Es una grata bendición para nosotros poder compartir este tiempo con Usted, amiga, amigo oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estar bajo la gracia, es comparable a un graduado de una universidad. Estar bajo la ley, es comparable a un estudiante en el jardín de infantes. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablará de lo absurdo que sería que un graduado de universidad, intente matricularse en un jardín de infantes. Igualmente absurdo es que un creyente bajo la gracia, intente volver a someterse a la ley como pretendían los judaizantes.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Gálatas 4:8-11. Como antecedente, el apóstol Pablo ha estado hablando de las grandiosas ventajas de estar bajo la gracia en comparación con estar bajo la ley. El creyente bajo la gracia es salvo. El incrédulo bajo la ley está condenado. El creyente bajo la gracia es libre de la ley. El incrédulo bajo la ley es esclavo de la ley. El creyente bajo la gracia es justificado o declarado justo por Dios. El incrédulo bajo la ley es culpable delante de Dios. El creyente bajo la gracia es un hijo adulto en la familia de Dios, capaz de disfrutar de los bienes de su Padre. El incrédulo bajo la ley es un hijo menor de edad, bajo el cuidado de ayos, tutores y curadores. Vistas así las cosas, no existe punto de comparación entre estar bajo la gracia y estar bajo la ley. Cuán absurdo es por tanto que un creyente verdadero, quien está bajo la gracia, pretenda volver a someterse a la ley, como enseñaban los falsos maestros conocidos como judaizantes. Es en este contexto que yace el pasaje bíblico que tenemos para el estudio bíblico de hoy. Estudiaremos el pasado que caracterizaba a los Gálatas, el presente que conquistaron los Gálatas, el peligro que confrontaban los Gálatas y la preocupación que causaron los Gálatas. Este será el bosquejo para nuestro estudio bíblico de hoy. En primer lugar entonces, el pasado que caracterizaba a los Gálatas. Leamos Gálatas 4:8 donde dice: “Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses” No olvide amable oyente que los creyentes Gálatas provenían de un trasfondo gentil, por cuanto no eran judíos, y además pagano. Adoraban a una cantidad de dioses falsos. Esto era de dominio público. En esas condiciones, antes de ser creyentes, los Gálatas no conocían al único y verdadero Dios. Por supuesto que conocían cantidad de dioses falsos, pero no conocían al único Dios verdadero. Eso es lo que sucede a todo incrédulo. Conoce a muchos dioses falsos, llámense imágenes o esculturas, pero también pueden ser el dinero, los negocios, el placer, el poder, la fama, la cultura, la ciencia, el deporte, etc. Pero no conoce al único Dios verdadero. Además, los creyentes Gálatas, debido a su desconocimiento del Dios verdadero, no les quedaba otra cosa sino servir o rendir culto, o adorar a los que por naturaleza no son dioses. Interesante que si una persona no conoce al Dios verdadero, inevitablemente se encontrará adorando a algún dios falso. Si Usted amigo oyente no conoce al único y verdadero Dios, Usted tendrá su propio Dios a quien estará adorando. Este era el triste pasado de los que llegaron a ser creyentes entre los Gálatas. Puede ser que el pasado de los Gálatas sea el presente para algunos de nuestros amigos oyentes, quienes hasta ahora no conocen al Dios verdadero y ese desconocimiento les ha llevado a adorar a algún dios falso. Si ese es su caso, no es accidente que Usted esté escuchando este programa, porque hoy mismo Usted puede llegar a conocer al Dios verdadero y librarse de una vez por todas de cualquier dios falso. En segundo lugar, consideremos el presente que conquistaron los Gálatas. Se encuentra en la primera parte de Gálatas 4:9 donde dice: “mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios” Este es el presente de los otro hora gentiles paganos en Galacia. Sucede que un día glorioso, llegó a sus dominios el apóstol Pablo y su equipo misionero. Una vez allí, predicaron el verdadero evangelio de la gracia de Dios, ese evangelio que anuncia buenas nuevas de salvación para todo aquel que recibe a Cristo como Salvador. Los Gálatas abrieron su corazón a Cristo y le recibieron como Salvador. Ese momento llegaron a conocer al único Dios verdadero. En este instante, Pablo hace una especie de pausa para reflexionar en lo que acaba de decir. En realidad los Gálatas llegaron a conocer al único Dios verdadero cuando recibieron a Cristo como Salvador, pero esto fue porque primeramente Dios conoció a los Gálatas. ¿Cuándo? En la eternidad pasada cuando fueron elegidos para salvación. Efesios 1:4 dice “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delate de él” En esto sucede lo mismo que en el amor a Dios. La Biblia dice que amamos a Dios porque él nos amó primero. Una vez alguien preguntó a un anciano creyente. ¿Ha