Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová” Aquí hay algo interesante, las intenciones son las mismas pero el contenido de la ofrenda es diferente. Ahora mira el verso 4, “Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. (Génesis 4:4,5)
Tal vez Caín guardo lo mejor para él y le ofreció a Dios sólo lo que le sobraba. Dios dice: “No aceptare una ofrenda que no provenga del corazón” Mira, no se trata de llenar un formulario, de sumas de dinero, o tiempos de servicio, se trata de tu corazón, y si algo viene del corazón entonces Dios lo toma en cuenta, a diferencia de Caín y su ofrenda descorazonada, mira el verso 4: “Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda” En otras palabras, él trajo lo mejor para Dios, “Dios, esto es tuyo, Tú me lo diste, sé que eres un Dios bondadoso, te mereces lo mejor, sé que Tú bendices la obediencia”
Esto es lo que podemos aprender de Abel, su obediencia. Por cierto, si aún no lo logramos comprender Génesis 4, entonces quedará claro en el libro de Hebreos capítulo 11 verso 4, el escritor dice, “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”
Así que debo preguntarte, ¿si tú estuvieras en Génesis 4, cual sería tu ofrenda? ¿Una ofrenda sin corazón, una ofrenda de religiosidad, de lo que te sobra, o sería lo mejor? ¿Serias capaz de decir: “Aquí esta lo mejor de mi Padre, te amo, gracias por todo, te mereces lo mejor”? ¿Serias Caín o Abel? Bueno, Dios no acepto la ofrenda de Caín, Él no reacciona muy bien, “y decayó su semblante”
Caín no puede ocultar que está molesto, celoso, y hasta envidioso. Ahora, cuando leemos esto esperaríamos a que Dios le diga: “¿qué te pasa?” ¿por qué te pones así? Pero, mira la manera tan tierna como lo confronta Dios, mira el verso 6: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?” Dios conoce el por qué, estas son sólo preguntas retóricas. Ahora mira el verso 7: “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?” la palabra utilizada aquí significa “restaurado”, es decir, “si lo haces bien. la próxima vez serás bien recibido” La próxima vez trae lo mejor, esta vez no estuvo bien, pero Yo soy un Dios de gracia, levanta tu rostro, no te sientas mal, pero tienes que saber esto, “si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él” Genesis 4: 7. Este es un pasaje de las escrituras en donde Dios compara al pecado con un animal que está al acecho, a la puerta del corazón de Caín.
Así que, Caín está molesto, celoso, y envidioso, mirando al suelo, resentido, sus emociones lo están consumiendo y Dios le dice: “Caín, es mejor que te tranquilices, porque el pecado está a la puerta, apenas le des una oportunidad se apoderará de ti, y si no te controlas el pecado se apoderará de tu corazón”
¿Has estado ahí? Bueno pues a decir verdad ¿Quién no ha estado ahí? Sabemos perfectamente lo que se siente una escalada de rabia, dolor, rechazo, celos, y deseo de venganza. Todos hemos estado allí, y tenemos está opción. Podemos abrir la puerta y que ese león rugiente se abalance contra nosotros, nos coma vivos, y se lleve nuestra reputación, nuestra familia y todo lo que apreciamos, o podemos decir como creyentes: “El Espíritu de Dios vive en mí, yo quiero abrir esa puerta, pero ayúdame a entregarte el control, dar un paso atrás y no abrir esa puerta”
Esto es lo que le ofrece Dios a Caín, y es lo mismo que nos ofrece a cada uno de nosotros hoy en día. No tienes que abrir la puerta, 1 de Pedro 5: 8 y 9 dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” Esto no es nada nuevo, le sucedió a Caín y te sucede a ti, pero si dejas la puerta cerrada, el Espíritu Santo te dará la fuerza para resistir. Caín no lo hizo, abrió la puerta y permitió que el león rugiente se apodere de su corazón, veamos las consecuencias de esto, verso 8: “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató”
El pecado hace su aparición, Caín abrió la puerta y el pecado lo devoró, ahora Caín niega su pecado, mira el verso 9, Dios le hace algunas preguntas, aunque ya conoce las respuestas, “Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano?” [escucha la irreverencia y el sarcasmo de Caín] “Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” “¿acaso debo cuidarlo yo?”.
