Qué bendición saludarle amable oyente. Le habla David Logacho, dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Nuestro tema de estudio es la epístola de Pablo a Tito en la serie titulada: Rasgos de una iglesia saludable. Uno de los rasgos de una iglesia saludable es que confronta todo indicio de mala doctrina. En esta oportunidad vamos a estudiar las instrucciones que Tito recibió de Pablo en cuanto a como tratar a los falsos maestros.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Tito 1:12-16. Como introducción, Pablo mandó a Tito a tapar la boca de falsos maestros que estaban propagando falsa doctrina en las iglesias de Creta. Pablo describió a estos falsos maestros como personas contumaces, es decir personas que rehúsan someterse a cualquier autoridad y a cualquier reglamento. También son habladores de vanidades. Esto significa que son hábiles oradores, pero sus prédicas están vacías de contenido bíblico. También son engañadores, con su lenguaje florido esconden el veneno de la falsa doctrina. La mayoría de estos falsos maestros eran de trasfondo judío, quienes con toda seguridad mezclaban el cristianismo con ciertas prácticas propias del judaísmo. Tito tenía que tapar la boca a estos falsos maestros, porque su táctica era trastornar casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene. Esta es la verdadera motivación de los falsos maestros. Codician ganancias deshonestas, bien sea riqueza o fama o poder. Es en este punto se inscribe el pasaje bíblico para nuestro estudio de hoy. Tito 1:12-16 dice: Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos.
Tit 1:13 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe,
Tit 1:14 no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
Tit 1:15 Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.
Tit 1:16 Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
El carácter vil de los falsos maestros de Creta estaba acorde con la mala fama que en aquel tiempo tenían los cretenses. Un famoso poeta cretense, quien se llamaba Epiménides, había dicho: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. A confesión de partes, relevo de pruebas, afirma el dicho en el campo penal. Si un famoso cretense mismo ha aseverado que los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias y glotones ociosos, no hace falta pruebas para confirmar la veracidad del dicho. A decir verdad, la gente de Creta era hueso duro de roer. Tito necesitaba todo el poder de Dios por medio de su Espíritu para tratar con este tipo de gente. Pablo dice: Este testimonio, refiriéndose a lo que ha dicho el poeta cretense Epiménides, es verdadero. ¿Qué debía hacer Tito sabiendo esta mala fama de los falsos maestros cretenses? Pablo ordena a Tito: Repréndelos duramente. El verbo reprender significa confrontar a alguien con una falta. Duramente significa, con firmeza, tajantemente. Tito no debía andar por las ramas en tratándose de un falso maestro. Tenía que ir directamente al tronco del árbol para reprender al falso maestro con toda firmeza, duramente, dice Pablo. Los obispos, pastores o ancianos, deben ser misericordiosos y compasivos, pero cuando se trata de falsos maestros deben reprenderlos duramente. El propósito de esta reprensión es para que reconociendo su error, estos falsos maestros sean sanos en la fe. Ser sanos en la fe es sinónimo de sana doctrina. Una vez más Pablo trae a colación la importancia de mantener una sana doctrina en la iglesia. Todo intento por corromper esta sana doctrina debe ser cortado de raíz. Los falsos maestros eran diestros para exponer fábulas judaicas. Parece que se trataba de especulaciones de índole gnóstica, supuestamente fundamentadas en los escritos del Antiguo Testamento. Pablo ordena a Tito que exhorte a los creyentes a que no atiendan a estas fábulas judaicas. Adicionalmente, los falsos maestros fabricaban sus propias normas de conducta y obligaban a los creyentes a someterse a estas normas de conducta. En el fondo se trataba de mandamientos de hombres. Lo que mandaban eran cosas que se apartaban de la verdad. Tenga mucho cuidado amable oyente con líderes que se sienten con el derecho de exigir de los demás, cosas que van más allá de lo que dice la misma Biblia. Esto fue uno de los muchos males de los fariseos en el tiempo de Jesús. Añadían cosas a lo que Dios había ordenado en su palabra, pero ni ellos mismo las cumplían. Tito debía exhortar a los creyentes a no atender a los mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. Un problema muy serio que tenían los falsos maestros es que su mente y su conciencia estaban corrompidas. Esto es lo que pasa cuando una persona vive una doble vida. Cuando predica que se debe vivir en santidad, pero no practica lo que predica porque internamente vive en impiedad. Esto afecta la conciencia de esta persona. La conciencia puede estar en tres estados, o limpia o corrompida o cauterizada. Una conciencia limpia tiene la capacidad de detectar la diferencia entre el bien y el mal. Una conciencia corrompida no tiene la capacidad para reconocer la diferencia entre el bien y el mal. Una conciencia cauterizada identifica lo malo como si fuera bueno. 1 Timoteo 4:1-4 habla de la conciencia cauterizada. Note lo que dice: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
1Ti 4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
1Ti 4:3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.
1Ti 4:4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;
El problema de los falsos maestros en Creta era que su conciencia estaba corrompida a causa de su doble vida. Con una conciencia corrompida, estos falsos maestros no reconocían la diferencia entre lo bueno y lo malo. Con esto se relaciona lo que Pablo dice cuando afirma que todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos, e incrédulos, es decir los que tienen la conciencia corrompida, nada les es puro. Lo puro lo catalogaban como impuro. Habían perdido la capacidad de diferenciar lo puro de lo impuro. Esta manera de ser fue el resultado de que su mente y su conciencia estaban corrompidas. En este punto es necesario enfatizar que cuando Pablo dice que todas las cosas son puras para los puros, no está dando a los creyentes licencia para pecar. Un joven creyente había quedado atrapado en el vicio de la pornografía y cuando fue confrontado con este pecado, trató de justificarse diciendo: Todas las cosas son puras para los puros. Para mí no hay nada de malo con la pornografía. Si lo ves como malo, es porque tu mente es impura. Pero no hay tal, amable oyente. Pecado es pecado. La pornografía es pecado. Para los falsos maestros de Creta nada les era puro, porque su mente y su conciencia estaban corrompidas. Tanto es así que Pablo dice que profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan. Note la doble vida que llevaban. De labios para afuera aseguraban que conocían a Dios, pero el problema era que su conducta era todo lo contrario a lo que Dios ordena en su palabra. A esto se refiere Pablo cuando dice que con los hechos estaban negando conocer a Dios. Esto es uno de los más grandes problemas de la mayoría de los creyentes hoy en día. Las iglesias evangélicas están llenas de creyentes que confiesan conocer a Dios pero con sus hechos lo niegan. Esto es muy peligroso porque corren el riesgo de corromper sus conciencias, al punto de perder la capacidad para diferenciar lo bueno de lo malo y en esas condiciones asumir que no hay problema con cometer cualquier pecado. Volviendo a los falsos maestros de Creta, Pablo presenta tres características propias de ellos. En primer lugar, son abominables, esto significa que son detestables o desagradables. Su conducta es realmente contraria a lo que debe ser la conducta de un creyente maduro. En segundo lugar, son rebeldes, esto quiere decir que rehúsan someterse a cualquier autoridad. Tienen la forma de pensar de: Así soy, así pienso y así hago, y no me importa lo que los demás piensen de esto. En tercer lugar, son reprobados en cuanto a toda buena obra. Esto significa que son un fracaso total en cualquier cosa que agrade a Dios. En resumen amable oyente, uno de los rasgos de una iglesia saludable es que no tolera falsa doctrina proclamada por falsos maestros. Tito tenía la responsabilidad de reprenderlos duramente para que sean sanos en la fe.
Leave a comment