“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” No nos convertimos en pecadores porque pecamos, más bien, pecamos porque somos pecadores.
Vamos al libro de Génesis capítulo 3, continuamos con nuestro estudio de este libro. En Génesis capítulo 3 vemos la caída del hombre, Adán y Eva están en este hermoso jardín y tienen todo lo que podían desear, todo lo que pudieran necesitar, es un paraíso en esta tierra, pero lamentablemente, el pecado trae graves consecuencias.
Génesis 3, es un capitulo fundamental de las escrituras. Ahora veamos Romanos 5:12, este es el verso que expone el pecado original, Pablo dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, [está hablando de Adán] y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” No somos pecadores porque de pronto un día pecamos, somos pecadores porque nacimos pecadores, incluso un precioso bebe nace pecador, y un día, él o ella, actuarán de manera indigna y cometerán un pecado.
El pecado se ha extendido en toda la raza humana. Mas la palabra de Dios es verdadera y se cumple. El hombre y la mujer comenzaron a morir, no murieron en el mismo instante, la muerte es un doloroso proceso. Muerte significa “separación” un día tu alma se separa de tu cuerpo, y morirás, pero también la muerte significa estar separado de Dios, y si no haces algo al respecto la separación va a ser eterna.
Ahora, mira lo que Dios hace, verso 22: “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre” (Génesis 3:22) Ahora Dios va a hacer algo drástico, “Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida” (Génesis 3:23,24)
Aquí tenemos un acto de misericordia de Dios. Nuestra naturaleza humana nos hace tratar de arreglar las cosas ¿verdad? Adán y Eva seguramente querían regresar al Jardín del Edén, y comer del árbol de la vida y vivir eternamente. ¿Te imaginas eso? No morir, pero seguir envejeciendo hasta que la enfermedad los consuma totalmente y, aun así, seguir vivos, sería algo insostenible.
Veamos ahora, rápidamente, tres consecuencias del pecado: Dios le dice a la serpiente, “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida” (Génesis 3:14) Cada vez que veas a una serpiente recordaras la caída del hombre en la tierra, “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” (Génesis 3:17) y finalmente dijo Dios, “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos” (Génesis 3:16)
“Con dolor darás a luz los hijos” Mira, Dios bendice la procreación, claro que sí, pero también es algo doloroso para las mujeres. Algo más, leamos el verso 16: “y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” Algunos comentaristas dicen que el asunto es que la mujer no le permitió decidir también al hombre, ayudar a su marido en lugar de conducirlo al mal, así que por ese motivo Dios lo puso por autoridad de la mujer. Esto puede significar muchas cosas, la mayoría de nosotros sabemos que los problemas en el hogar se producen por los conflictos en la lucha de poder entre esposo y esposa. El Nuevo Testamento nos ofrece algunos consejos, pero aun redimidos, todavía tenemos desafíos sobre quien está en control.
El trabajo es una bendición, pero ahora el hombre debe fatigarse y labrar la tierra con el sudor de su frente, lo ves, el pecado trae consecuencias. Dios le dice a Adán: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:19)
Creo que no nos damos cuenta de la importancia de las consecuencias del pecado en nuestra vida. Ahora, también quiero que tú veas que en medio de las consecuencias hay misericordia de parte de Dios. Eva tendrá hijos, ellos llegarán también a través del dolor, pero ahora pueden traer vida nueva al mundo, Adán va a labrar la tierra con esfuerzo, pero esto permitirá el crecimiento de las cosechas y el fructificar de la Tierra. Así podrán sostenerse a través de las cosechas. Lo vez, Dios es misericordioso, aun en medio de las consecuencias.
Mira ahora este verso, Génesis 3:20: “Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes” Adán hace su primera declaración de fe, Eva va a traer vida por generaciones.
Sí, van a venir consecuencias, pero también va a venir vida nueva, aquí vemos la palabra griega “zoe” significa “Dador de vida” Ahora, todas las generaciones vendrán a través de Eva. Adán está diciendo que Dios cumplirá su promesa. Aun en medio de las consecuencias, Dios es misericordioso,
Mira lo que Él hace, leamos el verso 21: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” Bueno, hay dos preguntas aquí: ¿Para qué hizo esto? y ¿Cómo es que se consigue la piel de los animales?
