Adaptación al español. Ron Moore en la voz de Pablo Logacho, Tunch Ilkin en la voz de Martin Piedra
PABLO// Creo que es fácil perder la perspectiva de quienes somos a los ojos de Dios, debo dejar de concentrarme en lo que yo pienso de mí y empezar a concentrarme en lo que Dios piensa de mí.
Durante una batalla, la protección de las fuerzas es un asunto crítico, un perímetro inseguro pondrá en peligro cualquier iniciativa en la batalla, con esto en mente examinaremos algunas razones para afirmar nuestra confianza.
Bienvenidos a una edición especial de “El Camino” estamos aquí junto al pastor Tunch Ilkin, él es el líder del ministerio para varones en la Capilla de la Biblia, veterano de la NFL y comentarista deportivo, Tunch, estamos hablando de los hombres que están involucrados en la batalla ¿crees que los hombres deben comprometerse con esto?
MARTIN// Así es, y finalmente esto tiene que suceder, estuve leyendo el libro de Eldredge, “Despertando de la muerte” y leí sobre los hombres que a cierta edad llegan a hacerse varias preguntas, ¿Cuál es el propósito de mi vida? A veces sentimos que hay tareas que no han sido concluidas, Dios tiene un plan de Dios para nuestras vidas, pero el adversario hará todo lo posible por desviarnos de la obra que Dios nos ha llamado a cumplir, si no somos conscientes de la batalla pronto seremos blancos fáciles.
PABLO// Así que estuvimos analizando algunos campos de batalla y consideramos el terreno del mundo y del materialismo que nos ofrece, esto es algo externo, y ahora vamos a ver un aspecto del terreno de la carne, y esto es un asunto interno, hoy queremos hablar de algo que sucede en el corazón, y hay una frase que dice: “muchos hombres pasan por la vida, en la más desesperante tranquilidad” esto es la inseguridad, hombres llenos de preguntas; ¿estoy bien? ¿Estoy a la altura de las circunstancias? Estamos conscientes de esto, pero no sabemos cómo manejarlo, en la Liga Nacional de Futbol, vemos a muchos jugadores que tienen el mundo a sus pies, ¿hay este tipo de inseguridades en la NFL?
MARTIN// Sabes, cuando ingrese a la NFL tenía un nudo en mi estómago en cada entrenamiento, porque la inseguridad es algo muy común, como mencionamos hace un momento, en la liga hay solo 28 equipos, solo 1500 plazas de trabajo, y todos quieren un lugar en algún equipo, cada entrenamiento es grabado, así que los entrenadores evalúan el rendimiento de los jugadores para determinar si pueden ser parte de sus equipos. Te diré algo interesante, hace un momento estábamos hablando del libro de Eldredge, y de las preguntas que todo hombre se hace, de la inseguridad y todo eso. Hoy te puedo decir que durante 14 años siempre estuve inseguro, aun cuando jugué algunos partidos entre veteranos, la línea defensiva es muy fuerte, cada año traían jugadores más grandes y más jóvenes, más fuertes y más rápidos, así que era muy importante mantener un buen
La línea ofensiva es una posición diferente, quiero decir, afrontémoslo, aquí es donde se sabe quién es quién, recuerdo a un periodista que me dijo: “¡Hey Tunch, ayer te vi en el partido! Tuvieron la posesión de la pelota, pero igual perdieron, pero tú pasaste en medio de los grandes”, y aunque terminé con el ojo morado, volvería a jugar con estos grandes jugadores. Mi trabajo era muy codiciado, así que había que ganarse el puesto todo el tiempo. En una ocasión, estábamos preparándonos para un partido contra los Giants, y pensábamos ¡cómo vamos a bloquear a estos tipos! Cuando entramos, nuestro mariscal de campo se iba poniendo blanco del miedo, estaba muy asustado, yo le dije: “tranquilo Mark, sólo es un juego”, pero en realidad, yo no sabía cómo íbamos a bloquear a estos tipos.
PABLO// Tunch, tu ahora conduces un ministerio para varones, y hablas con muchos hombres, ¿Qué puedes decirle con respecto a la inseguridad?
