Qué bendición es estar nuevamente junto a usted, amiga, amigo oyente. El Ministerio Internacional La Biblia Dice… le da la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Mateo en la serie que lleva por título “Cristo Jesús, Rey de Reyes y Señor de Señores” y en esta oportunidad, David Logacho nos hablará acerca de la adoración al niño Jesús.
Doy gracias al Señor por el gran privilegio que me concede al permitirme estar junto a usted, amable oyente, en cualquier lugar donde usted se encuentre este momento. Estamos estudiando el libro de Mateo, en el cual se presenta a Jesús como legítimo y auténtico Rey de Israel. En lo que ya he compartido con usted, debe estar claro que Jesús tiene todo el derecho legal y real para ser Rey de Israel. Su nacimiento estuvo rodeado de eventos maravillosos. La mano poderosa y soberana de Dios fue evidente desde que fue concebido hasta que nació. Una vez nacido, siguió manifestándose en él la mano de Dios. Esto nos lleva directamente al pasaje bíblico que nos corresponde estudiar en esta oportunidad. Se encuentra en Mateo 2:1-12. Si las circunstancias lo permiten sería bueno que me acompañe con su Biblia. Para entonces Jesús debe haber tenido entre uno y dos años, y junto con su madre María estaban en una casa en Belén de Judá. Lo primero que notará amable oyente es la venida de los magos.
I. La venida de los magos. Mateo 2:1 dice: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos”
A. El niño Jesús estaba junto a María y José en Belén de Judea, ciudad que está como a 8 Km, al sur de Jerusalén. Judea estaba bajo el dominio del imperio Romano. Los romanos habían impuesto a Herodes como rey de los judíos.
B. Herodes era conocido como Herodes el Grande, cuya familia, aunque judíos de nombre, eran en realidad edomitas o idumeos. Herodes fue rey entre los años 40 AC hasta el año 4 DC. Herodes fue el gestor del fastuoso templo de Jerusalén que estuvo en pie en los días de Jesús.
C. Los magos. No se sabe cuántos eran, ni de qué parte de oriente venían. Solamente se sabe que eran los sabios de su época, estudiosos de documentos sagrados y meticulosos observadores de los astros. Por sus cualidades eran los invitados de honor a los eventos más significativos de su época.
II. La guía de los magos. En Mateo 2:2 leo lo siguiente: “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.”
A. Al llegar a Jerusalén, los magos tenían una sola pregunta: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? No olvide que aunque impostor, había un rey de los judíos vivito y coleando y no tenía la más mínima idea de dejar el trono. Además Herodes era sanguinario y dispuesto a todo para hacer prevalecer su hegemonía.
B. ¿Cómo es que los magos llegaron a saber que había nacido el legítimo rey de los judíos? Pues porque Dios se encargó de poner su señal en los cielos que escudriñaban los magos. Esta era la estrella que los magos vieron en el oriente. Los magos estaban tan seguros de sus conclusiones que sin pensarlo mucho iniciaron el largo y difícil viaje de unos cuantos miles de kilómetros hacia Jerusalén con el fin de adorar al recién nacido Rey. Observe que los magos sabían que Jesús era Dios y por eso estaban preparados para adorarle.
III. La conmoción que causaron los magos al llegar a Jerusalén. Mateo 2:3 dice: “Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.”
A. Herodes está turbado, o confundido, o molesto, o asustado, o todas estas cosas juntas. ¿Por qué? Porque él era el rey en ejercicio. El anuncio de que había nacido un rey de los judíos, por alguien tan ilustre como los magos, era fuente de profunda preocupación para Herodes.
B. La ciudad de Jerusalén está turbada. No sólo por el anuncio de los magos, sino por la presencia de los magos. Los magos se movilizaban con un numeroso y vistoso séquito. Ver entrar a esta gente con un idioma extraño, con ropa extraña debe haber sido motivo más que suficiente para que Jerusalén esté convulsionada.
IV. El complot que tuvo lugar con ocasión de la visita de los magos. Mateo 2:4-8 dice: “Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá; no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.”
A. En desesperación, Herodes hace lo sensato. Convoca a los conocedores de los escritos sagrados, es decir del Antiguo Testamento, los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, para que le asesoren en cuanto a dónde había de nacer el Cristo. Luego de la indagación del caso, este grupo de asesores, informa a Herodes que sobre la base de la profecía de Miqueas 5:2, el Cristo había de nacer en Belén de Judea. Ahora Herodes sabía el lugar donde debía estar el niño Jesús, pero todavía necesitaba saber qué edad tendría.
B. Herodes llama en secreto a los magos para indagar diligentemente cuándo fue que vieron por primera vez esa estrella que indicaba que había nacido el rey de los judíos. Inocentemente los magos habrán entregado la información del caso. Ahora Herodes sabía la ciudad y la edad aproximada donde estaba Jesús. Sólo le faltaba saber la dirección exacta.
C. Para ello engaña a los magos diciéndoles que él también quería adorar al niño Jesús y que por tanto le informen dónde estaba. La trampa estaba tendida. Sólo faltaba que los magos caigan en ella.
V. La adoración de los magos. Mateo 2:9-11 dice: “Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.”
A. La estrella que vieron en el oriente les sirvió de guía.
B. Al encontrar lo que buscaban se llenaron de gozo.
C. Al entrar en la casa se encontraron con un cuadro hermoso. Allí estaban el niño Jesús y su madre María.
D. Los magos adoraron al niño Jesús, no a su madre María.
E. La adoración implicó entrega de cosas preciosas. Oro simboliza su deidad y gloria. Habla de la brillante perfección de su divina persona. Incienso habla de la fragancia de su vida pura y santa. Mirra es una corteza amarga, simboliza el sufrimiento que le esperaba para hacer posible que Dios perdone el pecado del mundo.
VI. El retorno de los magos. Mateo 2:12 dice: “Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.”
A. La intervención de Dios para desbaratar el complot de Herodes.
B. El regreso de los magos a oriente.
APLICACIÓN: La adoración demanda guía divina, demanda sacrificio, demanda vencer obstáculos, demanda enfocarse sólo en el Señor Jesús, demanda la entrega de cosas preciosas.
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