Reciba cordiales saludos amiga, amigo oyente y la bienvenida al estudio bíblico de hoy en el libro de Apocalipsis. Hoy nos corresponde estudiar el juicio de Dios sobre Babilonia económica, en el capítulo 18 de Apocalipsis.
La llegada del fin del milenio obligó a mucha gente a pensar en que muchas cosas tienen su final. La niñez tiene su final cuando llega la juventud, la juventud tiene su final cuando llega la etapa adulta. Ésta tiene su final cuando llega la vejez. La vejez tiene su final cuando llega la muerte. La Biblia nos habla claramente que el presente estado de cosas en el mundo también tendrá su final. Literalmente será el fin del mundo. Todo lo que hoy da forma y sentido al mundo se acabará. Si Usted vive esperanzado en cualquier cosa que este mundo ofrece, quiero decirle que su esperanza es muy frágil. Conozco personas que tienen su esperanza en la política, otras en los negocios, otras en las posesiones, otras en el placer, otras en los deportes, otras en la cultura, otras en el arte, etc. etc. Todas estas personas quedarán defraudadas cuando llegue el final de todo esto. Quizá Usted piense que lo que estoy diciendo es pura fantasía. Bueno, antes de formarse un criterio en cuanto a lo dicho, considere el testimonio bíblico en Apocalipsis capítulo 18, lo cual es el tema de nuestro estudio de hoy. Este capítulo es el complemento del capítulo 17 de Apocalipsis. En el capítulo 17 de Apocalipsis, vimos la destrucción final del sistema religioso mundial falso que dominará todo el mundo durante la tribulación. Dios comparó a este sistema religioso mundial falso con una ramera. Pues la ramera terminó aborrecida, desolada y desnuda y los que antes fueron sus amantes, se volvieron contra ella y devoraron sus carnes y la quemaron con fuego. No ponga su esperanza en la religión amable oyente. Cualquiera que sea. No existe religión que salve. Toda religión está condenada a desaparecer. El sistema religioso mundial falso en la tribulación tendrá estrechos vínculos con el sistema económico mundial que dominará en la tribulación. La falsa iglesia cristiana se caracteriza por la influencia en los gobiernos de los países y en las economías de los países. La decadencia de la iglesia cristiana comenzó justamente cuando ésta se unió al estado en los días de Constantino, allá por el siglo tercero. El matrimonio iglesia – estado es contrario a la Biblia y está condenado a fracasar. En el capítulo 18 de Apocalipsis tenemos el juicio a la Babilonia económica o al sistema económico mundial que imperará en la tribulación. No olvide amigo oyente, que este sistema económico mundial en la tribulación tendrá como cabeza al Anticristo. Muy bien. Vayamos entonces al capítulo 18 de Apocalipsis. Allí encontramos un anuncio sobre Babilonia, un llamado a los santos que están en Babilonia, un lamento de los moradores de Babilonia y una celebración de los santos por el juicio sobre Babilonia. En esta ocasión estudiaremos los dos primeros puntos de este bosquejo. Primero, el anuncio sobre Babilonia. Apocalipsis 18:1-3 dice: “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.” El apóstol Juan ubica este episodio después del juicio a la Babilonia religiosa. Para entonces, la tierra estará en tinieblas, por la acción del quinto ángel quien derramó su copa sobre el trono del Anticristo. La tierra toda se envolvió en tinieblas. Es en estas condiciones, cuando el apóstol Juan ve a otro ángel descender del cielo con gran poder. Esto habla de la dignidad, poder y autoridad de este mensajero de Dios. Al acercarse a la tierra, su gloria ilumina las tinieblas en las que se encuentra la tierra. El fenómeno será como cuando se enciende la luz en una habitación totalmente oscura. Ya en la tierra, este ángel poderoso y glorioso hace su anuncio sobre Babilonia. Con potente voz clama diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia. Es un grito de victoria. La repetición de la frase: Ha caído, ha caído, denota entusiasmo, satisfacción, si quiere gozo, por lo que se está anunciando. No es para menos, porque ha llegado a su fin un sistema económico mundial que desde sus orígenes ha despreciado y deshonrado a Dios y a su Hijo Jesucristo. El nombre de Babilonia para este sistema económico mundial es muy ilustrativo porque fue en la ciudad de Babilonia, hace miles de años atrás, donde el hombre edificó una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo, en un vano y necio intento por hacer las cosas independientemente de