Saludos cordiales amigo oyente, al inicio de una nueva emisión de este su programa de estudio bíblico. Nuestro tema tiene que ver con lo que todo nuevo creyente debe estar haciendo una vez que ha recibido a Cristo como Salvador. Para ello, hemos tomado como guía de estudio el librito titulado 10 Primeros pasos para el Nuevo Creyente, escrito por el Dr. Woodrow Kroll, quien es el Presidente de Back to the Bible Internacional, organización a la cual pertenece La Biblia Dice… En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablará acerca del séptimo paso de este programa de discipulado para nuevos creyentes.
En lo que va de este estudio bíblico, hemos analizado ya los seis primeros pasos de este programa de 10 pasos sobre lo que todo nuevo creyente debería estar haciendo. A manera de resumen, recordemos cuales son. Primero, asegúrese de que es salvo. Segundo, dígaselo a alguien. Tercero, establezca un tiempo devocional. Cuarto, ore. Quinto, haga amistades cristianas. Sexto, busque una iglesia verdaderamente cristiana. Hasta aquí es hasta donde hemos llegado. El séptimo paso es: Bautícese. Este paso, ha sido fuente de innecesaria confusión para muchos nuevos creyentes. Se han hecho la pregunta ¿Para qué sirve bautizarse? Bueno, a manera de respuesta, comenzaremos señalando que el bautismo no tiene absolutamente nada que ver con obtener la salvación. Recuerde lo que dice Efesios 2:8-9 «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» La salvación es algo que Dios hace en favor del creyente que tiene fe en lo que Dios ha dicho sobre cómo ser salvo. Las obras, como es esto del bautismo, no tienen arte ni parte en obtener la salvación. En el Nuevo Testamento se ve muy claramente que los que fueron bautizados fueron creyentes, es decir personas que ya tenían la salvación, mas no incrédulos que estaban buscando ser salvos. Luego de que Pedro predicó un poderoso mensaje evangelístico, dice la Biblia que recibieron a Cristo como tres mil personas. Ahora note lo que se hizo con esos nuevos creyentes. Hechos 2:41 en su primera parte dice: «Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados» Observe que primero llegaron a ser creyentes por la pura fe en la obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario y después fueron bautizados. La salvación, amigo oyente, siempre ha sido, es y será por gracia por medio de la fe, aparte totalmente de las obras. Muy bien, a lo mejor Ud. se está diciendo a Ud. mismo: Bueno, si el bautismo no lava los pecados ¿entonces para qué más puede servir? ¿Por qué tanta insistencia sobre el bautismo como uno de los diez primeros pasos para un nuevo creyente? A esto tenemos al menos tres razones poderosas. Primero, el bautismo en agua es una demostración de nuestro deseo de obedecer a Cristo. Las últimas palabras de Jesucristo, antes de ser levantado al cielo, están registradas en Mateo 28:18-20 donde dice: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén» Entre muchas cosas importantes que se desprenden de este texto, encontramos que la voluntad de Cristo es que todos sus seguidores sean bautizados en agua. El bautismo en agua no es una opción para el creyente, amigo oyente. Si Ud. sabe que Cristo desea que Ud. se bautice y Ud. rehúsa bautizarse, está desobedeciendo a su Maestro quien le amó tanto al punto que murió por Ud. Si Ud. es un nuevo creyente, manifieste su deseo de obedecer a Cristo por medio del bautismo en agua. Segundo, el bautismo en agua es una demostración de nuestro deseo de identificarnos con Cristo. En Romanos 6:1-4 leemos lo siguiente: «¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva» El nuevo creyente no tiene ninguna manera de mostrar al mundo que se ha identificado totalmente con Cristo, cuanto fue salvado, excepto mediante el simbolismo del bautismo en agua. El acto de bautizarse muestra al mundo que cuando Cristo murió, nosotros también morimos. Cuando Cristo fue sepultado, nosotros también fuimos sepultados. Cuando Cristo resucitó nosotros también resucitamos a una vida llena de significado que antes de ser creyentes no la teníamos. El bautismo en agua, además de manifestar obediencia a Cristo, manifiesta identificación total con Cristo. Pero eso no es todo. Tercero, el bautismo en agua es una demostración de nuestro deseo de seguir a Cristo. En el texto que acabamos de leer, Romanos 6:4 dice que el bautismo simboliza nuestro deseo de romper definitivamente con nuestra vida vieja, esa vida cargada de pecado que antes solíamos llevar. Y aun cuando volvamos a pecar después de haber sido bautizados, el hecho de bautizarnos dice al mundo que nuestras vidas están marchando en una nueva dirección, que estamos en un camino diferente y que estamos dando los primeros pasos en esta nueva senda. Vanee Havner ha escrito lo siguiente sobre el bautismo en agua. Dice así: «Tal vez nunca lleguemos a ser mártires, pero sin embargo, podemos morir al yo, al pecado, al mundo, a nuestros planes y a nuestras ambiciones. Este es el significado del bautismo: Morimos con Cristo y resucitamos a una vida nueva. Palabras muy bien dichas, amigo oyente. El bautismo no es nada más que eso. Pero también Ud. puede mirar al bautismo de esta manera. Bautizarse es hacer algo que el Señor también lo hizo, es imitar su ejemplo. Mateo 3:13 dice. «Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él» Esto revela el deseo de nuestro maestro por ser bautizado. Obviamente las razones para el bautismo del Señor difieren en algo de las razones para el bautismo del creyente, porque básicamente Jesús no tenía pecado, pero de todos modos vemos que Jesús dio los pasos para ser bautizado. Juan el Bautista se opuso al deseo de Jesús diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti ¿y tú vienes a mí?, A lo cual Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Acto seguido, Juan procedió a bautizar a Jesús, dejando ejemplo para todos sus seguidores. Además, imitar a Jesús en el bautismo significa decir al mundo que estamos bajo un nuevo Jefe. 1ª Corintios 6:19-20 dice: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios» El creyente, amigo oyente, ha dejado de ser propiedad de Satanás, ha dejado de ser propiedad del pecado, ha dejado de ser propiedad del mundo, ha dejado de ser propiedad de sí mismo. El creyente es propiedad de quien pagó el precio para comprarlo. El creyente es propiedad de Cristo Jesús. El bautismo simboliza este hecho espiritual importante. También, el bautismo significa que el creyente es una nueva criatura, con una nueva mente para conocer a Dios, con una nueva voluntad para obedecer a Dios y con un nuevo corazón para amar a Dios. 2ª Corintios 5:17 dice: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» El bautismo es una manera de decir a todo el mundo: Soy una nueva persona, una nueva criatura en Cristo. Las cosas viejas han dejado de ser, todo en mi vida es nuevo. Estoy ante un nuevo comienzo. Como podrá notar, querido amigo, amiga, el bautismo es un manifiesto público al mundo de nuestra fe en Cristo, de nuestra identificación con él. Por eso es vital que todo nuevo creyente cumpla con este paso. El bautismo es decir al mundo, las hermosas palabras de esa canción de antaño: He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás.
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