MARTIN// Creo que es fácil perder la perspectiva de quienes somos a los ojos de Dios, y para que esto no suceda, debemos basarnos en su Palabra. Entender que fuimos elegidos por un Dios que nos ama, que nos hizo a su imagen, que nos amó al extremo de la cruz: no debo considerarme como el tipo que jugaba en los Pittsburgo Steelers, sino como un hijo de Dios y un hombre para el cual Dios tiene grandes planes. Dios me ama, debo abandonar todas mis inseguridades, Dios me ama al extremo de enviar a su hijo a morir por mí en una cruz, tiene grandes propósitos para mi vida, debo dejar de concentrarme en lo que yo pienso de mí y empezar a concentrarme en lo que Dios piensa de mí.
PABLO// No se trata de lo que tú eres, sino de quien eres, me gusta mucho esta frase. Bien, vamos a hablar de esto, saber quién eres, hemos confiado en Jesús como el único medio para tener una relación con un Dios vivo y real, lo mejor de esto es que no importa lo que suceda en tu trabajo, en tus labores diarias, somos hijos de Dios y esto no cambia, su amor es incondicional, no podemos hacer nada para que Dios nos ame más y no podemos hacer nada para que Dios nos ame menos, la obediencia es parte de mi demostración de amor por Dios, pero nada puede cambiar su amor incondicional. Esto es una verdad asombrosa.
MARTIN// Sabes, cuando consideramos esto, cuando meditamos en un Dios que a través de su palabra hizo el universo, que dijo y fueron puestas las estrellas, este Dios que nos amó tanto hasta el punto de la cruz. Aún si nuestro pasado hubiera sido terrible, Dios nos dice: “no me interesa lo que han hecho, no me interesa donde estuviste, Yo te perdono”. Dios nos ha librado de nuestras cadenas, nos ha limpiado, nos ha salvado, y ahora dice: “quiero que me sirvas”
PABLO// Cuando entendemos quienes somos en Cristo, hay cinco cosas que no podemos desestimar. Cuando entendemos estas cosas estamos en condiciones de hacer lo que Dios nos ha llamado para hacer. En primer lugar, esta nuestro valor en Cristo, Dios nos ama de tal manera, que ha enviado a su hijo para morir en la cruz por nuestros pecados. Cristo abandonó su lugar en el cielo para ocupar un lugar en la cruz, él llevó sobre su cuerpo nuestras transgresiones, Romanos 5:8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Así pues, cuando conocemos a Cristo, cuando estamos en Cristo, adquirimos valor en Jesús, y tenemos seguridad en Él, esto me sorprende porque yo crecí sin saber lo que era la seguridad en Cristo, Jesús dijo en Juan capítulo 10: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos”. (Juan 10:27-30)
Jesús dice que nadie puede arrebatarnos de su mano, ¿Cuándo aprendiste esto? ¿Cuándo viniste a Cristo y profundizaste en esto?
MARTIN// Una de las cosas de las que estoy profundamente agradecido es que cuando conocí a Jesús, inmediatamente me conecte con una buena iglesia, he sido parte de la Capilla de la Biblia desde 1987. Lo bueno de estar desde el principio en la iglesia, es aprender la palabra de Dios, recuerdo a John Moore predicando sobre la seguridad en Cristo, y esto afirmó mi seguridad en Dios, entender que pase lo que pase le pertenezco a Cristo, y que nada ni nadie nos puede separar de la mano de Dios, pues yo sé quién soy.
PABLO// Puede no existir nada seguro en esta vida, pero esto es lo que sabemos, nada nos puede separar del amor de Dios. Pablo dice en el capítulo 8 de Romanos: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:38,39)
MARTIN// Sabes Ron, este pasaje de las escrituras se hizo realidad en mi vida cuando mi padre estaba muriendo, mi papá entregó su vida al Señor cuando ya era viejo, yo estaba junto a su cama cuando mi padre agonizaba, yo oraba diciendo: “Dios, mi padre se está muriendo, él sabe que va a morir, él tiene miedo, y yo tengo miedo ¿Padre, puedes hacer que su temor desaparezca?” No puedo decir que escuche la voz audible de Dios, pero casi podía escuchar al Espíritu de Dios hablando a mi corazón, y me dijo: “Tunch, has escuchado mi palabra, la conoces, la has leído, la has estudiado”. “Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida” yo había memorizado este pasaje, pero ese momento se grabó a fuego en mi cabeza; la presión arterial comenzó a disminuir, los latidos del corazón se hicieron más lentos, hasta que el Señor recogió la vida de mi padre, pero en medio de todo eso, yo sentí paz.
