Saludos cordiales amable oyente. Le habla David Logacho dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. A partir de hoy vamos a iniciar el estudio de la epístola de Pablo a Tito, en la serie titulada “Rasgos de una iglesia saludable” En esta oportunidad vamos a considerar la introducción a esta maravillosa carta de Pablo.
Antes de introducirnos en el estudio del contenido de la carta de Pablo a Tito, es necesario prestar atención a algunos detalles muy útiles para comprender mejor el propósito del autor de la carta. 1 Timoteo, 2 Timoteo y Tito forman parte de lo que se conoce como “Epístolas Pastorales” En cuanto al contexto histórico, es necesario mencionar que cuando Pablo fue puesto en libertad luego de su primer encarcelamiento en Roma, fue a Éfeso y dejó allí a Timoteo para que supervise la iglesia mientras él emprendió viaje hacia Macedonia, al norte de Grecia. Desde allí escribió 1 Timoteo. De Macedonia se dirigió a Creta, y dejó allí a Tito para que supervise la iglesia en ese lugar. Pablo prosiguió su viaje hacia Nicópolis en Acaya, al sur de Grecia. No se puede saber con precisión si fue desde Macedonia o desde Nicópolis que Pablo escribió la carta a Tito. De Nicópolis, Pablo se dirigió a Troas, donde fue arrestado y llevado a una prisión en Roma, su segundo encarcelamiento en Roma. Estando en prisión en Roma, escribió 2 Timoteo. Poco tiempo después de escribir 2 Timoteo, según la tradición, Pablo fue decapitado. En cuanto a la persona a quien Pablo dirige la carta, Tito, era gentil de nacimiento. Gálatas 2:3 dice: Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;
Pablo fue el instrumento de Dios para que Tito reciba a Cristo como Salvador. Esto se desprende de Tito 1:4 donde dice: a Tito,(A) verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.
Una vez salvo, Tito entendió que la salvación no es sólo para tener entrada gratis al cielo, sino para ser un fiel siervo de Dios en este mundo. Acorde con esta manera de pensar, Tito colaboró con Pablo en la obra misionera. Acompañó a Pablo al primer concilio en Jerusalén, fue emisario de Pablo a la iglesia en Corinto en el tercer viaje misionero. Junto con otros llevó la 2 Carta a los Corintios y animó a los creyentes de Corinto a cumplir con su promesa de ayudar económicamente a los pobres de Jerusalén. Pablo dejó a Tito en Creta con el propósito de corregir algunas cosas que estaban mal en la iglesia de este lugar. Más tarde, Pablo dio instrucciones para que Artemas o Tíquico se queden en Creta, de modo que Tito pueda unirse a Pablo en Nicópolis. Lo último que se sabe sobre Tito es que fue enviado por Pablo a Dalmacia, lo que hoy es Yugoeslavia. Según la tradición, Tito regresó a Creta donde murió. Creta es la mayor de las islas griegas y foco cultural del Mar Egeo. Mide 256 KM de largo por 56 KM en su punto más ancho. Sus primitivos habitantes venían del Asia Menor. Los griegos penetraron en la isla solamente hacia el año 1600 AC. En la edad antigua la isla se hallaba conectada cultural y comercialmente con Egipto, Siria y Mesopotamia. Creta es un puente natural entre Europa y Asia menor. Homero la menciona en la Ilíada. Conquistada por los romanos entre los años 68 a 66 AC, bien pronto surgió en ella una floreciente colonia judía de la diáspora y pronto nació en ella una comunidad cristiana ya en tiempos apostólicos. Los cretenses tenían en su religión pagana un puesto muy importante para el culto a la Diosa Madre. En los ritos se manifestaba la influencia oriental. En las inscripciones se han encontrado casi todos los nombres de los dioses griegos comunes. En ciertas inscripciones se puede leer “A todos los dioses” y esto hace suponer un importante culto panteísta en la isla. Algunos habitantes de Creta estuvieron en Jerusalén en el día de Pentecostés cuando nació la iglesia Cristiana. Varios deben haber escuchado el evangelio y deben haber recibido a Cristo como Salvador y al volver a su lugar de origen deben haber comenzado una iglesia local. Pablo pasó a lo largo de sus costas en su viaje hacia Roma. Escribiendo a Tito, Pablo le recuerda el carácter bien conocido de los habitantes de la isla y resumido en el dicho del poeta griego Epiménides: Cretenses siempre embusteros, malas bestias, vientres perezosos, y los exhorta a seguir las enseñanzas del evangelio para que cambien sus vidas por el poder de Cristo. La carta de Pablo a Tito fue escrita entre los años 62 a 64 DC. En cuanto a su contenido en general, tal como las dos cartas de Pablo a Timoteo, el apóstol da ánimo