Reciba cordiales saludos amable oyente. Soy David Logacho dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el Evangelio según Lucas. En esta oportunidad, estudiaremos el discurso del Señor Jesús en cuanto a su segunda venida.
Abramos nuestras Biblias en Lucas 17:20-37. Este pasaje bíblico se inscribe dentro de las enseñanzas del Señor Jesús a sus discípulos y a la multitud que le seguía, mientras viajaba a Jerusalén donde iba a ser crucificado. La ocasión para el discurso se presentó cuando los fariseos preguntaron al Señor Jesús acerca de cuándo había de venir el reino de Dios. Note lo que sucedió. Se encuentra en Lucas 17:20-21. La Biblia dice: Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
Luk 17:21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí;(C) porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
No se puede saber con certeza si la pregunta de los fariseos era una pregunta sincera o pretendía atrapar en algo al Señor Jesús para poder acusarle y entregarle a muerte. En todo caso, el asunto del reino de Dios era un tema recurrente entre los fariseos y no sería nada extraño que estén interesados en conocer la opinión del Señor Jesús sobre esto. Lo que les interesaba saber es cuándo había de venir el reino de Dios. La respuesta del Señor Jesús fue: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros. A esas alturas de los acontecimientos, los fariseos ya habían desechado al Señor Jesús como el Cristo, o el Mesías o el Rey de Israel y por eso le están preguntando cuándo había de venir el reino de Dios. El Señor Jesús respondió diciendo que el reino de Dios no va a venir con advertencia. Esto significa con una manifestación de eventos que lo precedan, de modo que nadie podrá decir: Está aquí o está allá. En su nueva faceta, una vez que el Rey ha sido rechazado, el reino de Dios se establecerá silenciosamente, quietamente en la vida de aquellos que reciban al Señor Jesús como Salvador. En este sentido, el reino de Dios ya estaba entre ellos, no en todos por supuesto, pero sí en sus discípulos y en todos los que le reconocían como el Cristo o el Mesías. A esto se refirió el Señor Jesús cuando dijo: He aquí el reino de Dios está entre vosotros. Sin embargo, esta nueva faceta del reino de Dios, no anula el establecimiento futuro del reino físico de Dios en este mundo. Dirigiéndose a sus discípulos, ya no a los fariseos, el Señor Jesús manifestó algunos detalles de este futuro reino físico de Dios. Note lo que dice Lucas 17:22-25. Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
Luk 17:23 Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.
Luk 17:24 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.
Luk 17:25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.
El reino físico de Dios en este mundo es una realidad, pero tendrá lugar en lo futuro. Mientras tanto, antes de este acontecimiento sin igual, los discípulos del Señor Jesús desearán ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. Durante este tiempo también se levantará muchos falsos profetas que dirán. Está aquí, o está allá. El consejo del Señor Jesús es: No presten atención a estos falsos profetas, ni los sigan en sus falsas enseñanzas. Estos falsos profetas han hecho ya su aparición, tanto en el pasado como en el presente y ciertamente también en el futuro, hasta que el reino de Dios se establezca en este mundo, en lo que se conoce como el reino milenial. Hace no mucho tiempo atrás apareció uno de estos falsos profetas, anunciando a todo el mundo que en tal fecha iba a venir el Señor Jesús a establecer su reino en este mundo. La fecha llegó y pasó y el Señor Jesús no vino. Tristemente muchos fueron arrastrados en el engaño. Personas así no hicieron caso del mandato del Señor Jesús cuando dijo: No vayáis ni los sigáis. La palabra de Dios es tan clara cuando en Mateo 24:36 dice: Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
El Señor Jesús también dijo que cuando el Señor Jesús venga por segunda vez, va a ser constatado por todos. Nadie lo va a ignorar. Será como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro. Este evento era futuro para los discípulos que acompañaban al Señor Jesús y también es futuro para nosotros. El Señor Jesús hizo notar que antes de que todo esto suceda es necesario que el Señor Jesús padezca mucho y sea desechado por la generación que le tocó vivir en este mundo cuando el Señor Jesús vino por primera vez. Esto se cumplió poco tiempo después cuando el Señor Jesús fue clavado a la cruz. El Señor Jesús resucitó de entre los muertos, ascendió a la gloria de su Padre y está esperando el momento para venir otra vez conforme a lo que él mismo anunció. Acto seguido, el Señor Jesús anunció cual iba a ser la actitud de la gente mientras el Señor Jesús tarda en venir por segunda vez. Note lo que dice Lucas 17: 26-29 Como fue en los días de Noé,(D) así también será en los días del Hijo del Hombre.
