Con mucho gozo le damos la bienvenida amiga, amigo oyente. Estamos listos para un nuevo estudio bíblico en la serie Gálatas: La Carta Magna de Emancipación de la Iglesia. Algo muy condenable en el campo del deporte sería que un competidor ponga una zancadilla a otro y lo derribe al suelo. Pues eso fue lo que sucedió, no en el campo del deporte, sino en el campo espiritual con los creyentes de Galacia. En instantes más, David Logacho compartirá con nosotros los detalles.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en el libro de Gálatas capítulo 5 versículos 7 a 12. En este pasaje bíblico, Pablo está reclamando, recomendando y repudiando. Considerémoslo en detalle. Primero, Pablo está reclamando. ¿A quienes? Pues a los creyentes Gálatas. Gálatas 5:7-9 dice: “Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa.” Algo muy particular en Pablo es que para reforzar sus lecciones espirituales echaba mano de ilustraciones sacadas del mundo de los deportes. Aquí lo tenemos en ese plano. Teniendo en mente a los creyentes Gálatas los ve como atletas en una carrera olímpica. El hecho de haber recibido por la fe a Cristo como su Salvador les dio el derecho de participar en la competencia olímpica. El momento de recibir a Cristo como Salvador fue en un sentido como el disparo que indica el comienzo de la prueba. Todo iba muy bien. Cada competidor ocupaba su carril y se proyectaba a la tan ansiada meta de la madurez en Cristo. Pablo dice a los creyentes Gálatas: Vosotros corríais bien. Pero note que el verbo está en tiempo pasado. La buena carrera duró poco tiempo. Algo pasó durante la competencia que hizo que dejen de correr bien. ¿qué fue lo que pasó? Pues sucede que en un momento fatídico de la prueba, alguien puso una zancadilla a los creyentes Gálatas y como resultado, los creyentes Gálatas comenzaron a tambalear y a caer al suelo. Pablo dice que fueron estorbados. Esto significa que alguien se atravesó en el camino de los competidores con el fin de que no sigan en carrera. Por lo que hemos estudiado hasta este momento en el libro de Gálatas, sabemos que los que pusieron la zancadilla a los creyentes de Galacia fueron los judaizantes. Estos falsos maestros que pretendían que los creyentes de Galacia se sometan a la ley de Moisés. Habiendo comenzado muy bien la carrera en la gracia, de pronto, los creyentes Gálatas se hallaban ahora tambaleantes, al punto de desplomarse, desobedeciendo la verdad. La verdad dice que la única manera de ser salvos es mediante la gracia de Dios, o mediante el favor inmerecido de Dios de otorgar la salvación a todo aquel que por la fe recibe a Cristo como Salvador. Fe más nada más. Los judaizantes decían: No… Fe más las obras de la ley. Fe mas guardar el séptimo día como día de reposo. Fe más la circuncisión. Esta fue la zancadilla. Este fue el obstáculo que hizo perder el equilibrio a los corredores. Cuidado amigo oyente con prestar su oído a falsos maestros que añaden obras a la fe para ser salvos. No olvide jamás que la salvación es por gracia por medio de la fe. Jamás acepte condiciones además de la fe para recibir la salvación. Si Usted lo hace, dejará de correr bien y se hallará tirado en la pista de carreras. Pablo prosigue diciendo que esa persuasión, es decir fe mas obras para ser salvos, no procede de Dios. No procede de aquel que llama al pecador a ser salvo. Dios jamás ha dicho a los pecadores: Muy bien, Ustedes quieren salvos ¿verdad? Entonces reciban a Cristo como Salvador y además cumplan con todo lo que yo he mandado en la ley de Moisés o si no pueden con todo, al menos con eso de guardar el séptimo día como día de reposo, o con eso de circuncidarse. Dios jamás ha dicho algo así. Lo que Dios ha dicho son cosas como en Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Todo es cuestión de creer, no de creer y hacer cualquier otra cosa, por más mínima que sea. Una vez salvos, Dios mismo da el poder y la capacidad para hacer las buenas obras que Dios ha preparado de antemano para que anduviésemos en ellas. Pablo termina esta parte haciendo una declaración llena de significado. Dice: Un poco de levadura leuda toda la masa” Esto es una realidad en el mundo de la cocina o de la pastelería. Toda ama de casa y todo pastelero o panadero sabe que tan solo una pequeña cantidad de esa sustancia llamada levadura, sirve para hacer elevar o hinchar a una gran cantidad de masa. Algo que es poco, afecta totalmente algo que es mucho. Pues la levadura tiene una simbología en la Biblia. Representa el pecado, representa lo que es contrario a la voluntad de Dios. Representa la falsa doctrina. Un poco de pecado afecta la vida entera de un creyente. También un poco de falsa doctrina afecta la vida entera de un creyente. Usted habrá notado que los judaizantes no estaban impulsando que los creyentes de Galacia nieguen a Dios o rechacen a Cristo, o