Saludos cordiales amigo oyente y la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Un amigo y colega en el ministerio es oriundo de Buenos Aires, Argentina. En esta parte del planeta son escasos o inexistentes los temblores, de modo que mi amigo nunca había experimentado un temblor en su vida. Pero el Señor trajo a este amigo mío a la obra misionera en Ecuador. Ecuador en cambio pareciera que estuviera sobre gelatina, por los constantes movimientos telúricos. Un día mi amigo estaba cómodamente descansando en su habitación. De pronto, todo comenzó a temblar. Era un temblor de regular intensidad. Para un primerizo debe ser todo una experiencia Mi pobre amigo no sabía que hacer del puro miedo. Desesperado se arrimaba a las paredes, me imagino yo tratando de sostenerlas para que no se vengan al suelo. Ciertamente estaba en pánico. Y en cierto sentido tenía razón, porque los temblores que son primo hermanos de los terremotos son realmente peligrosos. Estaba leyendo que el terremoto más grande conocido en el mundo, ocurrió en 1556 en Shensi, China central. Mató a 830.000 personas. El que le sigue en magnitud ocurrió no hace mucho, el 28 de Julio de 1976 cerca de Pekín en la China cuando murieron 655.000 personas y quedaron heridas 780.000. Así que los temblores o terremotos no son inofensivos amigo oyente. Si no matan porque hacen caer las casas o edificios, matan porque producen verdadero pánico en la gente. Hace pocas semanas murió una persona en Ecuador víctima de un ataque cardíaco, que le sobrevino por el miedo ante un fuerte temblor. Pero todos los temblores o terremotos que ha habido son insignificantes en comparación al gran terremoto que espera a la humanidad. ¿Le interesa saber detalles? Siga con nosotros después de la pausa cuando estudiaremos del juicio del sexto sello.
Le invito a abrir su Biblia en Apocalipsis capítulo 6 versículos 12 a 17. Lo que tenemos aquí es el relato del juicio del sexto sello. Juan está mirando a Jesucristo, el Cordero, mientras va abriendo los sellos del libro sellado con siete sellos que recibió de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Recuerde que este libro es el título de propiedad de la creación, la cual ha sido redimida por Jesucristo mediante su sacrificio en la cruz. Cada sello que se ha abierto ha significado algún tipo de juicio de Dios sobre la tierra. El primero, abrió paso al Anticristo. El segundo abrió paso a la guerra. El tercero abrió paso al hambre. El cuarto, abrió paso a la muerte. El quinto abrió paso al martirio de creyentes. Veamos qué nos traerá el sexto sello. Un rápido vistazo del pasaje en Apocalipsis 6:12-17 mostrará que trae catástrofe en el planeta, cataclismo en el firmamento y conmoción en la población. Vayamos a lo primero. Catástrofe en el planeta. Apocalipsis 6:12 en su primera parte dice: “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto” Los terremotos han sido compañeros indeseados de la humanidad desde que el hombre cayó en pecado en el huerto de Edén. Los más temidos han alcanzado magnitudes de 8.9 en la escala abierta de Ritcher. Un terremoto así es equivalente a la explosión de 100 bombas atómicas juntas. Más o menos 10.000 megatones. Es difícil imaginar. Pero aun esto, será solo un pequeño remezón en comparación del gran, note gran, terremoto que ocurrirá en la tribulación. Y de estos habrá dos más durante la tribulación, según Apocalipsis 11 y Apocalipsis 16. Jesús habló de esto en profecía, según Mateo 24:7 cuando dijo de que habrá pestes y hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero también Jesús dijo que todo esto es solo principio de dolores, es decir que después ocurrirán cosas mucho más trágicas. Es la ira de Dios derramada sobre un mundo que voluntariamente se sumió en la incredulidad. Poco a poco, el mundo va marchando hacia esta gran catástrofe. La corteza terrestre está temblando más a medida que pasa el tiempo. En el siglo 9 hubo solo un terremoto importante. En el siglo 11 hubo 2. En el siglo 13 hubo 3. En el siglo 16 hubo 2. En el siglo 17 hubo 2, en el siglo 18, un gran salto, hubo 5, en el siglo 19 hubo 9 y en el siglo 20 más de 40. El planeta tierra se va preparando