Que privilegio es para todos los que hacemos La Biblia Dice… Contar con su compañía en esta oportunidad. Si esta es la primera vez que nos sintoniza le contamos que estamos desarrollando un interesante estudio que se titula: “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo”. Quédese con nosotros y conozca que es lo que dios quiere que aprenda en esta oportunidad con respecto a este tema.
Introducción. Saludos y bienvenida. Estamos estudiando el libro de Hechos en la serie titulada: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada mediante el Espíritu Santo. En nuestro último estudio bíblico, al ver que no había ninguna garantía para ser juzgado con equidad por parte de Festo, Pablo apeló a César. Luego de asesorarse con sus consejeros, Festo dijo a Pablo: A César has apelado; a César irás. Dicho esto, Pablo debió haber sido llevado al lugar que le servía de cárcel en el pretorio romano en Cesarea. En el estudio bíblico de hoy, consideraremos la defensa de Pablo ante Agripa y Berenice. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Hechos 25 a partir del versículo 13. Lo primero que notaremos es la visita de Agripa y Berenice a Festo. Hechos 25:13 dice: Pasados algunos días, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesarea para saludar a Festo.
No se puede determinar con exactitud cuanto tiempo transcurrió entre el momento que Pablo apeló a César y el momento que Agripa y Berenice vinieron de Jerusalén a Cesarea en visita de estado. Lo que sí se sabe con precisión es que el rey Agripa se trataba en realidad de Herodes Agripa II, hijo del Herodes que hizo matar a Jacobo y metió en la cárcel a Pedro, según Hechos 12:1. Fue el último de los Herodes que aparece en los registros del Nuevo Testamento. Su tío abuelo, Herodes Antipas, fue el Herodes que aparece profusamente en los Evangelios del Nuevo Testamento, mientras que su bisabuelo, Herodes el grande gobernó en el tiempo que nació Jesús. Aunque Herodes Agripa II no era gobernador de Judea, sin embargo estaba muy al tanto de los asuntos judaicos por cuanto Roma le había entregado la jurisdicción legal del templo de Jerusalén. Berenice no era la esposa de Herodes Agripa II, sino su hermana y a la vez su amante. Otra hermana de los dos, Drusila era la esposa legítima del gobernador Félix. La relación incestuosa de Herodes Agripa II con su hermana Berenice había dado mucho que hablar en Roma donde él se crió. Berenice fue amante del emperador Vespasiano y después de un hijo de él cuyo nombre era Tito, pero siempre terminaba en los brazos de su hermano Herodes Agripa II. Seguramente fue el vínculo de Herodes Agripa II con los asuntos judaicos lo que motivó a Festo a tratar el caso de Pablo con él. En segundo lugar, encontramos a Festo hablando del caso de Pablo con Agripa. Hechos 25:14-22 dice: Y como estuvieron allí muchos días, Festo expuso al rey la causa de Pablo, diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por Félix, respecto al cual, cuando fui a Jerusalén, se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos, pidiendo condenación contra él. A éstos respondí que no es costumbre de los romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a sus acusadores, y pueda defenderse de la acusación. Así que, habiendo venido ellos juntos acá, sin ninguna dilación, al día siguiente, sentado en el tribunal, mandé traer al hombre. Y estando presentes los acusadores, ningún cargo presentaron de los que yo sospechaba, sino que tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su religión, y de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo. Yo, dudando en cuestión semejante, le pregunté si quería ir a Jerusalén y allá ser juzgado de estas cosas. Mas como Pablo apeló para que se le reservase para el conocimiento de Augusto, mandé que le custodiasen hasta que le enviara yo a César. Entonces Agripa dijo a Festo: Yo también quisiera oír a ese hombre. Y él le dijo: Mañana le oirás.