Dios. A partir de allí, el hombre ha emprendido todo tipo de obras en las cuales Dios no tiene arte ni parte y si se lo menciona es simplemente como un invitado de piedra. Pues todo esto llegará a su fin, al final de la tribulación, y por eso el ángel está clamando eufórico: Ha caído, ha caído la gran Babilonia. Para muchos puede ser una medida injusta de parte de Dios, pero Dios tiene más que buenas razones para hacerlo. Número uno, por el carácter de Babilonia. Dice el texto que Babilonia se ha vuelto vivienda de demonios, guarida de toda clase de espíritus impuros, nido de toda clase de aves impuras y de fieras impuras y odiosas. ¡Qué descripción tan precisa de lo que es el mundo hoy y seguirá siendo en la tribulación! Los demonios controlan el mundo en su totalidad. Allí se mueven todo tipo de espíritus malignos. El mundo está lleno de aves de alto vuelo que lo único que buscan es satisfacer su codicia. El mundo está lleno de lobos. No importa asesinar el carácter de una persona para conseguir sus fines. Pero todo esto llegará a su fin cuando Dios intervenga y llame a cuentas a este mundo tan corrupto. Número dos, por su codicia extrema. Babilonia no se conformó con ser solo ella corrupta sino que extendió sus tentáculos a todo el mundo. Dice el texto que todas las naciones se emborracharon con el vino de su prostitución; los reyes del mundo se prostituyeron con ella, y los comerciantes del mundo se hicieron ricos con su exagerado derroche. Dios tiene entonces toda la razón del mundo para acabar con este sistema económico mundial liderado por el Anticristo y apoyado por los moradores del mundo. Hemos considerado el anuncio sobre Babilonia. Ahora, en segundo lugar, consideremos el llamado a los santos en Babilonia. Apocalipsis 18:4-8 dice: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.” Ya no es un ángel quien emite su voz, sino el cielo mismo, una forma de decir: Dios. Sus palabras están dirigidas a un grupo especial de personas que estarán en la tierra durante la tribulación. Dios los llama: pueblo mío. Son personas que recibieron a Cristo durante la tribulación. El mensaje a estos creyentes es: Salid de ella, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas. Dios llama a los creyentes a una separación de las formas de pensar y de actuar de la gente del mundo. Este llamado siempre será pertinente. Dios quiere que los creyentes no vivamos como vive la gente del mundo. Si Usted es creyente, ¿Está Usted mostrando de alguna manera que Usted no es del mundo? Si los creyentes no salen de en medio del mundo corrupto, corren el riesgo de recibir parte del castigo que Dios derramará sobre el mundo. Estar donde otros están cometiendo pecado es peligroso amigo oyente. Las consecuencias pueden ser funestas. El castigo para Babilonia es porque sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades. El hombre incrédulo piensa que Dios no está atento al pecado que comete. Pero no hay tal. El pecado secreto del hombre es escándalo público en el cielo. Por eso Dios llamará algún día a cuentas al pecador. Luego Dios revela la intensidad del castigo a Babilonia. Dice: Denle lo mismo que ella ha dado a otros; páguenle el doble de lo que ha hecho; mézclenle una bebida dos veces más fuerte que la que ella mezcló para otros; denle tormento y sufrimiento en la medida que se entregó al orgullo y al derroche. Babilonia sufrirá el doble de tormento que ella causó. En calidad y en cantidad. Se cumplirá la Escritura cuando en Gálatas 6:7 dice: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. El refrán popular recoge el dicho cuando dice: Siembra truenos y cosecharás tormentas. Babilonia se enorgullecía diciendo: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda y no veré llanto. Por eso Dios la condena a recibir tormento y llanto. Es algo muy serio rebelarse contra Dios amable oyente. Dios concluye esta parte hablando sobre como será el castigo a Babilonia. Todo ocurrirá en un solo día. En tan corto tiempo vendrán sobre ella todo tipo de plagas. Como consecuencia habrá muerte y hambre. La ruina será total por cuanto será quemada con fuego. Quien ejecuta el castigo es el poderoso Dios el Señor. Ese será el fin del sistema económico mundial liderado por el Anticristo. A manera de reflexión para concluir: El pecado tiene su deleite, pero es temporal. Luego trae desdicha, desolación y destrucción. Alejemos al pecado lo más posible de nuestra vida.
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