encontrado Usted a Cristo? El anciano hizo una pausa antes de su respuesta, y luego dijo: Yo no he sabido que Cristo estuviera perdido, pero lo que sí sé es que yo estaba perdido y Cristo me encontró. De modo que, amiga, amigo, el presente que conquistaron los Gálatas, como resultado de haber recibido a Cristo como Salvador es conocer al único Dios verdadero y ser conocidos por el único Dios verdadero. Si Usted no conoce todavía al único Dios verdadero, Usted puede hacerlo hoy mismo, al igual que los Gálatas, lo único que Usted necesita hacer es recibir a Cristo como su Salvador personal. Así que, los Gálatas pasaron de ser paganos condenados, alejados de Dios a creyentes perdonados, conocidos de Dios. Maravilloso. ¿No le parece? En tercer lugar, tenemos el peligro que confrontaban los Gálatas. La posición de privilegio que como creyentes llegaron a tener los Gálatas, se vio amenazada por una enseñanza sutil de los falsos maestros conocidos como judaizantes. Según la falsa enseñanza de estos falsos maestros, los creyentes de Galacia necesitaban circuncidarse y someterse a la ley de Moisés para ser verdaderos creyentes. Este es el peligro que confrontaban los Gálatas. Desdichadamente, los creyentes de Galacia se sentían atraídos por esta enseñanza y estaban en búsqueda de alguien que les circuncide. Pablo va a confrontar con firmeza esta grave equivocación. Gálatas 4:9 la segunda parte dice: “¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuáles os queréis volver a esclavizar?” Pablo no lo puede entender. No logra comprender cómo es posible que los creyentes Gálatas estén bajando de la elevada posición de creyentes bajo la gracia, a creyentes bajo la ley. Pablo dice que al querer ponerse bajo la ley estaban volviendo a ser esclavos de los débiles y pobres rudimentos. Los débiles y pobres rudimentos es una referencia a la ley de Moisés. La ley de Moisés era débil, por cuanto lo único que podía hacer es manifestar la debilidad del hombre para alcanzar las demandas de Dios. La ley de Moisés era pobre, porque lo único que podía hacer es poner en evidencia el estado de bancarrota espiritual de los seres humanos. La ley de Moisés era rudimentaria. Era como lo que enseñan a un niño en el jardín de infantes. Pero los creyentes Gálatas dejaron el jardín de infantes hace tiempo y se graduaron en la universidad cuando recibieron por la fe a Cristo como Salvador. Volver a la ley era comparable a un graduado de una universidad queriendo volver a matricularse en el jardín de infantes. ¿Qué pensaría Usted si un médico o un ingeniero o un abogado, intentara matricularse en un jardín de infantes? Los directivos de ese jardín de infantes le dirían: Señor, Usted está loco. Usted ya es un profesional. Es absurdo que quiera sentarse en un salón de clases con niños de 5 años. Lo mismo pensaba Pablo de los creyentes de Galacia. Es absurdo que quieran volver a matricularse en el jardín de infantes de la ley de Moisés. Finalmente, en cuarto lugar, tenemos la preocupación que causaron los Gálatas. Gálatas 4:10-11 dice: “Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros” Observe que los creyentes Gálatas ya estaban en camino de someterse a la ley de Moisés. Seguramente algunos ya se habían hecho circuncidar. De hecho, ya estaban guardando el séptimo día como día de reposo. Ya estaban guardando las fiestas judías en los meses determinados por la ley de Moisés. Ya estaban contando los períodos de años para saber cuándo venían los años sabáticos. Ya estaban haciendo cálculos para saber cuándo caerá el jubileo. Quizá estaban hasta pensando en las peregrinaciones a Jerusalén para ofrecer holocaustos. Haciendo todo esto, pensaban que estaban demostrando madurez espiritual. Pero todo lo contrario. Pablo les dice: Pobrecitos. Siendo como graduados de universidad están queriendo matricularse en el jardín de infantes. Esto llena de preocupación a Pablo y dice: Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros. Los creyentes bajo la gracia estamos libres de la ley amable oyente. Para los creyentes no tiene sentido guardar determinados días o determinadas fiestas. ¿Querrá decir esto que los creyentes están en un error al celebrar el nacimiento de Cristo o la muerte de Cristo o la resurrección de Cristo? No necesariamente. Pero si guardamos días especiales como si fuera fiesta religiosa, esperando ganar por medio de eso el favor de Dios, entonces estamos muy mal, estaremos cometiendo el mismo error que los creyentes de Galacia, a quienes tanto confrontó Pablo. Si Usted ha recibido por la fe a Jesucristo como su Salvador, Usted ya es creyente. No se deje engañar pensando que puede mejorar su posición delante de Dios por medio de cumplir con requisitos impuestos por la ley de Moisés o, peor todavía, por hombres que quieren mantenernos esclavos a sus deseos.
Leave a comment