La vida está llena de giros y vueltas y la vida se mueve rápido, pero la persona que vive con templanza mantiene el equilibrio independientemente de las circunstancias. La templanza es ese indicador interno que mantiene el control de tu vida.
Como un esquiador cuesta abajo en los Juegos Olímpicos de invierno, el cristiano, a menudo se balancea entre el triunfo y el fracaso. Estamos en constante equilibrio entre la libertad del Evangelio y las limitaciones de una vida santa. En este tiempo, Ron Moore comparte cómo debemos evitar los extremos que amenazan nuestro testimonio y la carrera que corremos.
Bien, ¿cuántos de ustedes han disfrutado de los Juegos Olímpicos? Este es un tiempo espectacular y muy bueno para mirar. Es imposible no ver a estos atletas de clase mundial competir y luego escuchar la historia tras bambalinas de años y años y años de preparación, compromiso y determinación por este momento, este evento único; y a veces son sólo fracciones de segundo los que los separa de una medalla. Personalmente disfrutado con especial interés el deporte del esquí. Sin embargo todos los deportes son geniales; ver la velocidad con la que se mueven estos atletas y ver las maniobras que realizan eso es increíble de ver. Y lo que siempre me sorprende es su éxito o fracaso, su victoria o su pérdida. Pero el que reciban una medalla o no, suele reducirse al equilibrio que manejaron durante su competencia.
Ya sea que estén bajo el agua, en tierra firme o en el aire, aterrizando de alguna loca maniobra, todo se trata de equilibrio. Ya sea que estén en el suelo o en el aire ellos deben mantener el equilibrio. Ahora a veces, a veces el equilibrio no está allí. La velocidad de la vida, a veces nos hace sentir como si estuviéramos en una carrera cuesta abajo. Las cosas están sucediendo demasiado rápido. El trabajo se está volviendo loco y están pasando cosas en el trabajo que nos sacuden y sentimos que estamos desequilibrados. Hay cosas en casa pasando con los niños, están creciendo rápido y todas las actividades de ellos nos hacen sentir que desequilibramos. Hay todas estas actividades con amigos y expectativas con ellos y con la familia que nos hacen sentir que estamos desequilibrados. Y no vamos a negar que hay tantas cosas de la iglesia; estar ahí, servir ahí. Todas estas cosas espirituales que queremos hacer, pero ¿cómo encajamos a todos? ¿Cómo encontrar el equilibrio? ¿Cómo mantener las cosas bajo control? Y esas son sólo cosas externas.
Ahora veamos las cosas internas; equilibrando nuestro tiempo, nuestros deseos, nuestro talonario de cheques, nuestra vida espiritual. Y conocemos a mucha gente que termina perdiendo el equilibrio. Y quizás ahora mismo tú estás sintiendo que estás fuera de control o quizás aún te estés recuperando de una caída y te sientes como si estuvieras colgado. Y bueno precisamente por eso, hoy quiero que sea la Luz de la palabra de Dios la que nos muestre lo que debemos hacer. Así que toma tu Biblia y vamos a 1 Timoteo capítulo 3.
Estamos usando tres de los últimos libros que escribió Pablo. 1 Timoteo, 2 Timoteo y Tito. Esa es nuestra fuente principal de nuestro estudio “Legado: ser dueño de mi influencia” y estamos viendo los rasgos de carácter que se encuentran en 1 Timoteo 3. Estos rasgos de carácter se usan específicamente para describir lo qué un anciano debe ser, pero su aplicación es para todos nosotros y eso es cómo lo estamos aplicando ampliamente en nuestra vida.
Y bueno, hoy queremos ver cómo podemos mantener el equilibrio de nuestras vidas. Queremos ver cómo podemos recuperarnos de una caída. Así que vamos a 1 Timoteo capítulo 3, este es nuestro versículo estándar para nuestro estudio, espero que al finalizar esta serie lo tengas muy bien grabado no sólo en tu mente sino también en tú corazón. Bueno ahora leámoslo, «Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea» (1 Timoteo 3: 1). Entonces dijimos que la primera característica es este deseo. Esta pasión por hacer algo significativo para Dios. Esta pasión de trabajar duro detrás de las escenas, cuando nadie más está mirando. Coloque las disciplinas espirituales en su lugar para asegurarse de que está buscando algo que realmente vale la pena.
Ahora, esta debe ser la pasión espiritual que se necesita. Verso 2 «Pero es necesario que el obispo sea irreprensible» Necesitamos vivir nuestra vida de una manera en la que no haya ningún tipo de escándalo en nuestras vidas. Esposo de una sola esposa Eso es lo que miramos la última vez ¿lo recuerdas? Esta persona debe ser fiel con su familia, debe estar comprometido y debe ser leal a su esposo, a su esposa, a su familia. Se requiere una persona comprometida con su familia para influir en Jesucristo. No puedes influir en tu ausencia. Tienes que estar comprometido con tu familia, tienes que ser el que esté pendiente de ellos, de sus necesidades y de sus triunfos.
