Gracias por estar nuevamente con nosotros, es un privilegio contar con su sintonía, hoy continuaremos con el interesante tema que está desarrollando nuestro hermano David Logacho, “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo”, tenga su Biblia a mano y acompáñenos a conocer que es lo que dios nos quiere decir acerca de esto.
I. Introducción. Saludos, bienvenida. Libro de Hechos. Serie: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada por medio del Espíritu Santo. Cuando algunos judíos de Jerusalén no pudieron prevalecer en la disputa contra Esteban, se las ingeniaron para arrestarlo y llevarlo al seno del Sanedrín para responder por acusaciones falsas de que había hablado palabras blasfemas contra Dios y contra el templo del Jerusalén. En lugar de defenderse a sí mismo, Esteban aprovechó la oportunidad para dar un poderoso testimonio a favor del Señor Jesús, ante el Sanedrín. Lleno del Espíritu Santo, Esteban sacó lo que con anticipación había guardado en su mente, en cuanto al texto del Antiguo Testamento. Con pruebas irrefutables, Esteban demostró que desde siempre, Israel rechazó a los mensajeros enviados por Dios, tal cual como lo estaban haciendo con el Señor Jesucristo. En nuestro estudio del mensaje de Esteban, llegamos al punto cuando Esteban demostró la tendencia de Israel a rebelarse contra Dios. Lo hizo por medio de citar la idolatría de Israel en el desierto cuando edificó un becerro de oro para adorarlo y ofrecerle sacrificios. Esto tuvo una funesta consecuencia. Veamos de qué se trata. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Hechos 7 a partir del versículo 42.
II. Todo pecado tiene su consecuencia. El pecado de Israel de rebelarse contra Dios tuvo consecuencias funestas. Esteban se refiere a esto, según Hechos 7:42-43. Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas:
¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios
En el desierto por cuarenta años, casa de Israel?
Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc,
Y la estrella de vuestro dios Renfán,
Figuras que os hicisteis para adorarlas.
Os transportaré, pues, más allá de Babilonia.
Como resultado del pecado, Dios se apartó de su pueblo, pero no sólo eso, sino que también hizo una entrega judicial a la idolatría. Por eso Israel rindió culto al ejército del cielo. Esto significa que Israel rindió adoración al sol, a la luna, a los planetas y a las estrellas. Esteban cita al profeta Amós para comprobar que mientras Israel estaba vagando en el desierto por cuarenta años, entre los muchos pecados que cometió fue no ofrecer víctimas y sacrificios a Dios sino que hizo tabernáculo para Moloc, un ídolo abominable de los cananeos a quien se le ofrecía en sacrificio víctimas humanas. También Israel rindió honores a Renfan, el nombre de un ídolo relacionado con el planeta Saturno. Por eso, con el correr del tiempo, el pueblo de Israel fue llevado en cautiverio por varios imperios mundiales, como el Babilonio. Siempre será riesgoso rebelarse contra Dios. Los miembros del Sanedrín tenían que ser advertidos sobre esto, pero no hicieron caso de la advertencia. Esteban está por terminar su mensaje y nota que debe hacer referencia a la acusación de que había hablado palabras blasfemas contra el templo de Jerusalén. De esto nos habla Hechos 7:44-50 “Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto. El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. Mas Salomón le edificó casa; si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? Dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas?” Al hacer este recuento, Esteban está demostrando su profundo conocimiento acerca del templo. Mal podía hablar palabras blasfemas contra algo que tenía tanta historia detrás. El tabernáculo no fue la idea del hombre sino de Dios y por eso fue diseñado por Dios y se lo comunicó a Moisés. El tabernáculo fue construido mientras el pueblo de Israel estaba en el desierto y los israelitas lo llevaron con ellos a la tierra que Dios les prometió. Allí estuvo hasta los días del rey