Qué grato es saludarle amiga, amigo oyente. Una cordial bienvenida al estudio bíblico de hoy. En instantes más el mensaje de Jesucristo a una iglesia que a pesar de ser poca cosa a los ojos de los hombres, sin embargo, ocupo el primer lugar en la escala de evaluación de Dios.
El pasaje bíblico para hoy se encuentra en Apocalipsis 3:7-13. Aquí encontramos el mensaje a la iglesia en Filadelfia. A manera de contraste con los mensajes a las otras iglesias, encontramos que este mensaje no contiene en absoluto reclamo alguno de parte de Jesucristo. Es pura alabanza y promesa a esta iglesia. A todas luces, esta iglesia es la que más cerca está de lo que Jesucristo espera de la iglesia. Veamos pues en detalle lo que la Biblia nos presenta en este motivador testimonio. En primer lugar, encontramos el remitente del mensaje. Apocalipsis 3:7 dice: “Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre” Son instrucciones para el Apóstol Juan. Debía escribir el mensaje para entregar al ángel de la iglesia en Filadelfia. El ángel de la iglesia en Filadelfia se refiere a uno de los pastores o ancianos en esa iglesia, quien era el encargado de dar a conocer el mensaje a toda la iglesia. Filadelfia, significa amor fraternal, y fue fundada por el rey de Pérgamo, Atalo Filadelfo II alrededor del año 190 antes de Cristo. La ciudad sufrió frecuentes movimientos sísmicos, sin embargo permanece hasta el día de hoy. Estaba localizada a unos 60 Kilómetros al Sur Este de Sardis. El nombre Filadelfia tiene un profundo sentido simbólico, porque ciertamente en la iglesia de aquella ciudad se respiraba el amor fraternal entre los hermanos en la fe. El remitente del mensaje se presenta con tres calificativos. El Santo, que denota la pureza del carácter de Jesucristo. Por ser santo, él tiene todo el derecho de reclamar santidad en sus seguidores. Luego dice que él es Verdadero. Esto significa que él no puede mentir. Todo lo que promete se cumple y si no se ha cumplido todavía es solo cuestión de tiempo para que se cumpla. Además, por el hecho que Jesucristo es el Verdadero, esto denota que es auténtico, en contraste con tantos falsos cristos que se levantaban en aquella época y también en la actualidad. Después dice que él tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre. Esta es una hermosa descripción de la autoridad y soberanía de Jesucristo. Él es quien tiene la llave para poder entrar en el reino ofrecido a David, el milenio. En Apocalipsis 1:18, Jesucristo se manifestó como aquel que tiene las llaves de la muerte y del Hades. Aquí Jesucristo se presenta como aquel que tiene la llave de la salvación y de la bendición. Pero la autoridad de Jesucristo no es solo en el campo de la salvación sino en todo lo demás. Lo que él abre, ni Satanás ni el ser humano puede cerrar. Lo que él cierra, ni Satanás ni el ser humano puede abrir. Jesucristo es quien tiene la última palabra en todo. Muchas veces nos encontramos tratando de abrir lo que Jesucristo ha cerrado, o tratando de cerrar lo que Jesucristo ha abierto. Esto es imposible y si persistimos en ello, lo único que lograremos es hacernos daño a nosotros mismos. En segundo lugar, tenemos la realidad de la iglesia de Filadelfia. Apocalipsis 3:8 en su primera parte dice: “Yo conozco tus obras” Prácticamente esto es lo único que dice Jesucristo en cuando a la realidad de la iglesia de Filadelfia. No existe en absoluto nada más. Jesucristo no encontró ningún reclamo que hacer. Por esto, a partir de la segunda parte del versículo 8, Jesucristo se dedica a hablar de la recompensa a esta iglesia. Qué modelo de iglesia. La recompensa a esta gran iglesia es muy variada. Primero, una puerta abierta. La segunda parte del versículo 8 dice: “he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar, porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.” El que tiene el poder y la autoridad para abrir, de modo que nadie puede cerrar, ha hecho uso de su poder para abrir una puerta de par en par para la iglesia de Filadelfia. Esta puerta puede entenderse en dos sentidos. Puede ser el acceso al reino, o puede ser una oportunidad de servicio al