Saludos cordiales mi amiga, mi amigo. Es un gozo estar nuevamente con Usted. Bienvenida o bienvenido al estudio bíblico de hoy. En esta ocasión estudiaremos el terrible periodo de tiempo que vendrá sobre la tierra conocido como la Tribulación. No se pierda este interesante estudio bíblico.
Si Usted nos ha estado acompañando en esta serie de estudios bíblicos en el libro de Apocalipsis, no tendrá inconveniente para reconocer que la escena relatada en los capítulos 4 y 5 tuvo lugar en el cielo. Allí, junto al trono de Dios, pudimos admirar la majestad del Señor Jesucristo como el Cordero de Dios. Pero a partir del capítulo 6, la escena da un giro dramático. Deja atrás el cielo y desciende a la tierra. De alabanza y adoración en el cielo, se transforma en juicio y destrucción en la tierra. Todo se iniciará cuando el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, saque de la tierra a su iglesia en un abrir y cerrar de ojos, en lo que se conoce como el arrebatamiento. La iglesia se habrá ido de la tierra. El Espíritu Santo ya no estará haciendo su obra de oposición al maligno en la tierra. La sal y la luz de la tierra ya no estarán más en la tierra. Son los días de Tribulación. Son los años cuando Satanás estará a sus anchas en este mundo. De esto nos habla la Biblia en varios libros, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Leer esto nos hace erizar el cabello. Se trata de un periodo de siete años cuando la humanidad en la tierra estará bajo total dominio de Satanás. Será una época de caos sin precedentes. Todo parece indicar que este periodo de tiempo está a la puerta. El mundo está tan deteriorado en todo sentido que es inevitable pensar que se enrumba a un clímax de maldad. Ese clímax de maldad será la tribulación. Solo hace falta hojear los titulares de los periódicos de cualquier ciudad del mundo para encontrar que el mundo está convulsionado. Hay guerras en todo lado. Hay enfermedades nuevas e incurables. Hay pobreza como nunca antes. Hay corrupción sin paralelo en la historia de la humanidad. La naturaleza misma se sacude convulsionada. Son los claros síntomas de que está próximo el tiempo de la plenitud de la maldad sobre la tierra. ¿Cuándo tendrá lugar? La palabra de Dios responde diciendo que del día y la hora nadie sabe. Jesús dijo según Mateo 24:36 que del día ni la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo su Padre. De modo que si alguien se levanta para anunciar que tal día a tal hora, va a venir el Señor a las nubes para llevar a su iglesia, lo cual marcará el inicio de este período de tribulación, de antemano ya sabemos que tal profeta no está hablando a nombre de Dios. En cuanto a la duración de este período, eso es otra cosa. La Biblia nos habla con precisión sobre esto. Para ello es necesario recurrir al Libro de Daniel. Allí en el capítulo 9 encontramos una profecía impresionante. Dice así entre los versículos 24-27: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al santo de los santos. Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí, y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” Un estudio minucioso de las semanas a las que hace referencia la profecía de Daniel, mostrará que no se trata de semanas de siete días, sino de semanas de años, es decir septenios. La profecía de Daniel tiene que ver entonces con un período de 70 septenios o 490 años. Estos 490 años comenzaron a contarse cuando salió la orden para restaurar y edificar Jerusalén. Esto ocurrió en el año 445 AC en los días de Artajerjes Longimano. A partir de este momento debían transcurrir 69 septenios hasta que el Mesías sea presentado como el príncipe o el Ungido. Todo es cuestión de echar números y hacer cuentas para llegar a la conclusión que esto tuvo su cumplimiento exacto el día que Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén. Pero ciertos sucesos importantes tendrán lugar después de los 69 septenios, como la crucifixión del Mesías y la destrucción de Jerusalén en el año 70DC por los romanos, quienes son el pueblo de un príncipe que ha de venir. Puesto que estos sucesos ocurrirán después de que los 69 septenios hayan terminado y antes del comienzo del septenio número 70, tiene que haber un espacio de tiempo entre la conclusión del septenio 69 y el comienzo del septenio 70. Es un tiempo indeterminado. Una especie de paréntesis en el plan de Dios. El reloj de Dios se ha detenido. Es el tiempo cuando Cristo edificó a su iglesia. Este tiempo termina cuando el reloj de Dios comienza a contar el último septenio. Este septenio es lo que se conoce como la Tribulación o la semana setenta de Daniel ¿Cuándo ocurrirá? Solo Dios lo sabe. Sin embargo, está muy cerca. Del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo el Padre. Cuando Daniel habla del pueblo de un príncipe que ha de venir, se está refiriendo al pueblo del imperio romano revivido y cuando habla del príncipe que ha de venir, se está refiriendo al Anticristo. El Anticristo hará un pacto con muchos al comienzo del septenio 70. Este pacto estará en vigencia por 3 años y medio, porque la profecía dice que a la mitad del septenio, el Anticristo hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Los capítulos 6 a 9 de Apocalipsis describen los eventos que tendrán lugar durante los 3 y medio primeros años del último septenio. Los capítulos 10 a 14 de Apocalipsis describen los eventos que ocurrirán a la mitad del último septenio, cuando el Anticristo quebrantará el pacto y profanará el Templo demandando adoración para sí mismo. Los capítulos 15 a 19 de Apocalipsis describen los eventos que acontecerán durante los 3 y medio años restantes del último septenio. Los capítulos 20 a 22 de Apocalipsis relatan los eventos que acontecerán al final del septenio número 70 y posterior al septenio número 70. También se puede ver todo esto en cuatro fases diferentes. La fase número 1 ocurre a medida que los juicios de los sellos van descendiendo sobre la tierra. Es un tiempo cuando el Cordero es prominente. La fase número 2 se inicia con el sonido de la primera trompeta y transcurre mientras se van dejando oír las otras seis trompetas. Los ángeles están en febril actividad durante este tiempo. Durante este período Satanás está gobernando el mundo. La tercera fase tiene lugar cuando siete copas de la ira de Dios son derramadas sobre el planeta tierra. Durante este período, Dios está dirigiendo los eventos. La fase 4 comienza cuando termina la tribulación y no tiene fin, porque lleva al estado eterno. Terminando ya, ¿Cuál es el propósito de la tribulación? Pues tiene que ver con purga o purificación. Es la manera de Dios de preparar al mundo para que su Hijo el Señor Jesucristo reine en poder y gloria. Cuando Jesucristo comience su reinado milenial, la tierra estará libre de pecadores. A lo mejor amigo oyente, Usted se siente un tanto temeroso ante lo que espera al planeta tierra, quizá más pronto de lo que todos imaginamos. Si ese es su caso, tal vez Usted todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador y por eso es que dentro de Usted hay miedo a tener que sufrir el juicio de Dios en la tribulación. No siga más en temor y duda amigo oyente. Hoy mismo reconozca su pecado, reconozca que está separado de Dios a causa de ese pecado. Reconozca que está en peligro de recibir el justo juicio de Dios por el pecado y reconozca que Cristo murió para pagar lo que Usted debe por el pecado. Entonces venga a Cristo y reciba el regalo sin igual del perdón. Usted entonces habrá eliminado de una vez por todas la posibilidad de estar en este mundo durante la tribulación. Si lo hace, comuníquese con nosotros para enviarle material impreso necesario para su crecimiento espiritual.
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