anden en adulterio o maten a otros, etc. Todo lo contrario, los judaizantes buscaban que los creyentes de Galacia sean personas muy rectas, personas muy pulcras en su conducta. Pero, siempre hay un pero, los judaizantes tenían un pequeño, entre comillas, problema doctrinal. Quizá para muchos no era un problema serio, pero Pablo lo compara con levadura. Pequeño pero poderoso. Capaz de causar un terrible mal. El problema era que los judaizantes estaban añadiendo obras a la fe para ser salvos. Este es un evangelio pervertido. Un evangelio que Pablo dijo que era anatema, o condenado a destrucción. Cuidado amable oyente con esta levadura. Pablo ha estado reclamando, pero también, en segundo lugar, Pablo está recomendando. ¿Recomendando qué? Considere lo que dice la primera parte de Gálatas 5: 10: “Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo” Pablo está recomendando a los creyentes de Galacia que no se dejen engañar por los judaizantes y cambien su modo de pensar acerca de la salvación por la sola gracia que se recibe por la sola fe. Pablo invirtió bastante tiempo enseñando esto a los creyentes de Galacia y le preocupaba realmente que ahora los Gálatas hayan sido fascinados por la falsa enseñanza de los judaizantes. Pablo dice que confía en el Señor que los Gálatas no sean arrastrados en el error de los judaizantes. Es la misma confianza que yo tengo respecto de Usted amable oyente. Usted no debe aceptar todo lo que oye de la gente. No importa si se trata de su pastor o de un anciano de la iglesia o de su maestro bíblico favorito. Antes de aceptar cualquier cosa que alguien diga, debe comparar con lo que dice la palabra del Señor. Si lo que dijo tal o cual persona está de acuerdo con lo que dice la Biblia, entonces Usted debe aceptarlo como algo que proviene de Dios, pero si lo que dijo tal o cual persona contradice algo que la Biblia afirma, entonces Usted debe desecharlo porque eso no proviene de Dios. Pablo ha estado reclamando y recomendando. En tercer lugar, Pablo está repudiando. ¿Repudiando a quién o a quiénes? Mire lo que dice Gálatas 5: desde la segunda parte del versículo 10 al 12 “mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!” Bueno, estas son palabras nada suaves para los judaizantes. Pablo sabía ser tierno cuando eso era necesario, y sabía ser duro cuando eso era necesario. Aquí lo tenemos repudiando abiertamente a los judaizantes. Los califica como perturbadores, los que ponen zancadillas a los que corren en la carrera de la gracia. Dice que llevarán su sentencia quienquiera que sea. Es algo muy serio esto de proclamar un evangelio diferente. Con Dios no se puede jugar amable oyente. Los judaizantes acusaron a Pablo de que él también está impulsando la circuncisión. Era una acusación temeraria. La falsedad de esta acusación queda demostrada por cuanto Pablo estaba padeciendo la persecución de los judaizantes. Si Pablo estuviera predicando el mismo mensaje que los judaizantes ¿Qué razón habría entonces para que los judaizantes le persigan como lo estaban haciendo? Si Pablo estuviera predicando la circuncisión entonces los judaizantes deberían dejar de perseguirle, porque ya no existiría motivo para hacerlo, porque se habría quitado el tropiezo de la cruz. El tropiezo de la cruz se refiere al odio que sienten los judaizantes y los legalistas en general, a la salvación solo por gracia por medio de la fe. Cuando un incrédulo dice: Yo realmente no puedo creer que con tan solo recibir por la fe a Cristo como Salvador se puede llegar a ser salvo, sino que se debe hacer algún mérito para ser salvo, está tropezando en la cruz. El no poder aceptar que la salvación de una persona la ganó Cristo al morir en la cruz del calvario y que para beneficiarse de esta obra solo hace falta recibir a Cristo como Salvador es tropezar en la cruz. Pablo termina con una frase muy dura para los judaizantes. ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! Los judaizantes estaban vendiendo la idea de que la circuncisión es un requisito, además de la fe, para ser salvos. Pablo está tan incómodo con esta enseñanza de los judaizantes que dice algo como esto: Si les satisface tanto cortarse una parte de su cuerpo, que se lo corten ellos solos, ¿Por qué están tratando de que otros lo hagan? Pero también, partiendo de que el verbo mutilarse es el mismo verbo que los griegos usaban para castrarse, la frase de Pablo también podría entenderse en el sentido que: Fuera bueno que los judaizantes se castren a si mismos para que ya no produzcan más hijos sujetos al yugo de la ley. Mi oración al Señor es que nosotros los creyentes nos mantengamos firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y ni por un instante cedamos a la presión de los legalistas que buscan esclavizarnos a la ley para alcanzar el favor de Dios.
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