para el gran terremoto en la tribulación. Pero no solo el planeta tierra va a sufrir una catástrofe en la tribulación, sino también el firmamento entero. Todo esto, dentro del juicio del sexto sello. Apocalipsis 6, desde la segunda parte del versículo 12 hasta el 14 dice: “y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar” Estos cambios en el firmamento están estrechamente relacionados con el gran terremoto. Cuando ocurren terremotos, normalmente vienen acompañados de cambios atmosféricos importantes. El hecho que el sol se ponga negro como cilicio y la luna se vuelva roja como sangre, indica que sobre la superficie de tierra o en la atmósfera habrá una gruesa capa de polvo o ceniza volcánica, tan densa que difícilmente se puede apreciar el sol y la luna. En 1990 se produjo una relativamente pequeña emisión de ceniza volcánica de un volcán muy cercano a la ciudad de Quito, Ecuador donde La Biblia Dice… tiene sus oficinas. Déjeme decirle que a las tres de la tarde era como si fuera ya el anochecer. Todo estaba tan obscuro aunque el sol estaba brillando por encima de la capa de ceniza volcánica. Además dice que cayeron las estrellas del cielo como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Esto ha representado un problema para algunos intérpretes bíblicos porque han visto la imposibilidad de que las estrellas caigan sobre la tierra. Algunas estrellas son tanto o más grandes que el sol y la tierra al lado del sol es como un enano al lado de un gigante. Pero la palabra que se ha traducido estrella, denota un cuerpo celeste de cualquier índole. Perfectamente entonces se puede pensar en una lluvia de meteoritos con gran potencial de causar daños. La atmósfera de la tierra es un perfecto escudo de protección contra los meteoritos que surcan el firmamento. Si no fuera por ella, la superficie de la tierra sería como la superficie de la luna, llena de cráteres producidos por impacto de meteoritos. Pero si la atmósfera de la tierra está tan alterada en esos días, no será extraño que pierda ese poder de proteger a la tierra contra los meteoritos y se produzca esa lluvia de meteoritos que venimos hablando. Por eso es que la Biblia declara también que el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla. Una forma de decir que el cielo no tendrá nada de semejanza a lo que es ahora. Los cambios en el cielo y en la tierra serán tan drásticos que todo monte y toda isla se moverán de su lugar. Increíble amigo oyente. Y no es ciencia-ficción. Es la realidad. Todo esto fue profetizado por algunos profetas del Antiguo Testamento. Joel 2:30-31 dice: “Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.” Así que el sexto sello traerá catástrofe en el planeta tierra y cataclismo en el firmamento. Finalmente, traerá conmoción en la población. Apocalipsis 6:15-17 dice: “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? En este tiempo dentro de la tribulación, los que queden vivos en la tierra envidiarán a los que ya se han muerto. Estarán tan conmovidos, tan asustados que buscarán cuevas en los montes para esconderse o cavidades entre las peñas para protegerse. El miedo será general. No habrá nadie a quien no le tiemblen las piernas. Reyes, grandes, ricos, capitanes, poderosos y todo siervo y todo libre. Desde sus refugios, clamarán a los montes y a las peñas. Como no conocen a Dios, no pueden clamar a Dios sino a los montes y a las peñas. Su clamor tiene que ver con terminar de alguna forma el suplicio que están soportando. Querían que los montes y las peñas caigan sobre ellos para que les protejan del rostro de Dios que está sentado en su trono y de la ira del Cordero. Esta gente preferirá la muerte a la vida en las condiciones que están. Mirando la ira manifestada de Dios, la gente habrá llegado a la conclusión que no hay forma de mantenerse en pie ante un Dios enojado por el pecado. Triste la condición de estas personas, amigo oyente, pero es lo que ellos mismo buscaron cuando rechazaron la oferta de perdón de pecados que Dios ofrece en Cristo Jesús. No sea Usted también uno de ellos. Venga a Cristo hoy mismo y recíbale como su Salvador.
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