Es muy grato para mí saludarle amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy en la epístola de Pablo a Tito. Este estudio es parte de la serie titulada: Rasgos de una iglesia saludable. En nuestro último estudio bíblico vimos que uno de los rasgos de una iglesia saludable es que los creyentes comprenden bien como fue su pasado antes de recibir a Cristo como Salvador, como es su presente una vez que han recibido a Cristo como Salvador, y como será su futuro por el hecho de haber recibido a Cristo como Salvador. Si no se logra comprender este hecho es posible que un creyente no esté viviendo conforme a lo que es. Sería como el hijo de un rey pero que vive como un mendigo. Algo insólito, como insólito es que un genuino creyente viva hundido en el fango del pecado. En el estudio bíblico de hoy vamos a ver lo que Tito debía insistir y lo que Tito debía evitar.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Tito 3:8-11. En este pasaje bíblico tenemos lo que Tito debía insistir y lo que Tito debía evitar. En cuanto a lo que Tito debía insistir, permítame leer el versículo 8 del capítulo 3. La Biblia dice: Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.
Pablo está por terminar su carta a Tito. Reflexionando sobre todo lo que ha escrito a Tito, Pablo le dice: Palabra fiel es esta. Esta forma de expresarse es típica del apóstol Pablo en las epístolas pastorales. La utiliza por cinco ocasiones. Significa que lo que ha escrito es de vital importancia para el bienestar de la iglesia. Siendo así, Pablo expresa su deseo en cuanto a esta palabra fiel. Dice a Tito: En estas cosas quiero que insistas con firmeza. A pesar de ser un discípulo de Pablo, Tito no tenía la facultad de insistir con firmeza cualquier cosa que se le ocurra, sino solamente la palabra fiel que recibió de Pablo. La frase que se ha traducido como insistir con firmeza, en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, significa afirmar constantemente, enfatizar, recalcar. Tito debía afirmar constantemente o enfatizar o recalcar lo que Pablo le ha encomendado en esta carta. El propósito es para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Aquí tenemos otro rasgo de una iglesia saludable. Una iglesia saludable es aquella en la cual los ancianos o pastores no se cansan de insistir con firmeza que los creyentes se ocupen en buenas obras. Esto demanda una atención personal a cada creyente, porque de otra manera no es posible que los ancianos o pastores puedan evaluar si determinado creyente está ocupándose en buenas obras. Una de las mayores desventajas de una iglesia numerosa es que los ancianos o pastores no tienen la más mínima idea en cuanto a la forma de vivir de los creyentes, pero en una iglesia pequeña, los ancianos o pastores pueden estar al tanto de la manera de vivir de cada creyente. No olvide amable oyente, que la vida de santidad no consiste solamente en apartarse del pecado, sino también en hacer buenas obras, no para alcanzar la salvación sino porque ya se ha alcanzado salvación. Efesios 2:10 dice: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Pablo termina esta parte diciendo que estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Hacer las buenas obras es bueno para quien las hace y es algo útil a los hombres, especialmente a los hombres incrédulos, porque cuando un hombre incrédulo mira a un creyente haciendo buenas obras, es motivado a hacerse una pregunta: ¿Por qué actúa esta persona de esta manera? Esto bien puede ser la puerta que se abre para compartir el evangelio con esta persona. Muy bien. Esto es lo que Tito debía insistir. Pero había también algo que Tito debía evitar. Veamos de qué se trata. Tito 3:9-11 dice: Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho.
Tit 3:10 Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo,
Tit 3:11 sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.
Lo que Tito debía evitar es meterse en cuatro cosas nada edificantes. La primera, cuestiones necias. Esto significa cosas que no tienen ninguna importancia. En el pasado por ejemplo, uno de los asuntos a debatir entre los teólogos de la época, era cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler. ¿A quién le puede importar algo así? Sin embargo, estas personas pensaban que era un asunto importante. Son cuestiones necias. Tito debía evitar meterse en cosas así. La segunda, genealogías. Esto probablemente era un asunto que despertaba interés entre los judíos, pero no debe tener ninguna importancia para la iglesia, porque en la iglesia no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, porque todos somos uno en Cristo Jesús. La tercera, contenciones. Esto significa peleas o discusiones. Tito debía evitar meterse en peleas o en discusiones. La cuarta, discusiones acerca de la ley. Estas discusiones acerca de la ley tal vez eran promovidas por los judaizantes, quienes impulsaban la idea de que para ser creyentes es necesario recibir a Cristo como Salvador y además cumplir con algunas prácticas propias de la ley que Dios dio a Israel por medio de Moisés. Cosas como guardar el séptimo día como día de reposo, como la circuncisión, como abstenerse de alimentos que la ley consideraba como inmundos. La salvación es por la sola fe en Cristo amable oyente, cuando se le añade cualquier otro requisito para ser salvos, aunque sean cosas que eran parte de la ley, estamos hablando de otro evangelio. Note lo que dijo Pablo sobre este otro evangelio. Gálatas 1:6-8 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
Gal 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Gal 1:8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Pablo pide a Tito que evite meterse en todas estas cosas por una sola y simple razón. Porque todas estas cosas son vanas y sin provecho. En otras palabras son cosas que no sirven para nada. No vale la pena perder precioso tiempo en cosas sin importancia. Satanás se goza cuando los creyentes se embarcan en cosas así, porque de esa manera los creyentes están ocupados en lo que no importa y descuidan lo que importa, esto es, ganar almas para Cristo. No tiene sentido meterse en cosas así. Sin embargo, es inevitable que en la iglesia se levanten personas que insisten no sólo en meterse en estas cosas, sino arrastrar a otros creyentes a meterse en estas cosas y así gestar una división en la iglesia. ¿Qué hacer con personas así? Pues Pablo dice a Tito: Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación, deséchalo. Cuando en la iglesia se levanta alguien que abiertamente o encubiertamente causa divisiones, los ancianos o pastores deben tomar cartas en el asunto. Los ancianos o pastores deben amonestar a una persona así. El verbo que se ha traducido como amonestar significa llamar a alguien aparte para confrontarlo con la palabra de Dios. Es un llamado de atención o una advertencia. Si la persona que causa división acepta la amonestación, se arrepiente y deja a un lado sus intenciones de dividir la iglesia, allí debe quedar todo. Pero si no lo hace, los ancianos y pastores deberían amonestarlo por segunda vez, de la misma manera que lo hicieron la primera vez. Si la persona en cuestión acepta la amonestación, se arrepiente y deja a un lado sus intenciones de dividir la iglesia, allí debe quedar todo. Pero si no lo hace, entonces lamentablemente los ancianos o pastores deberían expulsar de la iglesia a esta persona. Es una medida severa, pero necesaria para mantener la unidad de la iglesia. La razón para ser desechado o expulsado es porque esta persona ha demostrado tener un carácter pervertido. Esto significa que está marchando totalmente en sentido opuesto a lo que es correcto. Además de esto, peca. Esto es la consecuencia de su carácter pervertido. Además, quien ha sido expulsado de la iglesia por causar divisiones después de una y otra amonestación, está condenado por su propio juicio. Esto significa que por su propia conducta impía, este creyente divisionista trae juicio sobre sí mismo. De manera que, amable oyente, otro rasgo de una iglesia saludable es que los ancianos o pastores insisten con firmeza que cada creyente procure ocuparse en buenas obras, porque esto es bueno y útil a los hombres. Además los ancianos o pastores deben tratar bíblicamente cuando un creyente pretende causar división en una iglesia y cuando no se produce un arrepentimiento después de una y otra amonestación, con el dolor del alma deben separar de la iglesia a este creyente.
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