Nos da mucho gozo saber que Usted está escuchándonos a través de su radio receptor. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy con David Logacho. Prosiguiendo con la serie titulada: Consejos para una iglesia en peligro, serie basada en la segunda epístola de Pablo a Timoteo, hoy nos corresponde tratar el tema de la necesidad de andar en la verdad.
En cuanto a la doctrina y práctica, hay hombres que andan en la verdad y hay hombres que andan lejos de la verdad.
Acerca de los hombres que andan lejos de la verdad, Pablo fue muy claro al afirmar que aunque tratan de esconder su carácter, en algún momento se manifiestan tal como son y dejan ver que son amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tienen apariencia de piedad, pero con sus actos niegan la eficacia de ella.
Este es el carácter de los hombres que no andan en la verdad. Por contraste, hoy nos corresponde dar un vistazo a los hombres que andan en la verdad.
Uno de estos hombres es el apóstol Pablo. A pesar de ser bastante joven, Timoteo había pasado bastante tiempo junto a Pablo y en consecuencia Timoteo conocía muy bien a su maestro Pablo.
En cierto sentido, Pablo va a decir a Timoteo: ¿Quieres saber cómo es un hombre que anda en la verdad? Pues mira mi carácter y conducta. Más aún, Pablo pudo haber dicho a Timoteo: Si tú quieres ser un hombre que anda en la verdad, imita mi carácter y mi conducta.
Dicho esto, si tiene una Biblia a la mano, ábrala en 2 Timoteo 3:10-13. Lo primero que vamos a encontrar en este pasaje bíblico es una descripción del carácter de los que andan en la verdad. 2 Timoteo 3:10 dice: «Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia»
Es como si Pablo estuviera diciendo a Timoteo: A ti te consta como soy yo. Entre las cosas que Pablo menciona acerca de su carácter es la doctrina que enseñaba. Pablo fue fiel al legado doctrinal que recibió del Señor Jesucristo. No se apartó ni a derecha ni a izquierda. Hablando a los ancianos de la iglesia en Efeso, les dijo lo siguiente según Hechos 20:27 «porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios»
Otra cualidad de su carácter era su celo por poner en la práctica lo que sabía en la teoría. Nadie podía acusar a Pablo de que enseñaba una cosa y vivía otra cosa diferente. Pablo era íntegro. Los que andan en la verdad se caracterizan por enseñar la sana doctrina y vivir la sana doctrina. También Pablo habla de que era un hombre de propósito. Pablo tenía claro hacia donde quería llegar y además, sus propósitos estaban siempre canalizados a poner en alto el nombre de Cristo.
Pablo no era ese tipo de personas que hacen cualquier cosa que se presente en un momento dado. Pablo tenía un plan para seguir, metas para conquistar y con cada fibra de su ser se entregaba al cumplimiento de sus metas. Los propósitos de Pablo nunca fueron egoístas o centrados en sí mismo como ganar dinero, o prestigio o poder.
Otra cualidad de su carácter era la fe. Por supuesto que Pablo era salvo y era obvio que tenía fe para salvación, pero él está hablando de fe en otro sentido. En el sentido de confiar plena y absolutamente en Dios. Pablo reconocía que Dios es soberano y que por tanto está en control de todo. Pablo Jamás dudó de algo que Dios había permitido en su soberana voluntad.
Aún los tiempos difíciles que tuvo que soportar los sobrellevó sabiendo que Dios tiene un buen propósito aún para eso.
Una cualidad más del carácter de Pablo era la longanimidad. Este adjetivo, no muy común en nuestro diario hablar. Es la traducción de una palabra griega que literalmente significa largura de ánimo. Es la cualidad que permite a una persona soportar lo peor sabiendo que el propósito es bueno y sabiendo que Dios está en control de la situación.
Una cualidad más del carácter de Pablo es el amor. La palabra griega que se ha utilizado es «agápe» que tiene que ver con la acción de sacrificio en beneficio de la persona amada. Pablo no escatimó esfuerzo para darse a sí mismo a favor de los que necesitaban oír las buenas nuevas de salvación.
Una cualidad más del carácter de Pablo era la paciencia. Paciencia es la traducción de una palabra griega que tiene que ver con la capacidad de permanecer bajo una tremenda prueba sin doblegarse. Pocas personas han tenido que atravesar por las pruebas que enfrentó el apóstol Pablo, pero Pablo jamás se quejó contra Dios. Siempre vio en las pruebas algún buen motivo de parte de Dios. Esto es paciencia.
