrédulos? ¿para qué arrastrar a alguien a un sufrimiento tal que puede llegar inclusive al martirio? Y si no hubiera resurrección de muertos, ¿qué es lo que impulsa a un incrédulo a recibir a Cristo como su personal Salvador? Si no hubiera resurrección de muertos, no pierda su tiempo compartiendo el evangelio con otros, amable oyente. En segundo lugar, si no hubiera resurrección de muertos, de nada serviría sufrir por la causa de Cristo. 1 Corintios 15: 30-32 dice: «¿y por qué nosotros peligramos a toda hora? Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. Si como hombre batalle en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.» La vida de Pablo no fue una vida fácil. Según sus propias palabras, enfrentaba peligro a toda hora. Más aún, Pablo asegura, que ni un solo día tuvo la certeza de que iba a terminar ese día con vida, por el peligro constante al que estaba expuesto. A esto se refiere Pablo cuando dice: Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. Luego da un ejemplo de lo que acaba de decir. Se refiere al episodio que tuvo que soportar en Efeso. Los plateros que vendían templecillos de la diosa pagana Diana, agitaron de tal manera a la gente en Efeso, que la vida de Pablo y los que con él estaban pendía de un hilo. Solamente la gracia de Dios impidió que Pablo y los suyos fueran linchados por el populacho. Ahora bien, ¿de qué serviría todo este sufrimiento por la causa de Cristo si no hubiera resurrección de muertos? De nada, por supuesto. Si los muertos no resucitan, entonces lo aconsejable sería satisfacer todos los apetitos del cuerpo sin ninguna restricción, porque total, la muerte es el fin de la fiesta y después no hay nada más. Algunos están tan convencidos de esto que acuñaron una frase como lema de su filosofía de la vida: Comamos y bebamos porque mañana moriremos. Esto es también lo que sostienen todos aquellos que hoy en día dicen: Vive la vida como te plazca, y no te preocupes por cualquier cosa que haya después de la muerte. Pero por el hecho que existe resurrección de los muertos, entonces es mejor vivir la vida para agradar al Señor Jesucristo, aun cuando eso implique sufrir lo indecible por la causa de Cristo. Así es como razonaba el apóstol Pablo. Si usted está sufriendo por la causa de Cristo, no se desanime amable oyente. Vale la pena sufrir por la causa de Cristo, porque después habrá una jugosa recompensa. A decir verdad, mientras más se sufra por la causa de Cristo mayor será la recompensa en el futuro. Esta es la esperanza que tenemos todos los creyentes. En tercer lugar, si no hubiera resurrección de los muertos, no habría necesidad de vivir en santidad. 1 Corintios 15:33-34 dice: «No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.» Sucede que a la iglesia de Corinto habían entrado falsos maestros que como parte de su errada doctrina estaban enseñando que no existe la resurrección física de los muertos. Pablo se refiere a estos falsos maestros como los que no conocen a Dios. Todo falso maestro es incrédulo, no conoce a Dios. Lamentablemente, para vergüenza de algunas iglesias, estos falsos maestros tienen cabida en ellas. Los líderes y los creyentes en general son tan negligentes en cuidar la doctrina, que toleran a estos falsos maestros. Cuando alguien enseña algo que no está de acuerdo con lo que dice la Biblia, es necesario que los líderes de la iglesia local, o si no lo hacen ellos, algún creyente maduro en la iglesia local, confronten esa mala doctrina y muestren lo que dice la Biblia al respecto. Si la persona que enseña la falsa doctrina persiste en hacerlo, es necesario separarla de la congregación porque es un falso maestro. La iglesia de Corinto falló en esto. Erraron al tolerar en su seno a los falsos maestros que enseñaban que no existe resurrección de muertos. Este error abrió la puerta para que se corrompan las buenas costumbres. Esto significa que los falsos maestros fueron una mala influencia para los creyentes de Corinto. Cuando se tolera mala doctrina, eventualmente se caerá en mala conducta. Pero si no hubiera resurrección de muertos, ¿para qué preocuparse de la doctrina? ¿Para qué preocuparse de las buenas costumbres? ¿para qué molestarse en identificar a los falsos maestros que corrompen las buenas costumbres? No haría falta nada de esto. Pero dado que los muertos resucitan tiene sentido velar por la sana doctrina y por la sana práctica. Que Dios en su gracia nos ayude a tomar conciencia de que la resurrección de muertos nos incentiva a predicar el evangelio a toda criatura, nos incentiva a no renegar del sufrimiento por la causa de Cristo y nos incentiva a cuidar la doctrina y la práctica.
Antes de concluir nuestra edición de hoy, le invito a visitar nuestra página Web y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DIA 1 Juan 4:18 dice que en el amor no hay temor y que el perfecto amor echa fuera el temor, en Deuteronomio 6:5 dice que debemos amar a Dios de todo corazón, pero en el mismo capítulo, versículo 13 dice: A Jehová tu Dios temerás. ¿Por qué es que debemos amar a Dios con temor cuando el amor echa fuera el temor? Busque la respuesta en nuestra página en Internet la dirección es: labibliadice.org Hasta la próxima y que Dios le bendiga grandemente.
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