David. David halló gracia a los ojos de Dios y tuvo el deseo de edificar un tabernáculo fijo para el Dios de Jacob. Pero fue su hijo Salomón quien tuvo el privilegio de edificar esa casa. Esteban reconoce que Dios es tan excelso que no hay casa que le pueda contener. El Altísimo, uno de los nombres para Dios, no habita en templos hechos de mano. Esto lo reconoce la misma Escritura cuando el Altísimo declara: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? ¿No hizo mi mano todas estas cosas? De esta manera Esteban deja muy en claro el respeto y aprecio hacia el templo de Jerusalén, lo cual desvirtúa la acusación de haber hablado palabras blasfemas contra él. Como buen predicador, Esteban sabe que debe hacer una conclusión a su mensaje. Eso es lo que tenemos en Hechos 7:51-53 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. Lleno del Espíritu Santo y tal vez mirando directamente a los ojos, Esteban les dice: ¡Duros de cerviz! Esta es una expresión que significa: Obstinados en extremo. El pecado de incredulidad en los líderes de Israel les condujo a ser obstinados en su rechazo a Dios. Además les dijo: Incircuncisos de corazón y de oídos. Esto significa que el pecado de incredulidad en los líderes de Israel les condujo al mismo estado espiritual en el que se encuentran los gentiles. Incircuncisos era un calificativo peyorativo que los judíos utilizaban para referirse a los gentiles. La historia demuestra que desde siempre, los judíos han resistido al Espíritu Santo. Para reforzar su punto, Esteban incluye algo de ironía para hacer la pregunta retórica: ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? La triste realidad de Israel es que a ninguno, porque persiguieron a todos los profetas que les hablaron a nombre de Dios. Inclusive, llegaron a matar a los profetas que anunciaron de antemano la venida de Cristo, el Justo. Los líderes de Israel eran hijos, o descendientes de ellos y eso queda demostrado porque los líderes de Israel son los entregadores y matadores del Señor Jesús. Finalmente, Esteban deja en claro que él no había pronunciado palabras blasfemas contra la ley, sino que más bien, fueron los líderes de Israel, los miembros del Sanedrín quienes por medio de su incredulidad y de su desobediencia, estaban blasfemando contra la ley que la recibieron por disposición de ángeles. De esta manera tan contundente, tan incisiva, Esteban termina su mensaje ante el Sanedrín. La historia demostrará que esta fue la última vez que el Sanedrín escuchó un testimonio tan claro y directo a favor del Señor Jesús, pero tristemente, mantuvo su obstinada oposición. De aquí en adelante, el evangelio comienza a dirigirse hacia el terreno gentil, pasando primeramente por territorio samaritano. En nuestro próximo estudio bíblico, veremos cuál fue la reacción del Sanedrín ante el contundente mensaje de Esteban. Espero que me acompañe. Mientras tanto, pensemos brevemente en los miembros del Sanedrín. Eran la flor y nata de Israel. Tenían todos los privilegios del poder. Eran los expertos, los doctores de la ley. Eran los guardianes celosos de la religión judaica. Sin embargo de todo esto, eran obstinados opositores del Señor Jesucristo. Tenían toneladas de religión, pero nada de relación personal con Cristo Jesús. Por eso su condenación es bien merecida. La salvación no está en la religión sino en la persona de Cristo Jesús. En el mundo hoy en día, existen millones de millones que también tienen toda la religión, cualquiera que sea, pero están vacíos de una relación personal con Cristo Jesús. Si ese es su caso, usted necesita hoy mismo recibir al Señor Jesucristo como su Salvador. Si tiene a Cristo, tiene todo, si no tiene a Cristo le falta todo. No repita el error del Sanedrín. Cristo Jesús murió en la cruz del calvario para que Usted pueda tener vida eterna. No desperdicie la obra de Cristo Jesús. Si no lo ha hecho antes, este es el momento para que en un acto de fe reciba al Señor Jesucristo como su único y personal Salvador.
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