Ahora ellos van a ser testigos cercanos de las consecuencias del pecado, la muerte. No podemos escapar de ella, Dios no estaba bromeando. El pecado merece como consecuencia, la muerte, pero bondadosamente, Dios permite que Adán y Eva vivan, y en su lugar muere un animal, y es justamente este, el primer sacrificio del sistema de sacrificios del Antiguo Testamento.
El libro de Hebreos dice que esto es sólo una sombra de lo que está por venir, y lo que estaba por venir era Cristo; el Cordero inmolado, el sacrificio perfecto. De la misma manera que en Génesis 3:20, Jesús es el sustituto, Él ha venido para morir en nuestro lugar, a sacrificar su vida por nuestros pecados, a morir para que nosotros podamos vivir. Lo ves, incluso en medio de las consecuencias Dios es misericordioso.
Bueno, ahora vamos al libro de Génesis capítulo 4. Al rebelarse contra Dios, el pecado ingresa en la historia de la raza humana, esto es lo que conocemos como el pecado original, cada persona nace con este pecado dentro de su corazón. El libro de Romanos capítulo 5 versículo 12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”
Quiero hacerte una pregunta: ¿Cómo es la vida en este mundo caído? Pues bien, la respuesta es que la vida es muy similar a la de nuestros días, pero lo primero que quiero destacar, es que lo primero que vemos en este mundo contaminado, es la gracia de Dios., tal y como lo vemos en Genesis 4. Él sigue siendo soberano, Él todavía está en control, el pecado ha traído consecuencias, pero el nombre de Dios aún es el Elohim, Él aun es Yahvé, nuestro Dios cercano y personal y Él desea una relación íntima con su pueblo. Por donde quiera que tú mires a Dios encontrarás gracia, ¿no te alegras de esto?
Hay varias cosas que podemos destacar sobre la gracia, lo primero que podemos ver es que la promesa de la vida continúa. Lo vemos en Génesis 1:28 que dice: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla” y ahora vemos que esta promesa se hace realidad en Génesis 4:1: “Conoció Adán a su mujer Eva, (hicieron el amor) la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón” La promesa continua, este es el primer bebe que ha llegado al mundo y llegó a través del proceso del nacimiento, el pesó 9 libras y 4 onzas, no que va, solo bromeaba, en realidad eso es algo que no sabemos.
En fin, Adán y Eva estaban tan emocionados, ellos saben que, aunque pecaron esta era una bendición para ellos, ahora la vida continua. “Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra” (Génesis 4:2) Dios está ayudando al hombre para traer vida a este mundo.
Mira lo que dice Eva: “he adquirido varón” la palabra hebrea es “qanah” significa también “me ha llegado” ella está diciendo: “Me ha llegado un varón con el favor de Dios”
Dios ahora empieza a proporcionarles alimento, no cabe dudas de que existen consecuencias, Dios no puede irse en contra de sus disposiciones, pero Él es misericordioso, la paga del pecado es muerte, y eso es lo que va a ocurrir, pero aquí podemos ver como la gracia de Dios continua y seguirá bendiciéndonos hasta nuestros días. Dios nos ama tanto, que envió a su propio hijo para hacer por nosotros lo que nosotros no podíamos hacer por nosotros mismos.
Ahora las cosas son diferentes afuera del jardín del Edén, Génesis capítulo 4 versos 3 al 7 nos da una visión del mundo caído. Caín y Abel han crecido, y traen ofrendas delante de Dios, no sabemos cuáles eran las instrucciones exactas para hacerlo. ¿Recuerdas que en Génesis capítulo 3, verso 21, Adán y Eva trataron de vestirse con hojas?, entonces Dios sacrificó a un animal para vestirlos con sus pieles, posiblemente Dios le dijo a Adán que eso era lo que debían seguir haciendo como un recordatorio o símbolo para el futuro. Sabemos que de alguna manera Adán y Eva transmitieron esta información a sus hijos, ellos están ofreciendo una ofrenda a Dios.
Mira el verso 3: “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová” Aquí hay algo interesante, las intenciones son las mismas pero el contenido de la ofrenda es diferente, ahora mira el verso 4: “Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” (Génesis 4:4,5)
La ofrenda de Caín no fue aceptada, la de Abel si lo fue, esto es lo primero que vemos en este mundo caído, la religiosidad sin corazón. Pero, ¿Por qué la ofrenda de Caín demostraba esto?
Esperamos que puedas acompañarnos en nuestro próximo programa. Que Dios te bendiga.
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