Y bueno ahora queremos ver dos características más: templado y autocontrolado. Ser moderado significa estar sobrio, vigilante, no dado a los extremos. En una palabra, “equilibrio”. La templanza es una disciplina espiritual que hace que pensemos que algunas veces nos detengamos antes de actuar o hablar. Cuando la templanza se teje a través de nuestro carácter, no estamos marcados por acciones precipitadas.
Ahora nadie es perfecto. Nos vamos a caer, a veces vamos a decir algo que no deberíamos haber dicho, vamos a hacer algo que no deberíamos haber hecho, pero la persona que es templada se dará cuenta de ello inmediatamente y cada vez reducirá ese tipo de acciones, para ellos es algo anormal pues no sucede muy a menudo.
La vida está llena de giros y vueltas y la vida se mueve rápido, pero la persona que vive con templanza, mantiene el equilibrio independientemente de las circunstancias. La templanza es ese indicador interno que mantiene el control de tu vida. Ahora permítanme hacerles una pregunta ¿Cuántos de ustedes han conducido por el país? Se han mudado y han conducido esos camiones de alquiler con todas sus cosas, todo por lo que alguna vez trabajaron tan duro, pero mientras conduces tratas de ganar algo de tiempo así que aceleras, y de repente recuerdas que llevas muchas cosas valiosas y empiezas a bajar la velocidad, tienes algo en tu interior que hace que vayas más despacio.
Tienes un patrón que no te dejará ir más rápido. La templanza es ese patrón interno que nos ralentiza. Si vamos a ser dueños de nuestra influencia, si vamos a aceptar que no es responsabilidad de nadie más; sino sólo nuestra. Mira, si vamos a ser dueño de nuestra influencia, tenemos que tener ese patrón interno. Ese equilibrio de templanza en nuestras palabras, acciones y emociones.
La segunda palabra que Pablo agrega a esto muy similar, solo hay una pequeña diferencia, es el “autocontrol”. El autocontrol significa ser sobrio, significa ser sensato, ser estable. ¿Lo ves? Nuevamente volvemos al equilibrio. El autocontrol describe a una persona que es confiable. Ellos son confiables. La templanza descarta el patrón de acciones precipitadas. El autocontrol descarta los patrones de exceso. Déjame decirlo de nuevo. La templanza descarta los patrones de acciones precipitadas, el autocontrol descarta el exceso en la vida, patrones de exceso.
El autocontrol es una disciplina espiritual que guía nuestras emociones. Mantiene nuestras ambiciones personales en perspectiva bíblica. Mantiene nuestras pasiones y deseos gobernados. A veces, las pendientes de la vida se mueven bastante rápido y sentimos que las cosas se están saliendo de control, pero cuando somos conscientes de la disciplina espiritual, cuando tenemos autocontrol, cuando tenemos vivo este rasgo de carácter, podemos frenar y obtener el equilibrio que necesitamos.
Ahora, por si alguien piensa que esto no es para ellos, Pablo se asegura de aclarar que todos necesitamos eso en nuestra vida. Entonces, en el capítulo 2 de Tito, él le dice a Tito: «Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.» (Tito 2: 1-2) Ahora, mira el versículo 3 «Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;.» (Tito 2: 3-6)
Anima a los hombres más jóvenes a ser» ¿qué? A ser «prudentes» a vivir bajo el autocontrol. Creo que todos han pasado por eso, y todos a pecado de imprudencia. Ahora cuando intento descubrir qué significa una palabra, me gusta ver lo que no significa, me gusta hacer un poco de comparación y contraste, así que permíteme hacer eso hoy. Lo opuesto a la templanza y el autocontrol es la impulsividad. Lo opuesto al equilibrio es impulsivo.
Miremos algunas áreas de nuestra vida aquí y las compararemos y contrastaremos. Por ejemplo, miremos la sexualidad. La templanza y el autocontrol mantienen el don del sexo dentro del matrimonio, entre un hombre y una mujer. Ellos están comprometidos con eso, pero la impulsividad actúa en promiscuidad sexual. Esto implica mantener un enlace prematrimonial y es un enlace muy peligroso que tiene total relación con la impulsividad fuera de balance, fuera de control. Si esto ha pasado en tu vida, es una clara señal que debes trabajar con ser templado y autocontrolado.
Ahora, un ejemplo más, ¿Qué pasa con el dinero? La templanza y el autocontrol producen alegría, gozo y paz. 1 Timoteo 6: 6 dice «Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento«. La impulsividad aumenta cuando estamos fuera de control. Muchas personas tienen sus mentes llenas de planes para hacerse ricos. Hay quienes están comprometidos con la compra de la lotería y hacen compras impulsivas o llevan estilos de vida con compras impulsivas. Gasto fuera de control, esto tiene que ver con el pecado del materialismo. 1Timoteo 6:10 dice esto: «porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.»
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