Reciba cordiales saludos amable oyente y la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Efesios, en la serie titulada: Las Maravillas de la Gracia. En nuestro último estudio bíblico, contemplamos al apóstol Pablo como ministro del misterio de Dios, dándonos a conocer que en Cristo, tanto creyentes judíos como creyentes gentiles, tenemos seguridad y acceso con confianza al Padre, por medio de la fe. Esta verdad, y las que hemos estudiado en programas anteriores dentro de esta misma serie, son difíciles de entender y más difíciles aún de aplicar a nuestro diario vivir. Es por esta causa que el apóstol Pablo hizo ya una oración en el capítulo 1 versículos 15 a 23, pidiendo a Dios que nuestro entendimiento sea iluminado para saber cuál es la esperanza a la cual Dios nos ha llamado. En Efesios capítulo 3 versículos 14 a 19, el apóstol Pablo va a hacer otra oración para que los creyentes de Efeso, quienes por largo tiempo estaban hundidos en el paganismo, desesperanza e impiedad, puedan beneficiarse de las riquezas espirituales que ya eran de ellos en Cristo. Esto será el tema de nuestro estudio bíblico de hoy.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Efesios 3 a partir del versículo 14 hasta el versículo 19. Se trata de una oración que realizó el apóstol Pablo, la cual se inició en el versículo 1 del mismo capítulo, pero que Pablo la interrumpió para explicarnos el misterio de la iglesia entre los versículos 2 a 13. Pablo retoma la oración y lo primero que notaremos es el prólogo de la oración y luego los pedidos de oración. En cuanto a lo primero, el prólogo de la oración, lo tenemos en los versículos 14 a 15 del capítulo 3. La Biblia dice: Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Eph 3:15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,
Siendo un prisionero en Roma, Pablo debió haber tenido muchos motivos para orar, algunos de ellos por necesidades personales, pero por sobre todo había un motivo por demás importante, era, para que los creyentes comprendan la gloriosa verdad concerniente a la iglesia, lo cual fue el tema de su carta a los Efesios en los capítulos 2 y 3. Luego, Pablo habla de la postura para orar. El texto leído dice que Pablo dobla sus rodillas. Esto se puede entender en su sentido literal, según lo cual, Pablo debe haber estado orando de rodillas, o se puede entender en un sentido figurado para hablar de la actitud de su corazón. Ambas interpretaciones son factibles. Esto podría estimular una pregunta. ¿Cuál es la postura correcta para orar? La respuesta es que no existe algo como la postura correcta para orar. En la Biblia tenemos casos de personas que oraron de pie, otros oraron postrados cara al piso y otros lo hicieron de rodillas, como Pablo en este caso. Por tanto no se puede ser dogmático para señalar a tal o tales posturas como las únicas válidas para elevar a Dios una oración. Una ocasión, un hombre que había ido a una montaña a esquiar perdió el equilibrio y comenzó a rodar montaña abajo por la empinada ladera. Mientras bajaba dando tumbos clamó a Dios por ayuda en su desesperación. Dios contestó su oración y aparte de algunas magulladuras no resultó con ninguna lesión seria. ¿Podríamos decir entonces que la postura más efectiva para orar es dando tumbos montaña abajo? Por supuesto que no. No se puede decir que por adoptar tal o cual postura para orar nuestras oraciones van a ser más efectivas. Inclusive, no es obligación orar con los ojos cerrados. Pablo debe haber tenido los ojos abiertos mientras oraba al escribir su carta, porque estaba escribiendo al mismo tiempo que oraba. Además, ¿Cómo podríamos vivir en la práctica el mandato de 1 Tesalonicenses 5:17 Orad sin cesar, si siempre tendríamos que cerrar los ojos para orar? Si fuera así, tendríamos que vivir con los ojos cerrados. Pero volviendo a la oración que hace Pablo, notamos también que su oración fue dirigida al Padre. El modelo ideal de oración en el Nuevo Testamento es que la oración se debe dirigir al Padre, en el nombre del Hijo y en el poder del Espíritu Santo. Dios es el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de los santos que han partido para estar con Él, así como también de los santos que todavía estamos en la tierra. ¡Qué hermoso es saber que somos hermanos del Señor Jesucristo! Él es nuestro hermano mayor. Compartimos un mismo Padre. Pasemos ahora a los pedidos de oración. Notamos cinco pedidos, todos ellos de carácter espiritual, no material. Cada pedido es como un peldaño de una escalera que nos lleva a alturas cada vez más elevadas. El primer pedido está en el versículo 16. La Biblia dice: para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
El pedido de oración de Pablo es que los creyentes sean fortalecidos, no físicamente, sino espiritualmente. Este fortalecimiento es conforme a las riquezas de la gloria de Dios. El fortalecimiento es con poder en el hombre interior, lo cual es obra del Espíritu Santo. Luego tenemos el segundo pedido. Efesios 3:17 en su primera parte dice: para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones,
Un hombre interior fortalecido va a permitir que Cristo habite en su corazón por la fe. Esto significa que Cristo sea un residente permanente, no un invitado ocasional en el corazón del creyente. Implica que Cristo tome el control de las emociones, el intelecto y la voluntad del creyente. Esto se logra mediante la fe en lo que Dios ha revelado en su Palabra. Llegamos así al tercer pedio de oración. Desde la segunda parte del versículo 17 y el versículo 18 dice: a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
Eph 3:18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,
Este pedido de oración tiene que ver con una cabal comprensión del extraordinario amor de Cristo. Que hermoso es pensar que cuando Cristo controla nuestro ser, podemos comprender la calidad del amor de Cristo. El cuarto pedido de oración está en la primera parte del versículo 19. La Biblia dice: y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,
En este pedido de oración parecería que hubiera una contradicción. ¿Cómo podemos conocer algo que excede todo conocimiento? Pero no existe contradicción alguna. Lo que Pablo tiene en mente es que un creyente que comprende a cabalidad el amor de Cristo, va a experimentar el amor de Cristo en tal medida que lo único que lo limita es su propio conocimiento del amor de Cristo. Esto es maravilloso porque el amor de Cristo siempre tendrá facetas que todavía son desconocidas para el creyente, sin importar su edad o la madurez espiritual que tenga como creyente y de esa manera, por siempre habrá oportunidad para experimentar nuevas emociones de nuestro amor a Cristo. El último pedido de oración de Pablo se encuentra en la última parte de Efesios 3:19. La Biblia dice: para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Esto sí que es fantástico. El experimentar nuevas y diversas facetas del amor de Cristo nos va a llevar a ser llenos de toda la plenitud de Dios. Esto es lo máximo que podemos aspirar. Observe que con Cristo ya tenemos todo lo que Dios puede darnos. No hay más que Dios pueda darnos. Dios no se ha reservado nada. Pero la gran pregunta sería: ¿Hemos aprovechado en la práctica esta abundante riqueza espiritual que tenemos en Cristo? Pablo intercede en oración por los creyentes, de modo que sean llenos de toda la plenitud de Dios. Pablo ha orado a Dios por todos los creyentes. Si usted es creyente como yo, Pablo ha orado por usted y por mí. ¿Hasta qué punto esta siendo respondida esta oración de Pablo en usted? ¿Está fortaleciéndose espiritualmente a través del Espíritu Santo? ¿Está Cristo controlando sus emociones, su intelecto y su voluntad? ¿Está logrando cada vez mayores metas en su comprensión del amor de Cristo? ¿Está experimentando nuevas emociones cada vez en su relación de amor con Cristo? ¿Está disfrutando de ser lleno de la plenitud de Dios? Mi oración es que así sea.
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