Saludos cordiales amigo oyente y bienvenido al estudio bíblico de hoy sobre los eventos futuros. Estamos considerando los eventos que tendrán lugar tan pronto termine el reino milenial de Cristo. Ya hemos hablado sobre la purificación del reino cuando todos los incrédulos serán cortados de la tierra, también hemos hablado del juicio sobre Satanás y sus ángeles, quienes serán arrojados al lago de fuego y azufre donde serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos juntamente con el Anticristo, el falso profeta y todos los que voluntariamente han rechazado la oferta de salvación que Dios hace al pecador por medio de Cristo. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablará sobre el juicio a los incrédulos de todos los tiempos, o también conocido como el juicio del Gran Trono Blanco.
El hombre sin Cristo normalmente piensa que saldrá bien librado de todas sus fechorías. Jamás se detiene a pensar que algún día serán traídas a juicio todas sus obras malas y peor aún que algún día tendrá que pagar por todas sus malas acciones. Revestido de este pensamiento da rienda suelta a satisfacer todos sus deseos sin importar quien o quienes resulten afectados por sus desvaríos.
Pero la palabra de Dios sale al paso y confronta esta errónea manera de pensar cuando por ejemplo, Gálatas 6:7 dice: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que hombre sembrare, eso también segará»
Si el hombre siembra maldad mientras vive en este mundo, algún día recogerá el fruto de lo que ha sembrado y ese fruto es castigo eterno. Este es el antecedente de lo que tenemos en el estudio bíblico de hoy. Apocalipsis 20:11 dice: «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos»
Las palabras no alcanzan para describir lo horrendo de este acontecimiento. El trono nos habla de autoridad para juzgar, el color blanco nos habla de la inmaculada justicia y santidad de aquel que ocupa el trono.
Si queremos saber quien es, podemos ir a pasajes como Juan 5:26-27 donde dice: «Porque como el Padre tiene vida en si mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en si mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre»
Así será amigo oyente. Aquel que siendo Dios cubrió su gloria para venir a este mundo y nacer como un bebe, morir como un criminal, resucitar y ser exaltado a la gloria, estará sentado en este gran trono blanco. Ante él huirán en asombro y humillación el cielo y la tierra y ningún lugar se hallará para ellos.
Veamos qué es lo que acontecerá después. Apocalipsis 20:12 dice: «Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras»
Esto es impresionante, en un abrir y cerrar de ojos, ante el Juez en su gran trono blanco comparecen todos los muertos incrédulos de todos los tiempos una vez que han resucitado. Esta es la resurrección de condenación, de la cual habló el Juez, el Señor Jesucristo, cuando en Juan 5:28 dijo: «No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación»
Los resucitados son grandes y pequeños y todos están de pie, asombrados ante la magnificencia de lo que tienen ante sus ojos. Qué momento será aquel. Todos ellos, algún día mientras vivieron en este mundo tuvieron su oportunidad de recibirlo como Salvador, pero le rechazaron, algunos inclusive quizá se burlaron de él. Sin embargo ahora están ante él temblando de pavor.
Dice el texto que el Juez tendrá a la mano, primeramente los libros, que es lo que nosotros conocemos como la Biblia. ¿Qué hace la Biblia en este momento tan crucial para los incrédulos? Dice el texto que la Biblia fue abierta, esto significa que se utilizo como evidencia condenatoria para los que están siendo juzgados. La Biblia contiene el mensaje de amor de Dios para el pecador, ofreciendo la salvación en Cristo, El pecador que ha dado sus espaldas a este mensaje queda convicto por la misma Biblia a sufrir el castigo eterno por su pecado.
Pero además de la Biblia, dice el texto que el Juez tenia a la mano otro libro, el libro de la vida. Este es un libro en el cual Dios ha escrito con tinta indeleble los nombres de los que somos salvos. Ninguno de los que estarán allí de pie frente al Juez en el gran trono blanco tendrán sus nombres escritos en el libro de la vida.
El texto prosigue diciendo que la multitud fue juzgada por las cosas que están escritas en los libros, según sus obras. Todo lo malo que hicieron los pecadores será tomado en cuenta para establecer la magnitud de su castigo. A mayor maldad, mayor castigo. Así se cumplirá la ley de la siembra y la cosecha. Dios no puede ser burlado amigo oyente. En aquel día cada pecador allí parado verá como en una película todo lo malo que hizo mientras estuvo en vida y sobre todo contemplará el momento cuando escuchó el evangelio pero lo rechazó a quizá dijo, más tarde me entregaré al Señor, solo para comprobar que ese más tarde nunca llegó porque la muerte se presento primero. Qué trágico será aquel momento amigo oyente.
En Apocalipsis 20:13 tenemos estas palabras: «Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras»
Esto confirma que todos los muertos incrédulos resucitaran en aquel momento y todos y cada uno serán juzgados conforme a sus malas obras. Apocalipsis 20:14 prosigue diciendo: «Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda»
La muerte y el Hades son personificados en este texto. La muerte es esa condición en la que Adán sumió a la raza humana al pecar. El Hades o Seol en el Antiguo Testamento designa el lugar donde están los muertos esperando el juicio del cual estamos hablando.
Acto seguido viene lo que dice Apocalipsis 20:15: «Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego»
Esto significa que absolutamente todos estos muertos resucitados, cuyos nombres no están en el libro de la vida serán lanzados al lago de fuego donde ya estaban Satanás, el Anticristo, el falso profeta y todos los demonios. El lago de fuego es el estado final de los incrédulos, se refiere a un lugar real con fuego y azufre donde sus moradores serán atormentados por la eternidad. Este lugar es tan, pero tan espantoso que el Señor Jesucristo hizo solemnes advertencias sobre lo funesto de ir a parar allí.
Marcos 9:43-48 dice: «Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga»
No hay duda que el Señor Jesucristo tenia un gran peso por lo horrendo que será ser condenado por la eternidad en el lago de fuego e hizo todo lo posible por advertir contra ir a parar allí. Esta es la advertencia con la cual queremos cerrar este estudio bíblico amigo oyente. No ponga en peligro el destino eterno de su vida. Si Ud. está con vida, todavía está vigente para Ud. la oportunidad de ser salvo, la oportunidad de evitar ir a parar en el lago de fuego. No espere el más tarde, puede ser que el más tarde no llegue jamás y Ud. pierda para siempre la oportunidad que este instante tiene para ser salvo. Dios le ama y por eso ha enviado a Jesucristo, para que muera en su lugar. Para recibir el perdón eterno de sus pecados, lo único que Ud. debe hacer es recibir a Cristo como su Salvador. Hágalo hoy mismo.
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