Señor. La iglesia de Filadelfia tiene ya parte en el reino, y la iglesia de Filadelfia aprovechó la puerta abierta para servir al Señor de corazón. Y todo esto no fue porque la iglesia de Filadelfia era rica y poderosa. Todo lo contrario, era pobre y débil, pero a pesar de eso, se dedicó a guardar la palabra de Dios y a mantenerse fiel en la proclamación de la palabra de Dios. No negó jamás el nombre de Jesucristo, ni con palabras ni con acciones. Segundo, la reivindicación ante sus enemigos. Esto es lo que tenemos en Apocalipsis 3:9 donde dice: “He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.” La iglesia de Filadelfia no tenía una vida cómoda. Sufría de constante asedio y oposición no solo del imperio romano, sino también de una sinagoga judía que estaba en la misma ciudad. Esta sinagoga se jactaba de ser el único pueblo escogido de Dios y despreciaba a los hermanos de la iglesia de Filadelfia. Pero Jesucristo dice que estos judíos no eran verdaderos judíos y que esa sinagoga no era una verdadera sinagoga. En lugar de verdaderos judíos eran mentirosos y en lugar de verdadera sinagoga, era sinagoga de Satanás. Por eso, fueron entregados por Jesucristo a que se postren ante la iglesia de Filadelfia, no para adorarla, porque solo Dios merece adoración, sino para reconocer que esa iglesia que ellos odiaron tanto y la despreciaron, es en realidad el objeto del amor del Cristo, del Mesías. Es la reivindicación de la iglesia de Filadelfia ante sus enemigos. Tercero, la liberación del juicio divino que vendrá sobre la tierra. Apocalipsis 3:10 dice: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” El libro de Apocalipsis, más adelante, describe con caracteres indelebles esa prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. Es lo que se conoce como la tribulación. Será algo horrendo para los que tengan parte en ello. Pero los verdaderos creyentes, como los de la iglesia de Filadelfia no estarán presentes en el mundo cuando Dios derrame su ira sobre él. Dice Jesucristo, que serán guardados de la hora misma cuando comience esa prueba o la tribulación. Este es un fuerte testimonio para apoyar la doctrina de lo que se llama el rapto pretribulacional. Esto significa que la iglesia será arrebatada justo antes que comience la tribulación. La iglesia no pasará ni por la mitad de la tribulación, ni por la cuarta parte de la tribulación, ni por un poquito de la tribulación. Jesucristo dice que la guardará de la hora misma cuando comience la tribulación. Es el premio para los creyentes verdaderos, quienes mostrarán la veracidad de su fe por medio de guardar la palabra de la paciencia de Jesucristo. Cuarto, posición gloriosa en el cielo. Saltamos a Apocalipsis 3:12 donde leemos: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.” Los vencedores son los creyentes verdaderos. Ellos serán hechos columna del templo de Dios. No es un templo terrenal, sino celestial. Esto significa estabilidad. Nunca más saldrán de allí. Jesucristo escribirá sobre ellos el nombre de Dios. Esto significa que el carácter de ellos será semejante al de Dios. El nombre indica el carácter. Jesucristo escribirá sobre ellos el nombre de la nueva Jerusalén. Esto significa que ellos tendrán ciudadanía eterna en el cielo o la nueva Jerusalén. Jesucristo escribirá sobre ellos su nombre nuevo. Será el nuevo nombre con el cual conocerán a Jesucristo a partir del momento que estén con él. Son las recompensas a la iglesia de Filadelfia. Existe una sola recomendación que a propósito hemos dejado para el final. Apocalipsis 3:11 y 13 dice: “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Jesucristo está pronto a venir para librar a su iglesia del juicio que Dios derramará sobre este mundo. Mientras tarda su venida para llevar a su iglesia, los creyentes deben retener lo que tienen, esto es su fe inquebrantable y su buen testimonio. Esto hará que nadie pierda su recompensa en el tribunal de Cristo. Los que tiene oído espiritual para discernir cosas espirituales deben mantenerse alerta al mensaje que Jesucristo ha dejado a la iglesia de Filadelfia.
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