La visita de Agripa y Berenice a Cesarea se extendió por muchos días. Festo aprovechó la oportunidad de la presencia de ellos para entender un poco mejor la razón por la cual los judíos incrédulos de Jerusalén odiaban tanto a Pablo al punto que buscaban su muerte. Además, Festo sabía que debía poner por escrito la causa por la cual Pablo había sido arrestado y por la cual estaba por ser juzgado por César en Roma. Festo por tanto procede a exponer la causa de Pablo ante Agripa y Berenice, no para que sea juzgado por ellos, por cuanto Pablo ya había apelado a Cesar, sino para que le ayuden a comprender lo que tenía entre manos en cuanto a Pablo. Festo muestra donde comenzó todo para él. Fue el anterior gobernador Félix, quien había dejado a Pablo en calidad de prisionero en el pretorio romano en Cesarea. Algo muy grave que él no sabía debe haber hecho Pablo, por cuanto al llegar a Jerusalén de visita, se le acercaron como moscas a la miel los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos pidiendo que Pablo sea condenado inmediatamente. Como era lógico, Festo respondió a los judíos incrédulos que no es costumbre entre los romanos entregar a la muerte a alguien sin un juicio justo, en el cual el acusado comparezca ante sus acusadores y tenga la oportunidad de defenderse. Festo comunica que se sintió muy perplejo porque con inusitada rapidez los judíos incrédulos llegaron a Cesarea para acusar a Pablo. Festo no pudo hacer otra cosa sino instalar el tribunal al día siguiente y ordenar que el prisionero Pablo comparezca ante el tribunal y sus acusadores. Más perplejo se puso Festo porque las acusaciones contra Pablo no tenían nada que ver con lo que Festo se imaginaba, sino que se trataba de ciertas cuestiones de la religión de los judíos y sobre todo de un cierto personaje llamado Jesús, quien habiendo muerto, sin embargo Pablo afirmaba que estaba vivo. De esto se desprende que en su defensa ante Festo, Pablo puso mucho énfasis en la resurrección de los muertos, especialmente en la resurrección del Señor Jesucristo. Volviendo a la reunión de Festo con Agripa y Berenice, Festo admite su total y absoluta ignorancia en cuanto al fondo de la acusación contra Pablo y según él, por eso preguntó a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser juzgado allá. Esto no era del todo verídico porque fue por congraciarse con los judíos incrédulos que Festo preguntó a Pablo si quería ser juzgado en Jerusalén. A la pregunta de Festo, Pablo respondió que apelaba para que se le reservase para el conocimiento de Augusto. Augusto no es un nombre, sino uno de los varios títulos que ostentaba el César. Significa el que es digno de reverencia o digno de adoración. El César en este tiempo era el temible Nerón. Los Césares realmente se creían dios y por tanto con gusto exigían que se les llame Augusto, digno de reverencia o adoración. Festo dijo a Agripa que esta era la causa para que Pablo siga preso hasta que sea enviado a Roma donde estaba César Nerón. Al oír todo lo que dijo Festo, Agripa le dijo: Yo también quisiera oír a este hombre. El interés de Agripa no era solamente para ayudar a Festo en su dilema por entender la causa por la cual los judíos incrédulos querían acabar con Pablo, sino que desde hace mucho tiempo atrás, había querido saber algo acerca del Cristianismo. Ni corto ni perezoso, Festo prometió a Agripa que el día siguiente tendrá la oportunidad de oír a Pablo en persona. En tercer lugar tenemos la comparecencia de Pablo ante el tribunal de Festo contando con la presencia de Agripa y Berenice. Hechos 25:23-27 dice: Al otro día, viniendo Agripa y Berenice con mucha pompa, y entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo fue traído Pablo. Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los varones que estáis aquí juntos con nosotros, aquí tenéis a este hombre, respecto del cual toda la multitud de los judíos me ha demandado en Jerusalén y aquí, dando voces que no debe vivir más. Pero yo, hallando que ninguna cosa digna de muerte ha hecho, y como él mismo apeló a Augusto, he determinado enviarle a él. Como no tengo cosa cierta que escribir a mi señor, le he traído ante vosotros, y mayormente ante ti, oh rey Agripa, para que después de examinarle, tenga yo qué escribir. Porque me parece fuera de razón enviar un preso, y no informar de los cargos que haya en su contra.
Conforme a las costumbres de la época, el rey Agripa junto a Berenice, con mucha pompa hicieron su entrada al tribunal presidido por Festo, donde también estaban los tribunos y los principales hombres de Cesarea. Una vez adentro, Festo ordenó que sea traído Pablo. Cuando Pablo entró al tribunal, Festo tomó la palabra y se dirigió a rey Agripa y a todos los presentes en el tribunal diciendo: Aquí tienen a este hombre, se refería a Pablo, acerca del cual toda la multitud de los judíos me ha demandado a gritos que le condene a muerte, pero yo no he hallado en él ninguna cosa digna de muerte, pero como él mismo apeló a Cesar Augusto, he determinado enviarlo a él. Acto seguido, Festo admitió su total ignorancia sobre la falta que supuestamente había cometido Pablo. Mirando a los presentes dijo simple y llanamente: Como no tengo cosa cierta que escribir a mi señor, se refiere al emperador Nerón, le he traído ante Ustedes, especialmente ante ti, oh rey Agripa, para que después de examinarle, tenga yo que escribir. Festo reconoce que estaría fuera de lugar el enviar a Nerón un preso para que sea juzgado por él, sin informar los cargos que hay en su contra. En nuestro próximo estudio bíblico, analizaremos la defensa de Pablo ante Agripa y Berenice. Espero su sintonía.
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