Damos gracias al Señor por la oportunidad que nos brinda de estar junto a Usted a través de esta emisora. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Proverbios en la serie titulada: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca de las trágicas consecuencias de la infidelidad matrimonial.
Según una encuesta realizada por el periódico «USA Today», en los Estados Unidos, el 39% de los hombres encuestados y el 27% de las mujeres encuestadas, respondieron que al menos una vez han sido infieles a sus respectivos cónyuges.
Es muy probable que la situación en los países Latinoamericanos no esté muy distante de lo que está sucediendo en los Estados Unidos.
La infidelidad matrimonial va en aumento y sus consecuencias se hacen sentir en hogares desechos, en vidas destruidas, en hijos que están creciendo sin la supervisión de sus padres, y en enfermedades transmitidas sexualmente, para las cuales, al menos por el momento, no se ha encontrado todavía una solución.
Ante este panorama, cuán importante es poner la mirada en lo que Dios dice en su palabra sobre esta lacerante realidad.
De esto trata justamente el capítulo 5 de Proverbios. En nuestro estudio bíblico último hablamos sobre la táctica de la mujer extraña. Tiene un hablar sensual, sus labios destilan miel y su paladar es más blando que el aceite.
Pero después de la consumación del acto, se encuentra que ese hablar sensual escondía algo que es amargo como el ajenjo y agudo como espada de dos filos.
La mujer extraña también tiene un andar seductor. Pero los que la acompañan no saben que ese andar seductor conduce a la muerte. Es la táctica de la mujer extraña.
Ahora nos corresponde estudiar la tragedia que resulta de ceder a las pretensiones de la mujer extraña. Salomón, el autor de este capítulo de Proverbios, comienza su exposición con un llamado a prestar atención a lo que está por decir. Proverbios 5:7 dice: «Ahora pues, hijos, oídme, y no os apartéis de las razones de mi boca.»
Especialmente cuando los hijos son adolescentes y jóvenes tienen la tendencia a despreciar el razonamiento de sus padres. Este es un error que podría tener consecuencias fatales. Por eso es que Salomón llama a sus hijos a prestar atención a lo que está por decirles y sobre todo a no apartarse de sus palabras.
De modo que, amable oyente, no desprecie el consejo de sus padres. Aunque le parezca que sus padres son anticuados y que no tienen todo el conocimiento que Usted tiene, sin embargo, sus padres tienen algo que a Usted le falta. La sabiduría, lo cual resulta de los años que han vivido en este mundo, y son más años que lo que Usted tiene.
Como un padre sabio, Salomón prosigue exhortando a sus hijos a alejarse de todo lo que tiene que ver con la mujer extraña. Proverbios 5:8 dice: «Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa»
Lo que esto significa es que si queremos estar sobre terreno seguro tenemos que permanecer lo más lejos posible de la tentación. No tiene sentido pedir a Dios que nos libre de tentación si insistimos en jugar con objetos o lugares que están asociados con el pecado. Cuando este consejo es pasado por alto, el desenlace inevitable es el pecado de infidelidad matrimonial.
¿Cuáles son las consecuencias de esto? Son por demás trágicas.
En primer lugar, deshonra. Mire lo que dice Proverbios 5:9 «Para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel»
Los hombres fieles a Dios y fieles a sus esposas, están en la mira del mundo. Si caen en cualquier tipo de inmoralidad sexual, son presa de la deshonra. El mundo hablará mal de ellos, el mundo hablará mal de sus familias, el mundo hablará mal de la iglesia donde ellos se congregan y lo que es peor, el mundo hablará mal de Dios y de su Hijo, Jesucristo. Deshonra por todo lado.
Los extraños harán pedazos la honra del hombre o la mujer de Dios que comete adulterio. La vida del adúltero o de la adúltera estará a merced del cruel. La infidelidad matrimonial es tan grave, que la ley de Moisés determinaba la pena de muerte para el que lo comete.
Cuanta razón tiene la Biblia al decir que se llena de deshonra quien cae en el pecado de infidelidad matrimonial.
En segundo lugar, pobreza. Proverbios 5:10 dice: «No sea que extraños se sacien de tu fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño»
El esfuerzo del hombre que cede a las pretensiones de la mujer extraña, no rinde el fruto que él espera. Personas extrañas sacan provecho de él. El beneficio de su trabajo es para otros, no para él.
Esto me recuerda el caso de una persona conocida. Mientras era fiel a su esposa le iba muy bien en la vida, aunque todavía no había recibido a Cristo como Salvador. Pero tristemente, este hombre comenzó a andar por la senda de la mujer extraña y cayó en adulterio con ella. Cuando la esposa se enteró del asunto, le echó de la casa. Como no tenía donde ir, este hombre se fue a vivir con su amante. Lo poco que ganaba tenía que hacer alcanzar para mantener dos hogares. El resultado fue pobreza extrema.
