Por encima del reproche se entiende uno que no puede ser asido, uno que no está abierto al ataque, aquel a quien no hay forma de acusarlo. Si vivimos una vida sin reproche, nadie podrá agarrarse de algo para tirarnos al suelo.
Toma tu Biblia y vuelve conmigo al Libro de 1 Timoteo. Estamos involucrados en una serie de sermones titulados “Legado: ser dueño de mi influencia”. El énfasis en ese pequeño pronombre “mi” es “mío” porque cada uno de nosotros influye en otras personas. Puedes influenciarlos para bien o para mal, pero somos influyentes y esto es algo que no podemos delegar, es algo que no podemos ignorar. Tenemos que ser dueños de nuestra influencia.
Bien, nos estamos enfocando en tres libros en el Nuevo Testamento llamados las Cartas Pastorales: 1 Timoteo, 2 Timoteo y Tito. Y estamos usando una lista de características que se encuentra en 1 Timoteo capítulo 3 como guía para nuestro estudio. Estas son las características para los ancianos, pero no son sólo para los mayores, son para todos los que profesamos ser creyentes que seguimos a Jesucristo y que sólo hemos confiado en Él como la única forma en que podemos tener una relación con el Dios viviente.
La última vez que nos encontramos, miramos el capítulo 3 versículo 1 de 1Timoteo que dice: «Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.» Si alguien pone su corazón en influir en los demás, si ese es su deseo, Pablo dice que eso es algo bueno. Eso es lo correcto, eso es algo noble. Vimos que anhelar obispado significa estirarse para comprender y alcanzar la luz y esa es la luz que Dios quiere que vivamos. Ahora, hay una segunda característica que se encuentra en el versículo 2 «Pero es necesario que el obispo sea irreprensible» Bueno, ahora seamos sinceros: la verdad es que esto suena un poco siniestro y muy poco pesado.
«Por encima del reproche». Algunos dirían que eso es imposible. “Quiero dejar un legado piadoso, pero es imposible para mí vivir una vida sin culpa, no puedo vivir sin pecado.” Bueno, tienes razón en dos cosas: uno, es pesado y dos, incluso un creyente no puede vivir una vida sin pecado.
Ahora, el Espíritu Santo está en nosotros y, si estamos creciendo, las tentaciones deberían disminuir con el tiempo; pero ninguno de nosotros estará por encima del pecado. 1 Juan capítulo 1 versículo 8 está escrito para los creyentes. Y él dice: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.» Pero “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» (1 Juan 1: 8-9). No estamos hablando de nuestra posición ante Cristo, estamos hablando de crecer en nuestro caminar con Cristo.
«Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.» (1 Juan 1:10). Entonces vivir sin reproche no significa vivir sin pecado. Pero entonces, ¿qué significa vivir sin reproche? Bueno pues, la palabra griega “reproche” significa alguien que no puede ser apresado, que no está abierto para atacar. Algunos comentaristas dicen que proviene del mundo de la lucha o el boxeo. Donde un luchador no deja expuesta ninguna parte de su cuerpo. Él se está protegiendo a sí mismo, no quiere que el oponente entre, agarre su pierna y lo derribe. En el mundo del boxeo hay una postura que tomas y tus manos están arriba y te estás protegiendo para que nadie pueda golpear y derribarte, así es cómo debes vivir, protegiendo tu vida con la Palabra de Dios. Y claro que habrán acusaciones, si estamos viviendo para Cristo, vamos a ser criticados. Muchas personas van a querer que nos rindamos, pero vivamos nuestra vida de tal manera que no haya forma de acusarnos
Bueno, algunos de ustedes estarán diciendo: “bueno, mi pasado tiene todo tipo de asideros que, si la gente los agarra, podrían tirar de mí en todas direcciones”. Todos somos pecadores, y cada uno de nosotros tiene un pasado. Mira el capítulo 3 de Tito. Pablo dice: «Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos» (Tito 3: 3) En un momento, nosotros también «viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros» (Tito 3:3). Luego está esa palabra clave, «Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.» (Tito 4-7).