Si Usted está andando en la verdad, en Usted también deberían verse estas cualidades de carácter.
Ahora bien, andar en la verdad no es sencillo. Tiene su precio. Por eso es que Pablo va a hablar del precio de andar en la verdad. 2 Timoteo 3:11-12 dice: «persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquia, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución»
Esta es la parte que no nos agrada cuando se habla de andar en la verdad. De alguna manera nos hemos hecho a la idea que si estamos andando en la verdad, Dios está obligado a premiarnos con salud, prosperidad y felicidad permanente. Pero no es así. Hay un precio que pagar para andar en la verdad.
En el caso de Pablo, le significó soportar persecuciones. El mundo se ofende cuando ve a un creyente andando en la verdad y responde con persecución. Pablo lo vivió en carne propia y a manera de ejemplo cita los padecimientos que le sobrevinieron en Antioquia, en Iconio y en Listra.
En Antioquia, Pablo y Bernabé fueron expulsados de la ciudad. Hechos 13:50 dice: «Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites».
En Iconio, Pablo y sus acompañantes estaban a punto de ser afrentados y apedreados y tuvieron que huir a Listra. Hechos 14:5-6 dice: «Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina»
Listra no fue de ninguna manera buen refugio para Pablo porque allí fue apedreado sin piedad, al punto que pensaban que estaba muerto. Hechos 14:19-20 dice: «Entonces vinieron unos judíos de Antioquia y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe.»
Estos son sólo tres ejemplos del sufrimiento que Pablo tuvo que padecer por andar en la verdad. Un recuento más detallado de lo que sufrió Pablo aparece en 2 Corintios 11:16-33.
La vida de Pablo de ninguna manera estaba rodeada de salud, prosperidad y felicidad permanente. No, amable oyente, jamás crea lo que algunos están proclamando hoy en día en cuanto a que si un creyente tiene la suficiente fe, Dios está obligado a premiarle con salud dinero y dicha permanente. Lo que sí ha prometido Dios es la fortaleza espiritual y la protección para evitar que el enemigo acabe con nosotros. Pablo dice por tanto: De todas las persecuciones me ha librado el Señor.
Quizá Usted esté pensando que la persecución ocurre solamente a personas del calibre espiritual de Pablo. Si es así me temo desilusionarlo, porque la persecución ocurre a cualquier creyente que ha decidido andar en la verdad.
Pablo lo pone en palabras absolutamente claras: Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución. Esta es una profecía que se ha cumplido en todos aquellos que estamos esforzándonos por andar en la verdad.
Por último, en el pasaje bíblico que estamos estudiando tenemos el destino de los que persisten en no andar en la verdad. 2 Timoteo 3:13 dice: «mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados»
Los postreros días, o el tiempo entre la primera y segunda venida de Cristo, serán tiempos peligrosos según lo que ha dicho el apóstol Pablo. En este tiempo se levantarán hombres peligrosos que atacarán a la iglesia desde adentro. Estos malos hombres, como los califica Pablo, utilizarán el engaño como su arma para lograr sus fines.
Serán hombres que por fuera lucen como hombres piadosos, pero por dentro son lobos rapaces. Estos hombres se multiplicarán a medida que se va acercando la segunda venida de Cristo. Por eso dice Pablo que irán de mal en peor. El engaño será mucho más sutil. Se engañarán a ellos mismos pensando que lo errado es lo verdadero. Tendrán una habilidad asombrosa para hacer creer la mentira y para ellos mismos creer en la mentira. 2 Tesalonicenses 2:11-12 dice: «Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean a la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.»
Este es el fatídico destino de todo aquel que rehúsa andar en la verdad. La iglesia está en peligro. El consejo del apóstol Pablo a los creyentes es andar en la verdad. Andar en la verdad se manifiesta en un carácter semejante al del apóstol Pablo. Andar en la verdad tiene su precio. Implica el sufrir persecución. El no andar en la verdad conduce a ir de mal en peor, engañando y siendo engañado. Si Usted no está andando en la verdad, comience hoy mismo a andar en la verdad. El primer paso es recibir a Cristo como su Salvador. Fue él quien dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí.
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