Cordiales saludos amable oyente. Es un gozo darle la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Seguimos estudiando el libro de Daniel. En nuestro último estudio bíblico vimos como Daniel describió con absoluta perfección el sueño que tanto había intranquilizado al rey de Babilonia Nabucodonosor. El sueño consistía en una imagen con forma humana, descomunalmente grande que estaba de pie ante el rey. La cabeza era de oro fino, reluciente, su pecho y sus brazos eran de plata, su vientre y sus muslos de bronce, sus piernas de hierro y sus pies de en parte de hierro y en parte de barro cocido. En sueños el rey vio que de la nada surgió una roca que golpeó fuertemente a la imagen en los pies y la gran imagen se desplomó. La ruina fue tal que todo se hizo polvo que se llevó el viento, pero la piedra que hirió a la imagen se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra. El rey estaba totalmente conforme con el relato de Daniel sobre su sueño, pero faltaba la otra parte, la interpretación del mismo. Pues de eso trata nuestro estudio bíblico de hoy.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Daniel 2:36-45. En este pasaje bíblico encontramos la interpretación del sueño de Nabucodonosor. El sueño tenía que ver básicamente con los reinos mundiales que se sucederán a partir del reino babilónico con Nabucodonosor a la cabeza, hasta el establecimiento de un reino eterno. Con esto en mente, vayamos a lo que Daniel dice en cuanto al primer reino. Daniel 2:36-38 dice: Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.
Dan 2:37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
Dan 2:38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.
Revestido con el poder y la autoridad que solamente Dios puede dar, Daniel procede a entregar a Nabucodonosor la interpretación del sueño. La cabeza de oro de la imagen representa al reino Babilónico, bajo el mando de Nabucodonosor. Daniel reconoce que Nabucodonosor es rey de reyes, por lo esplendoroso de su reino. En aquel momento, no había otro rey tan famoso y poderoso como Nabucodonosor. Pero algo que Daniel no deja pasar por alto, es el hecho que ha sido Jehová, el Dios de Israel, el Dios del cielo, quien ha otorgado poder, fuerza y majestad al reino de Nabucodonosor. Fue Dios quien permitió que Nabucodonosor tenga dominio sobre los hijos de los hombres, las bestias del campo y las aves de los cielos, dondequiera que éstos se encuentren. Esta es la primera vez que Nabucodonosor escucha acerca de que su grandeza como rey no es mérito suyo, sino un regalo inmerecido de Dios. Más adelante se hará evidente que Nabucodonosor o no entendió lo que estaba diciendo Daniel en cuanto a la soberanía de Dios sobre él o si lo entendió, no estaba dispuesto a aceptarlo, por lo cual Dios tuvo que obligarlo a reconocer de una manera muy dolorosa. Muchas veces Dios nos quebranta para hacernos entender que no somos lo que nosotros pensamos que somos. El orgullo del hombre le hace pensar que es dueño de su destino y que es capaz de hacer lo que bien le parezca. Daniel prosigue mostrando a Nabucodonosor, que después de su reino, se iban a levantar dos reinos más, uno a continuación del otro. Daniel 2:39 dice: Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.
No demanda mucha investigación saber que el segundo reino que se levantó después del reino babilónico fue el reino de los Medos y los Persas. En Daniel 5:31 se ve que a la caída del reino Babilónico, Darío de Media tomó el reino en el año 539 AC. El pecho y los brazos de plata de la imagen, representan al reino Medo-Persa. El reino Medo-Persa dominó por varios siglos, pero fue derrotado por el imperio Griego al mando del famoso guerrero Alejandro Magno en el año 333 AC. De manera que el vientre y los muslos de bronce representan al tercer reino, el reino Griego. Daniel prosigue interpretando el sueño a Nabucodonosor, hablando del cuarto reino. Daniel 2:40-43 dice: Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.
Dan 2:41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
Dan 2:42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
Dan 2:43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
El cuarto reino es más fuerte que todos los anteriores, pero de menor calidad. La fuerza de este reino es comparable al hierro que desmenuza y rompe todas las cosas. Las piernas de hierro de la imagen representan a este reino. ¿A qué reino corresponde? Pues no puede ser otro que el imperio romano. A partir del año 63 AC el imperio romano fue el claro dominador del mundo conocido de su época. Este fue el imperio en el poder cuando el Hijo de Dios tomó forma humana en el vientre virginal de María. Este fue el imperio en el poder cuando Jesucristo, el Hijo de Dios fue clavado a una cruz. Este imperio conservó su poderío por siglos pero a medida que iba pasando el tiempo se iba debilitando. Inclusive hoy en día está presente, pero en forma casi imperceptible. Evis Carballosa dice al respecto: El hecho de que los pies y los dedos sean parte de barro cocido y parte de hierro, significa que será un reino dividido. La palabra dividido da la idea de un fraccionamiento interno, lo cual ha sido característico del imperio romano. El imperio romano era fuerte como el hierro por su ejército, por sus leyes, por su organización política, pero por otra parte era débil, como el barro, por la diversidad étnica de sus súbditos y principalmente por su depravación moral. De manera que la colosal estatua tenía como elemento más frágil a sus pies, y en especial a sus dedos. El imperio romano llegó a ser lo que fue a causa de la diversidad de pueblos que lo integraban. Aún en la península itálica, además de latinos había griegos, etruscos y celtas. A medida que se realizaban las conquistas de los territorios circunvecinos y aun lejanos, los romanos se entremezclaban racial y culturalmente con otros pueblos. De modo que lo que engrandecía al imperio romano llevaba consigo la semilla de su propia destrucción. Hasta aquí lo que dice este autor. En su forma final, el imperio romano será reducido a una precaria alianza de diez reinos. Esto se desprende de los diez dedos de la imagen formados de hierro y barro cocido. Así como el hierro no se mezcla con el barro, estos reinos no se unirán el uno con el otro. Finalmente, Daniel muestra como terminará el cuarto reino y como se levantará un reino eterno. Daniel 2:44-45 dice: Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
Dan 2:45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
Lo que dice este texto tiene un carácter escatológico. Es algo que sucederá en lo futuro con respecto a Nabucodonosor y también con respecto a nosotros. Fundamentándonos en otras profecías de la Biblia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se puede determinar que lo que dice este versículo se cumplirá al final de los siete años de tribulación que están por venir sobre este mundo, una vez que la iglesia sea sacada de este mundo. Durante este tiempo, el imperio romano estará constituido por una alianza frágil de diez reinos con sus respectivos reyes que neciamente intentarán enfrentarse en batalla contra el Señor Jesucristo. Será en los días de estos reyes que Jehová, el Dios de Israel, el Dios del cielo levantará un reino eterno que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo. Este reino desmenuzará y consumirá a los diez reinos y permanecerá para siempre. Se cumplirá entonces lo que Nabucodonosor vio en su sueño, cuando apareció esa piedra cortada del monte no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. La gran pregunta es: ¿Qué simboliza esa piedra no cortada con mano? Pues no puede simbolizar otra cosa sino al Señor Jesucristo. Note lo que dijo de sí mismo el Señor Jesucristo, según Mateo 21:44 Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
Sí, amigo oyente. El reino eterno que está por venir descansará sólidamente sobre la roca que es el Señor Jesucristo en su segunda venida. Daniel ha dado a conocer a Nabucodonosor el sueño y su interpretación. El Dios del cielo ha dado a conocer a Nabucodonosor y a todos nosotros lo que ha de acontecer en lo por venir. Si algo proviene del Dios del cielo, tiene que ser algo verdadero.
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