Verán que cuando apareció la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, Él nos salvó de esos errores del pasado, Él nos salvó de ese pecado del pasado. No somos lo que una vez fuimos. No estoy atrapado en el pecado de mi pasado. Dios dice esto en Isaías capítulo 1 versículo 18 «Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” Ahora como creyente he sido limpiado de mi camino, he sido liberado por Jesucristo mismo. Ahora, como creyente, he sido limpiado y fortalecido por el Espíritu Santo. Así que, mira el versículo 8 «Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.«(Tito 3: 8).
Y ahora, como creyente, debemos vivir sin reproche. Sin rastros de pecado que puedan arrastrarnos hacia abajo. Entonces tú dirás, “está bien, entiendo eso, puedo manejar eso dentro de la comunidad de creyentes, puedo manejar eso dentro de mi familia. Quiero ser dueño de mi influencia. Pero vamos Ron, ser una influencia con los de afuera, eso ya es algo muy diferente”. Bueno, volvamos a 1 Timoteo capítulo 3. En caso de que creamos que vivir por encima del reproche era sólo para los creyentes, Pablo dice en el versículo 7 en la misma lista de características «También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.» Bien, ahora te preguntaré ¿Quién crees que son los de afuera? Pues son los incrédulos. Y Pablo da dos razones para que seas intachable: «para que no caiga en desgracia y para que no caiga en la trampa del diablo».
Verás, no puedes ser dos personas a la vez. No puede ser sólo una persona que asiste a la iglesia, canta en el coro, enseña una clase de la escuela dominical, hace el trabajo de guía y sirve al Señor aquí, en la iglesia, ósea, eso es genial, peor no puedes ser eso y luego, en el mundo, ser otra persona porque estás convencido de que debes llevarte bien con todo el mundo y aparentas ser alguien totalmente diferente al de la iglesia. Ante eso, déjame decirte lo que Pablo dice, él dice: “no”. Integridad significa que eres una persona recta. Eres una persona ya sea que estés cantando canciones un domingo por la mañana y eres la misma persona cuando estás sentado en tu escritorio el lunes por la mañana. Mira, pueden suceder muchas cosas difíciles, pero tienes que ser la misma persona. Tienes que tener una buena reputación con los de afuera.
Bueno, estas son las dos razones para que seas una persona de integridad: primero, para que no caigas en la desgracia. Tú dices ser un creyente, tú profesas seguir a Jesucristo y si vives como todos los demás, entonces traerás reproche al nombre de Cristo.
Pablo dice que esta es la otra razón, para que no caigas en la trampa del diablo, los incrédulos están mirando. Y ellos están mirando por dos razones: primero, les gustaría verte caer, tú eres aquel tipo que ha hablado sobre estándares, ha vivido según los estándares y los incrédulos adoran cuando los creyentes, que han sido un ejemplo de vida, caen. Pero hay otra razón, los incrédulos están buscando desesperadamente ver si Jesucristo realmente cambia las cosas en tu vida, ellos quieren ver qué diferencia hace Jesús en la vida de las personas. Y si eliges una opción por debajo del radar, mediocre, e insípido, y decides seguir adelante para llevar bien la vida cristiana, te mirarán y dirán: “yo quiero hacer eso también, yo también quiero vivir así, yo también quiero que Cristo viva en mí”.
Lamentablemente es muy común que caigamos en la trampa del diablo, ¿no es así? Él te tiene justo donde él te quiere. Si te caes, el diablo dirá que eso es sólo la cereza del pastel. Pero si sólo vives tibio, entonces todos hablarán sobre la vida cristiana, y el diablo te tendrá donde él quiere, la palabra de Dios es muy clara cuando te dice: o frio o caliente pero jamás tibio.
¿Lo ves? vivir sin reproche no significa que eres perfecto, porque no lo somos. Pero si significa vivir por encima del reproche, vivir con un compromiso, una disciplina facultada por el Espíritu Santo para vivir una vida protegida de los ataques del mundo. Para que, cuando alguien nos mire y nos acuse, no puedan agarrarnos para derribarnos. Nos podrán acusar de algo, pero no podrán comprobarlo porque estaremos viviendo por encima del reproche.
Muy bien. Voy a terminar mirando 1 Timoteo capítulo 4. En 1 Timoteo capítulo 4 versículo 12, Pablo está hablando con Timoteo y él dice: «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.»
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