Cordiales saludos amable oyente. Bienvenida o bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando la Epístola de Pablo a Filemón, en la serie titulada: Amor cristiano en Acción. En esta oportunidad vamos a examinar el motivo principal que tuvo Pablo para escribir su carta a Filemón.
Qué gozo es para mí estar nuevamente junto a usted para continuar con nuestro estudio en la Epístola de Pablo a Filemón. A manera de introducción de lo que nos corresponde estudiar el día de hoy, diremos que cuando hacemos un pedido a alguien, no sólo debemos meditar bien en lo que vamos a pedir sino también en la manera cómo vamos a hacer el pedido. De vez en cuando no recibimos lo que pedimos por el solo hecho de no haber pedido bien. Pues, el estudio bíblico de hoy tiene que ver con un pedido que Pablo va a hacer a Filemón. Vamos a considerar la forma del pedido de Pablo y el fondo del pedido de Pablo. Con esto en mente, si tiene una Biblia a la mano, ábrala en la Epístola de Pablo a Filemón, versículos 8 a 10. En los versículos 8 y 9 tenemos la forma del pedido y en el versículo 10 tenemos el fondo del pedido. Vayamos a lo primero, la forma del pedido. Filemón 8-9 dice: Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene,
Phm 1:9 más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo;
Antes de hacer su pedido, Pablo se ocupó de informar a Filemón que daba gracias a Dios, haciendo siempre memoria de él en sus oraciones. Lo hacía porque había oído del amor y de la fe que Filemón tenía hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos. Además Pablo pedía a Dios en oración que la participación de la fe de Filemón sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en los creyentes por medio de Cristo Jesús. Pablo dijo también a Filemón que tenía gran gozo y consolación en el amor de Filemón, porque por medio de Filemón habían sido confortados los corazones de los santos. Todo lo dicho sirvió como plataforma para que Pablo realice su pedido a Filemón. Por eso es que el versículo 8 comienza con las palabras: “Por lo cual” es decir: Por todo lo que acabo de escribir en cuanto a ti, Filemón. Es en este momento cuando Pablo hace referencia a la forma de su pedido. La forma del pedido de Pablo tiene tres partes. La primera su negación a dar una orden a Filemón, haciendo uso de la autoridad que tenía como Apóstol de Jesucristo. Pablo dice por tanto a Filemón: Aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene. Al escribir su carta a Filemón, Pablo pudo haberle dicho: Hermano Filemón, tú sabes muy bien que soy Apóstol de Jesucristo y por tanto es tu obligación obedecer lo que yo te voy a ordenar. Filemón no habría tenido ninguna otra opción aparte de cumplir con lo que Pablo le ordene. Pero Pablo prefiere otra forma de hacer su pedido. Dice a Filemón: Aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte, u ordenarte, lo que conviene, no lo voy a hacer. Es obvio que Pablo no quería adoptar la posición de un arrogante dictador. Gran lección para los que somos líderes, no importa si es en hogar o en el trabajo o en la iglesia. El verdadero líder no es el que grita las órdenes a todo el mundo, sino aquel que con amor y mucho tino orienta y guía a otros para que cumplan lo que se espera de ellos. La segunda parte de la forma de hacer su pedido es rogando por amor y por respeto a su imagen de anciano. Pablo dice: Más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo, ya anciano. El lenguaje del amor es mucho más efectivo que el lenguaje de la imposición. Pablo apela al amor que él tenía hacia Filemón y al amor que Filemón tenía hacia él, no para ordenar o para imponer, sino para rogar. Esto tenía más fuerza que una orden. Esto es algo que todos deberíamos aprender y practicar en nuestro diario vivir. Esposo, ruegue por amor lo que desea de su esposa, siempre que sea algo legítimo por supuesto, y notará que su esposa está no sólo dispuesta a hacer lo que usted pida sino también que lo hará con una buena actitud. Esposa, ruegue por amor lo desea de su esposo y notará que su esposo hará lo que usted pida sin quejarse. Es difícil resistirse al lenguaje del amor. Padres, pidan por amor las cosas que quieren que sus hijos hagan y verán como sus hijos están mejor dispuestos a cumplir con sus obligaciones manteniendo una buena actitud. Esto es tan diferente de lanzar órdenes a diestra y siniestra. Pero Pablo no sólo rogó por amor sino que también apeló a su calidad de