y consejo personal a un joven siervo quien, aunque bien entrenado y fiel, enfrentó oposición continua por parte de hombres impíos dentro de la iglesia donde estaba sirviendo. Tito tenía que comunicar este ánimo y consejo a los líderes que debían reconocerse en la iglesia en Creta. La iglesia en Creta necesitaba líderes calificados, y los creyentes en general necesitaban ser pastoreados. Un grupo de falsos maestros estaba proclamando un mensaje que era una mezcla de la ley judía con el evangelio de la gracia, mientras que algunos de los creyentes gentiles estaban abusando del mensaje de gracia y cayendo en el libertinaje, en un abuso de la libertad cristiana. Por naturaleza, no era muy fácil trabajar con la gente de Creta y Tito necesitaba una paciencia y un amor extraordinarios. Lo más fácil para Tito hubiera sido tirar la toalla ante las dificultades, pero no lo hizo sino que se mantuvo firme cumpliendo con su llamado. Una vez hecha esta introducción, vayamos a examinar el contenido del texto de la carta. Lo primero que notaremos es el saludo de la carta. Aparece entre los versículos 1 a 4 del capítulo 1. En el saludo vamos a notar la gran importancia que Pablo daba a la palabra de Dios. Pablo se refiere a cuatro maneras de relacionarse con la palabra de Dios. En primer lugar, Pablo escribe su carta conforme a la fe de los escogidos de Dios. Observe lo que dice la primera parte de Tito 1:1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios
Aquí tenemos al autor de la carta. Es Pablo. Pablo se identifica a sí mismo primeramente como siervo de Dios. La palabra siervo es la traducción de la palabra griega doulos que literalmente significa esclavo. Pablo era un esclavo de Dios. Además Pablo era apóstol de Jesucristo. La palabra apóstol significa uno que es enviado o comisionado para algún propósito especial, por alguien que tiene la autoridad para hacerlo. Pablo fue enviado o comisionado personalmente por el Señor Jesucristo para proclamar el evangelio entre los gentiles. Me llama la atención el orden que utiliza Pablo para identificarse a sí mismo. Primero siervo de Dios y después apóstol de Jesucristo. Parece que Pablo apreciaba más ser un siervo de Dios que ser apóstol de Jesucristo. Gran lección para la iglesia de hoy en día, porque algunos líderes de iglesias, no están conformes con ser siervos de Dios y están desesperados por ser reconocidos como apóstoles de Jesucristo. Inclusive están dispuestos a pagar fuertes sumas de dinero para que alguien les otorgue el título de apóstoles de Jesucristo. Qué triste amable oyente. El oficio de apóstoles de Jesucristo se limita a los doce más Pablo. Aparte de ellos no existen más apóstoles de Jesucristo. Pablo fue siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios. Esto significa que Pablo se veía a sí mismo como el instrumento de Dios para proclamar no su propio mensaje, o sus propias ideas, o sus propias experiencias, sino la fe de los escogidos de Dios. La fe de los escogidos de Dios en esencia constituye la palabra de Dios. Es harto lamentable que en muchas iglesias se ha relegado a un plano secundario la exposición de la palabra de Dios. No sé como se harán las cosas en la iglesia donde se congrega, pero qué tal si este domingo pone un poco de atención al tiempo que se dedica a las diferentes cosas que se hacen en el culto. No se sorprenda si la mayor parte del tiempo se dedica a muchas otras cosas, que no son la exposición clara y dinámica de la fe de los escogidos de Dios o de la palabra de Dios. Esto es lo que acontece en la mayoría de la iglesia. Para Pablo era diferente. Él es siervo de Dios y apóstol de Jesucristo conforme a la fe de los escogidos de Dios, es decir con la comisión de proclamar la palabra de Dios. Es uno de los rasgos de una iglesia sana. Interesante que Pablo dice que los creyentes somos escogidos de Dios. Es la doctrina de la elección. Los creyentes fuimos escogidos por Dios para ser salvos antes de la fundación del mundo. Efesios 1:4 dice: según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
Si usted es creyente, ha sido escogido por Dios antes de la fundación del mundo. Dios escoge para salvación. Dios jamás escoge para condenación. Si alguien se condena eternamente no es porque no fue escogido por Dios antes de la fundación del mundo, sino porque voluntariamente rechazó la oferta de salvación en Cristo. En nuestro próximo estudio bíblico continuaremos examinando el saludo de Pablo en la carta a Tito.
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