Es un gozo saludarle y darle la bienvenida al estudio bíblico de hoy, amiga, amigo oyente. Soy David Logacho para juntos estudiar el pasaje bíblico para hoy en el evangelio según Juan. En esta oportunidad nos corresponde el estudio de la primera parte de Juan capítulo 3, sobre el diálogo entre el Señor Jesús y Nicodemo.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Juan capítulo 3. Como antecedente, luego que el Señor Jesús halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentado, y haciendo un azote de cuerdas echó fuera del templo a todos y las ovejas y los bueyes y esparció las monedas de los cambistas y volcó las mesas, los líderes judíos cuestionaron al Señor Jesús acerca de su autoridad para hacer eso. Concordante con esto, le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? La respuesta del Señor Jesús hizo referencia a su muerte y resurrección, aunque los líderes judíos no lo entendieron. Los discípulos del Señor Jesús lo entendieron después que el Señor Jesús murió y resucitó. Esto aconteció durante la celebración de la pascua. Muchos creyeron en el nombre del Señor Jesús cuando vieron las señales que el Señor Jesús hacía. Lamentablemente, algunos de los que creyeron no lo hicieron de corazón, sinceramente y el Señor Jesús estaba al tanto de esto. Entre los que creyeron de corazón había un hombre llamado Nicodemo. Lo primero que tenemos es la intervención de Nicodemo. Juan 3:1-2 dice: Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
Joh 3:2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Nicodemo era un fariseo. Esta palabra se deriva probablemente de una palabra hebrea que significa separado. No eran separados en el sentido de aislarse de los demás, sino en el sentido de un exagerado apego a la ley y a innumerables tradiciones que muchas veces estaban por encima de la ley. Eran los representantes del judaísmo ortodoxo. El Señor Jesús los confrontó con firmeza a muchos de ellos por su desmedido celo por las cosas secundarias descuidando las cosas más importantes. Además de fariseo, Nicodemo era un principal entre los judíos. Esto significa que era uno de los miembros del sanedrín, el organismo que gobernaba a Israel en aquellos tiempos bajo la supervisión del imperio romano. Nicodemo se acercó al Señor Jesús de noche. Esto ha creado una serie de suposiciones entre los intérpretes, pero tal vez la razón para acercarse al Señor Jesús de noche, era para evitar los comentarios de la mayoría de los fariseos que rechazaban al Señor Jesús. Una vez ante el Señor Jesús le dijo: Rabí. Esta palabra era un título de respeto entre los judíos y significa Maestro. Luego le dijo: Sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Nicodemo estaba en el camino correcto, pero le faltaba mucho para llegar a la meta. El Señor Jesús es enviado de Dios y es maestro y es Dios mismo, pero reconocer todo esto no salva a nadie. Para ser salvo hace falta lo que Nicodemo no tenía y esto justamente es lo que el Señor Jesús le va a decir. En segundo lugar tenemos la respuesta del Señor Jesús a Nicodemo. Juan 3: 3-8 dice: Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Joh 3:4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Joh 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Joh 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es.
Joh 3:7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
Joh 3:8 El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Parece que lo que dijo el Señor Jesús a Nicodemo, no tiene relación con lo que Nicodemo dijo al Señor Jesús. Lo que pasa es que como el Señor Jesús es Dios, sabía lo que hay en el corazón de Nicodemo, y por eso fue directamente al grano para decirle lo que le faltaba. El Señor Jesús introduce su dicho con las palabras: De cierto, de cierto te digo. Esto significa que lo que está por decir es de capital importancia. Nicodemo está por oír algo que jamás había oído: El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Tal vez Nicodemo pensaba que ya era parte del reino de Dios, pero el Señor Jesús le está diciendo que por cuanto no ha nacido de nuevo no puede ni siquiera ver el reino de Dios, peor entrar al reino de Dios. El reino de Dios es la esfera donde los súbditos se someten a la voluntad del Rey, el Señor Jesucristo. Nicodemo por lo pronto estaba fuera de esta esfera. No podía verla. La clave es el nuevo nacimiento. Nacer de nuevo es la traducción de una frase que también puede traducirse como nacer de arriba. El nuevo nacimiento es el acto de Dios por el cual imparte vida eterna al pecador que recibe a Cristo como Salvador. La palabra nacimiento ayuda a captar mejor este concepto. Así como la vida física comienza con un nacimiento, la vida espiritual también comienza con un nacimiento. Este nacimiento es nuevo en relación con el nacimiento físico. Todo ser humano ha experimentado nacimiento físico, pero sólo los que recibe a Cristo como Salvador, experimentan nuevo nacimiento. En su ceguera espiritual por ser incrédulo, Nicodemo no comprendió lo que quería decir el Señor Jesús cuando habló de nuevo nacimiento. Pensó en un nacimiento físico. Por eso preguntó al Señor Jesús: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Pobre Nicodemo, estaba totalmente confundido. Merecía una explicación del Rabí, el Maestro, Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios. Nuevamente el Señor Jesús introduce lo que va a decir con las palabras: De cierto, de cierto te digo. Lo que está por decir reviste capital importancia. El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Nacer de nuevo es lo mismo que nacer de agua y del Espíritu. Esto ha sido motivo de muchas interpretaciones. Pero lo más indicado parece ser que el Señor Jesús hizo referencia al lavamiento o purificación espiritual del alma que realiza el Espíritu Santo a través de la palabra de Dios en el momento que el pecador recibe a Cristo como Salvador. Acto seguido, el Señor Jesús dijo que lo que nace de la carne es carne, es vida física, pero lo que nace del Espíritu Santo es espíritu, es vida espiritual. ¿Cómo sucede todo esto? El Señor Jesús dijo a Nicodemo que no se maraville. Así como el viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes de donde viene ni a donde va, lo mismo ocurre en todo aquel que es nacido del Espíritu. En tercer lugar tenemos la reprensión del Señor Jesús a Nicodemo. Juan 3:9-10 dice: Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
Joh 3:10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
Nicodemo tenía mayor luz que la que tenía antes, pero todavía no lo entendía totalmente. Esto explica su pregunta al Señor Jesús: ¿Cómo puede hacerse esto? En otras palabras: ¿Cómo ocurre ese nuevo nacimiento en la práctica? Ante esto, el Señor Jesús responde con una pregunta que encierra un cierto dejo de reprensión. ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? Nicodemo realmente no lo sabía. Nicodemo era un maestro reconocido en Israel, sin embargo ignoraba alto tan básico en cuanto a las cosas espirituales. Esto ilustra el estado espiritual en el cual se encontraba Israel en esa etapa de su existencia. Sus líderes estaban totalmente ciegos a las cosas más elementales de la vida espiritual. Peor todavía el pueblo en general. Que ironía, los fariseos estaban totalmente absorbidos en la práctica religiosa, pero a la vez estaban totalmente muertos en un sentido espiritual. Eran como zombis, muertos en vida. En nuestro próximo estudio bíblico vamos a ver como concluyó este particular encuentro entre el Señor Jesús y Nicodemo. Puede ser que usted también sea una persona muy religiosa, independientemente de la religión a la que pertenezca. Con mucho amor y respeto le diré que si no ha recibido al Señor Jesús como su Salvador personal, Usted es como Nicodemo. Está ciego a su condición espiritual y desesperadamente necesita nacer de nuevo. No siga más en ese lamentable estado espiritual. Hoy mismo reciba a Cristo como Salvador y experimentará ese nuevo nacimiento del cual habló el Señor Jesús a Nicodemo y como resultado tendrá vida eterna y su destino eterno será el cielo. No retarde más esta decisión importante.
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