PABLO// Mi padre murió cuando yo tenía 19 años, fue difícil pasar por todo el proceso del duelo, yo era apenas un joven, luego recordé un pasaje de Juan 5, verso 24 que dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Yo estaba allí cuando mi padre murió, y él ha pasado ahora de muerte a vida, esto fue muy reconfortante. Esta es la seguridad que tenemos en Cristo, somos valiosos, estamos seguros en Él, y somos aceptados como hijos. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” me encanta esta expresión, “hijos de Dios” es como si estuviera con signos de admiración ¡somos realmente hijos de Dios! Somos los hijos de un Dios vivo.
MARTIN// Los dos somos papás, y sabemos lo que es el amor por nuestros hijos, es increíble pensar que Dios nos ama un millón de veces más que esto, el amor de Dios es infinito. Ser llamados hijos de Dios, nos hace sentir protegidos, esto es ¡wow! Es un momento indescriptible.
PABLO// ¿Recuerdas a este muchacho llamado Ismael?
MARTIN// Si lo recuerdo.
PABLO// Si, él era un chico de 10 años, de Panamá, sus padres murieron cuando él era muy niño, y lo ubicaron en uno de los orfanatorios estatales. Una familia en Panamá perdió a su hijo así que adoptaron a Ismael, pensaron que Ismael podría ocupar el lugar de su hijo, pero esto no funcionó. Sabes, nosotros tenemos una casa de transición y hemos comprobado que en un 70% los niños que son adoptados a menudo caen en drogas, prostitución o en prisión, así que cuando devolvieron a Ismael nos pidieron que lo pusiéramos en una casa de transición. Nosotros conocíamos a una pareja que habían escuchado hablar sobre Ismael, y querían conocerlo, nunca olvidaré que cuando fuimos con ellos, Ismael estaba sentado un rincón de la casa, comiendo pizza, yo me le acerqué y le dije: ¿Cómo estás? Recuerdo que nunca había visto una mirada tan asustada. Cada vez que estos niños conocen a alguien tienen temor de que los vayan a sacar de la casa; la pareja me dijo que todos los días tenían que decirle a Ismael que no lo iban a devolver.
Y cuando pensaba en la aceptación pensaba en Ismael, hace un tiempo volvimos a ver a Ismael, está más grande y cuando lo vi me dio un abrazo, sabes, esto es seguridad, él se siente parte de esta familia, él está seguro, esa es la seguridad que tenemos como hijos de Dios, sabemos que Dios siempre estará allí, solo tenemos que regresar a casa abrazarle con amor y recibir su perdón.
MARTIN// Dios está esperando pacientemente con sus brazos abiertos, Él es mucho más paciente que nosotros, lento para enfadarse, pronto para proveer su misericordia. hoy Dios te dice: ¡ven a la casa!
PABLO// Sabemos quiénes somos en Cristo, estamos en Cristo, somos valiosos para Dios, estamos seguros en Él, nos acepta y nos perdona, el perdón es una cosa maravillosa, ¿Qué dices?
MARTIN// Sabes, una de las cosas con las que luchaba cuando vine a Jesús, fue con los pensamientos que tenía sobre mi pasado, ¿Será que mis pecados podían borrarse? Las drogas, los robos, las mentiras, la promiscuidad, ¿todo esto podía ser borrado? Yo pensaba que tenía que hacer algo para que esto sucediera, luego pensé, cuando le entregué mi vida a Jesús, él perdonó mis pecados y me hizo una nueva criatura, todos mis pecados han sido perdonados. Dios dice que no recordará mis pecados, que los ha puesto tan lejos como está el este del oeste, esto es asombroso, no lo podemos entender claramente. Yo estaba tan agradecido y pensaba: “¡wow! que bueno que no voy a ir al infierno”, la gente se reía cuando decía esto, pero eso es lo que pensaba: “no voy al infierno gracias a Jesús, no debido a que soy un buen hombre, he sido salvado gracias a la cruz”
PABLO// Lidiar con los pecados del pasado también es una batalla, nuestra mente empieza a pensar: ¿Cómo Dios podría usarme con todo lo que yo he hecho? Y es justamente de eso de lo que hablaremos en nuestro próximo programa. Esperamos que puedas acompañarnos en nuestra próxima emisión y conocer juntos cómo lidiar con los pecados del pasado y vencer nuestra inseguridad de la mano de Dios.
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