Luk 17:27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.(E)
Luk 17:28 Asimismo como sucedió en los días de Lot;(F) comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
Luk 17:29 mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Para mostrar la actitud de la gente mientras tarda en venir por segunda vez, el Señor Jesús usa dos eventos históricos. El primero con Noé. Dios anunció juicio sobre los habitantes de este mundo y proveyó una forma para escapar de ese juicio. Era por medio de entrar al arca que Noé estaba construyendo. Noé anunció esto por ciento veinte años. La mayoría de la gente no prestó atención a la advertencia. Se dedicaron a lo suyo, a comer, a beber, a casarse, a dar en casamiento y todo lo demás. El momento menos pensado, sobrevino el diluvio y tomó desprevenidos a todos, excepto a ocho personas que entraron al arca. No hay nada de malo en comer, beber, casarse, dar en casamiento, o cualquier otra cosa legítima. El gran problema es que la gente del tiempo de Noé se ocupó sólo en esto y olvidó su condición espiritual. Esto fue lo que les costó la vida. Así justamente está la mayoría de la gente en la actualidad en este mundo. Están ocupados con muchas cosas, no necesariamente malas, pero su gran pecado es olvidar su condición espiritual. Personas así serán tomadas por sorpresa cuando venga el Señor Jesús por segunda vez. El segundo evento fue con Lot. Dios en su gracia, por medio de sus ángeles hizo conocer a Lot que iba a venir juicio sobre Sodoma, donde habitaba Lot con su parentela. La parentela de Lot se burló, y se dedicó a comer, beber, comprar, vender, plantar y edificar, y fue sorprendida por una lluvia de fuego y azufre. Solamente Lot con su mujer y sus hijas lograron escapar del juicio de Dios. Inclusive su mujer salió de Sodoma, pero Sodoma no salió de ella y en la huída se volvió a mirar con nostalgia a Sodoma y se convirtió en estatua de sal. Aquí vemos la importancia de vivir preparados para el encuentro con el Señor Jesús. Inmediatamente después, el Señor Jesús mostró lo que sucederá el momento que el Señor Jesús venga por segunda vez a este munto para establecer su reino. Lucas 17:30-36 dice: Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
Luk 17:31 En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.(G)
Luk 17:32 Acordaos de la mujer de Lot.(H)
Luk 17:33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.(I)
Luk 17:34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Luk 17:35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
Luk 17:36 Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
El Señor Jesús da a conocer lo que sucederá cuando él venga por segunda vez. Si alguien está en la azotea, no debe preocuparse por las cosas materiales que tiene en su casa. Si alguien está en el campo, no debe volver a su casa para sacar sus bienes materiales. Por mirar lo que dejaba en Sodoma, la mujer de Lot se convirtió en estatua de sal. En ese momento, todo el que procure salvar su vida, en el sentido de rescatar las cosas materiales, perderá la vida, y el que pierda la vida, en el sentido de dejar atrás las cosas materiales, salvará su vida. Este texto no está hablando de la salvación del alma, sino de escapar de morir. Cuando el Señor Jesús venga, ocurrirá una separación. De dos que estén durmiendo en una cama, el uno será llevado y el otro será dejado. De dos que estén trabajando en un molino, el uno será llevado y el otro será dejado. De dos que estén en el campo, el uno será llevado y el otro será dejado. En los tres casos, el que es llevado no es que va al cielo, sino que muere para recibir el castigo por su pecado. El que es dejado es aquel que ha sido perdonado de su pecado, quien se quedará en este mundo para entrar como súbdito al reino milenial, en el cual Cristo será el rey. Al oír todo esto, los discípulos hicieron una pregunta al Señor Jesús. Lucas 17:37 dice: Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? El les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.
La pregunta fue: ¿Dónde Señor ocurrirán todas estas cosas? La repuesta del Señor Jesús fue por medio de una ilustración. Así como las presencia de las águilas, aves de rapiña, indican con absoluta certeza que existe un cuerpo muerto en descomposición, así también lo que ha dicho el Señor Jesús sobre su segunda venida, es absolutamente cierto. Se cumplirá a la perfección.
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