Por eso es que la Biblia dice que los extraños se sacian de la fuerza del hombre que se va con la mujer extraña.
Tercero, insatisfacción total. Proverbios 5:11-13 dice: «Y gimas al final, cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, y mi corazón menospreció la reprensión; no oí la voz de los que me instruían, y a los que me enseñaban no incliné mi oído!»
Antes de caer en el pecado de infidelidad matrimonial, parecía algo tan atractivo, pero una vez cometido el pecado, se transforma en algo horrendo. Tan horrendo que provoca gemir como si se hubiera muerto alguien muy especial.
Esto le pasó a Amnón el hijo de David, después que violó a Tamar su media hermana. La sensual escena tuvo un amargo final. 2 Samuel 13:15 dice: «Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate y vete.»
Triste final, más triste todavía cuando tiempo más tarde, Absalón, el hermano de Tamar hizo matar a Amnón. La Biblia tiene razón cuando dice que la infidelidad matrimonial termina siempre en desastre. Dice el texto leído que inclusive el cuerpo se enferma. Si no lo cree, lea lo que pasó con David después de su infidelidad matrimonial.
Además del cuerpo, sufre el alma. Produce esa horrible sensación de: ¡Qué necio fui al no haber hecho caso de las advertencias! Pero ahora ya es tarde, ya no se puede hacer nada para remediar el asunto. Este sentimiento lleva a su víctima al borde mismo de la locura. Muchos acaban suicidándose.
Cuarto, mal ejemplo para la posteridad. Proverbios 5:14 dice: «Casi en todo mal he estado, en medio de la sociedad y de la congregación»
El hombre que cae en adulterio, inevitablemente verá muchos dedos índice, apuntándole y diciendo: No seas como él. No hagas lo que él hizo. El adúltero está condenado a vivir en desgracia y como ejemplo permanente de lo que no se debe hacer.
¿Quiere Usted ser deshonrado, pobre, insatisfecho, y mal ejemplo para todos? Entonces adelante, siga por la senda de la mujer extraña. Pero si aspira algo diferente, ponga atención a lo que dice la palabra de Dios en Proverbios 5:15-19 donde leemos: «Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, y no para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre»
El hombre es como la vaca. Tiene un verde y fresco pasto a su disposición, sin embargo se esfuerza por meter la cabeza por entre la alambrada, para comer del pasto del otro lado de la cerca. ¿Por qué tiene que ser así? Amigo oyente, la esposa que Dios le ha dado es lo mejor para Usted. No ponga el ojo ni en la vecina, ni en la compañera de trabajo, ni en la hermana de la iglesia, pensando que sería hermoso tener una relación ilícita con ella.
No hay nadie mejor que su propia esposa. Si está pensando diferente, ese pensamiento no es de Dios, y por tanto es una mentira más de Satanás para hurtar su felicidad y la de su familia, para matar la paz y la armonía en su hogar y para destruir su matrimonio. Por eso el proverbista dice en Proverbios 5:20 «¿Y por qué hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña?»
Ahora, tal vez estará pensando que Usted es demasiado listo como para que se descubra que está siendo infiel a su esposa. Pues, puede ser que temporalmente logre tapar su pecado a los ojos de su esposa o de los hombres en general, pero jamás podrá esconder su pecado de Dios.
Note lo que dice Proverbios 5:21 «Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y él considera todas sus veredas.»
Nada de lo que el hombre hace o piensa está escondido de Dios. Es inútil tratar de ocultar algo de Dios. La infidelidad matrimonial saldrá a la luz en algún momento, más pronto de lo que imagina y el culpable quedará prisionero de su pecado y en peligro de muerte. Esto es lo que podemos apreciar en Proverbios 5:22-23 donde dice: «Prenderán al impío sus propias iniquidades y retenido será con las cuerdas de su pecado. Él morirá por falta de corrección, y errará por lo inmenso de su locura.»
El impío piensa que se va a salir con la suya, pero no sabe que más temprano que tarde, va a ser prisionero de su propio pecado. Si no corrige su andar, está en peligro de morir. Seguir en este pecado, sabiendo lo terrible que es, es una locura sin nombre. Si Usted, amigo oyente, está siendo tentado por la mujer extraña, deténgase. Ponga atención a lo que dice Dios en su palabra. Es por su bien. Dios no está coartando su derecho a la felicidad. Dios está haciendo todo lo posible para que Usted sea feliz en su matrimonio.
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