Negación, somos muy buenos en esto ¿verdad? “yo no sé de qué estás hablando” Pero Dios lo sabe todo, mira el verso 10: “Y él [Dios] le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” No solo mataste a un hombre, mataste a tu hermano, has destruido un linaje, has terminado con generaciones y estas claman a mi desde la tierra. El símbolo de la vida clama por su derecho a vivir.
El pecado tiene algunas consecuencias importantes, ¿no es así? Mira el versículo 11: “Ahora pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano” Dios había maldecido a la serpiente y a la tierra, pero ahora maldice a Caín, “tú lo mataste” ahora, mira el verso 12: “Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra” (Génesis 4:12). Caín va a ser fugitivo, vivirá errante en la tierra.
Cuando Adán pecó, salió del jardín del Edén, él trabajaría en la tierra y con sudor y esfuerzo la tierra le daría sus frutos, pero a Caín se le dice que, aunque trabaje la tierra esta, no le ofrecerá su fruto, caminará errante y sin alimento, Dios lo condena al exilio permanente.
Ahora, tu pensarías que en este momento Caín debería mostrar arrepentimiento, algunas personas cuando están ahogadas por su pecado, deberían expresar arrepentimiento, ¿verdad? Pero lo que vemos aquí es la ceguera que produce el pecado, mira lo que dice Caín, verso 13: “Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado” No hay arrepentimiento, “Está bien, me atrapaste, yo lo mate” “pero el castigo que me estas imponiendo es demasiado pesado para mi” Su reacción nos muestra otra cara del pecado, no solo es el culpar a otros por lo que hacemos, “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” Ahora, también se muestra la “autocompasión” cuando no hay verdadero arrepentimiento, no puede haber verdadero perdón.
Mira lo que dice David en el Salmo 51:3 y 4, Cuando David peco, él hace esta oración, aquí nos dice lo que es el verdadero arrepentimiento: “Porque yo reconozco [me arrepiento de] mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio” Este es verdadero arrepentimiento.
Aun en medio de las consecuencias, podemos ver la gracia de Dios, mira los versos 15 y 16, Anteriormente Caín había dicho: “He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará” (Génesis 4:14) Van a existir muchas personas en la tierra, Adán va a vivir 930 años, y tendrá muchos hijos e hijas, cuando lo vean a Caín lo van a querer matar también. Aquí viene la gracia de Dios, mira el verso 15, “Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara” Dios siendo misericordioso, mira el verso 16: “Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén”
La palabra “Nod” significa “errante” Caín se estableció en la tierra de los errantes, el legado de pecado de Adán, ahora llega a su conclusión; este día se han perdido dos hijos, Abel muerto a manos de su hermano Caín, y este desterrado de la presencia del Padre. Seguramente Adán y Eva sintieron más que nunca el dolor por haber desobedecido a Dios en el jardín del Edén.
Ahora, mientras nos acercamos al final del capítulo quiero que consideremos lo que sucede en nuestro mundo actual. Aun en este mundo caído tenemos algo que se podría llamar “gracia perfecta” incluso para las personas que pecan abiertamente, incluso con aquellos que obran con maldad, aun para ellos hay gracia, mira el verso 17: “Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc” Dios les concede la gracia de la vida, aun en medio de su maldad, “gracia perfecta” Jesús habla de esta gracia en Mateo capítulo 5, “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” Las promesas de Dios son eternas. “Gracia Perfecta”
Ahora, veamos el verso 17, Dios había dicho a Caín que sería errante, pero ahora él trata de protegerse y construye una ciudad ¿Así funciona verdad? Cuando estamos lejos de la presencia de Dios pensamos que debemos cuidarnos por nosotros mismos. así que Caín construye una fortaleza.
Aquí hay algo interesante, cuando vives en medio de pecadores, pueden suceder dos cosas: El pecado puede ser celebrado, y eso es lo que pasa con uno de los descendientes de Caín. Mira el verso 23, Este es un hombre llamado “Lamec” mira como alardea frente a sus esposas: “Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe” Tal vez fue en defensa propia, no lo sabemos, pero habla de haber matado a alguien, “Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será” (Génesis 4:24) Lamec es un fanfarrón más que desciende del linaje de Caín.
La gente celebra el pecado, gracias a Dios también hay quienes celebran la vida, mira los versos 25 y 26, “Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.”
Aun en nuestra sociedad con personas ateas, la gracia de Dios sigue proveyendo a todos, aun nuestro Elohim es también nuestro cercano Dios Yahvé.
Esperamos que puedas acompañarnos en nuestro próximo programa. Que Dios te bendiga.
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