anciano. No se trata de alguien que tenía el oficio de anciano. Pablo no era Anciano sino Apóstol. Pablo apeló a su condición de hombre maduro y sobre todo de hombre que llevaba en su cuerpo las cicatrices de sus padecimientos por la causa de Cristo. Pablo no debe haber sido muy viejo cuando escribió esta carta a Filemón, pero el sufrimiento por la causa de Cristo debe haber dejado sus marcas en su apariencia física. Es difícil negarse al pedido de alguien que ha padecido en extremo por la causa de Cristo. La tercera parte de la forma de hacer el pedido de Pablo es apelando al hecho que Pablo era prisionero Jesucristo. No olvide amable oyente, que cuando Pablo escribió la carta a Filemón se encontraba en prisión en Roma. No se puede precisar si estaba en una celda en una cárcel o custodiado en una casa alquilada. En cualquier caso, Pablo estaba privado de su libertad, lejos de su lugar habitual, lejos de sus amigos y colaboradores. Pablo apela a este hecho para motivar a Filemón a cumplir con lo que estaba por pedirle. Sabiendo de quien viene el pedido y sabiendo las condiciones en las que estaba el que hacía el pedido, era difícil, por no decir imposible que Filemón se niegue a cumplir con el pedido. Muy bien. Ya hemos hablado sobre la forma del pedido. Ahora enfoquémonos en el fondo del pedido. Para esto, permítame leer el texto en Filemón 10. La Biblia dice: te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,
Para captar mejor el sentido de lo que Pablo está rogando a Filemón es necesario recordar algo que brevemente mencionamos en la introducción a la Epístola de Pablo a Filemón. Pues, Filemón era un hermano fiel al Señor, quien recibió a Cristo como Salvador, por medio de Pablo, probablemente en Efeso. Es muy posible que Filemón haya llegado a ser uno de los Ancianos de la iglesia en Colosas. Además de ser fiel creyente, Filemón tenía una buena posición económica. Como era común en aquel tiempo, Filemón tenía al menos un esclavo como parte de sus bienes. Este esclavo se llamaba Onésimo, nombre común para los esclavos porque significa “útil” Desafortunadamente, Onésimo no hizo honor al significado de su nombre, porque cometió dos delitos que en aquel tiempo se castigaban inclusive con la muerte. Onésimo robó bienes de su amo Filemón y además escapó de la casa de Filemón. En su huída, Onésimo llegó a Roma, en donde estaba Pablo en calidad de prisionero. En la providencia de Dios, el camino del Apóstol Pablo se cruzó con el camino del fugitivo Onésimo en la ciudad de Roma. Como era de esperarse, Pablo compartió el evangelio con Onésimo y Onésimo recibió a Cristo como su Salvador. Inmediatamente después, Onésimo comenzó a manifestar el fruto de su salvación. Se dedicó a servir a Pablo y a los hermanos en la fe. Sin embargo, había algo en la vida vieja de Onésimo que necesitaba ser arreglado. Recuerde que Onésimo robó a su amo Filemón y huyó de su casa. Pablo debe haber animado a Onésimo a que regrese a Colosas a arreglar sus asuntos pendientes con Filemón. Aquí es donde se conecta la historia de Onésimo y Filemón con el pedido de Pablo. En esencia, Pablo está pidiendo a Filemón que reciba a Onésimo y le perdone. Pablo escribió a Filemón diciendo: Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones. Si uno mira la manera como aparece este versículo en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento va a encontrar algo muy interesante. El nombre Onésimo aparece al final del texto. Se leería así: Te ruego por mi hijo, a quien engendré en mis prisiones, Onésimo. ¿Ve la diferencia? Esto es algo que Pablo debe haberlo hecho a propósito. Por la forma que Pablo hizo el pedido, debe haber estado más que dispuesto a cumplir con lo que Pablo le iba a pedir. Filemón debe haber captado que se trata de alguien que era un hijo en la fe de Pablo, alguien que Pablo llevó a los pies de Cristo mientras estaba como prisionero en Roma. Filemón debe haber estado preguntándose: ¿De quien puede tratarse? Entonces tal vez no podía creer lo que estaba leyendo. Era Onésimo, el truhán que le robó y huyó con el botín. Pero Filemón ya había resuelto en su mente hacer cualquier cosa que le pida Pablo, inclusive si se trata de Onésimo, el útil que resultó un inútil. En nuestro próximo estudio bíblico vamos a ver con precisión lo que Pablo quería de Filemón en cuanto a Onésimo. Espero su compañía. Que el Señor le bendiga.
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